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SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Personal de hospitales y centros de salud del estado, esperan que sus superiores les informen acerca de las reglas de operación del nuevo Instituto Nacional para el Bienestar, Insabi, que viene a sustituir al Seguro Popular.

De entrada, conviene saber que la indicación es que el registro es automático para todo solicitante que carezca de seguridad social; ya no se les pondrán trabas en cuanto a la inclusión, pues basta que las personas se presenten a solicitar el beneficio para que se les otorgue.

Los únicos documentos que se están solicitando para brindar atención son: la credencial de elector, la CURP, el acta de nacimiento y un comprobante de domicilio. Esto es para llevar un control de vigilancia epidemiológico, de acuerdo a los padecimientos que vamos encontrando en nuestras unidades.

Aunque falta información, tanto para el personal médico como para los pacientes, por decreto presidencial no se le debe negar la atención médica a ningún mexicano, desde el 1 de enero del año en curso.

Todas las unidades médicas del primer y segundo nivel en el estado deben brindar atención de acuerdo a sus posibilidades de manera gratuita. Si cuentan con medicamentos, insumos, los estudios de laboratorio o gabinete, todo esto no debe de tener un costo.

Únicamente en el tercer nivel de atención se estará cobrando por ley una cuota de recuperación, de acuerdo con lo que informó ayer la Secretaría de Salud federal, que en hospitales e institutos de alta especialidad seguirán cobrando cuotas de recuperación, al menos en 2020, porque “resulta imposible solventar todas las carencias de cobertura”.

Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó que será necesario reformar la ley general en la materia y confiar en tener “solvencia financiera” para aspirar a un sistema nacional gratuito de manera general. “Estamos reformulando el esquema de financiamiento del Sistema Nacional de Salud para población no asegurada, de tal suerte que, en su momento, estos institutos nacionales y hospitales federales de alta especialidad puedan tener solvencia financiera sin tener que cobrar cuotas de recuperación a los pacientes. Esto no se va a dar de manera inmediata, no va a ocurrir durante 2020”, indicó.

Por lo tanto, las cuotas aplican en Guerrero para los institutos de Cancerología y Oftalmología, así como en los servicios hospitalarios especializados, que reciben a pacientes referidos del segundo nivel, con enfermedades de baja prevalencia, que demandan mayores conocimientos o tecnología específica.

En el segundo nivel entran los hospitales regionales o generales, donde se ofrecen especialidades básicas, como pediatría, gineco-obstetricia, medicina interna y cirugía general.

El primer nivel incluye a toda la red de centros y casas de salud, centros de salud de servicios ampliados (Cesa) y centros de salud básicos comunitarios.

Si nos atenemos a lo que se ha informado, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) sólo atenderá a la población sin seguridad social en primero y segundo niveles de atención en centros de salud, en unidades médicas de IMSS Bienestar, en Unidades de Especialidades Médicas y en hospitales generales, rurales y comunitarios.

Entre tanto, de acuerdo con el artículo 36 de la Ley General de Salud, los 13 institutos nacionales y los hospitales federales están sujetos a obtener cuotas de recuperación para la prestación de servicios de tercer nivel.

La crítica es que el Insabi entró en vigor sin ninguna planificación, pues no sólo falta información para la gente, sino que tampoco se organizaron los servicios médicos en los niveles referidos para atender a la población con base en lo prometido. Esto en cuanto a medicinas, insumos médicos, laboratorios y equipos.

Por lo tanto, el Insabi entró en vigor partiendo de lo que ya se venía arrastrando y en este momento hay más problemas que ventajas, y las críticas arrecian.

Conforme pase el tiempo, y la gente se sume a las solicitudes, el problema irá creciendo, pues se espera que el Insabi atienda a 69 millones de mexicanos que carecen de algún tipo de seguridad social.

Obviamente, el colapsado sistema de salud del país carece de todo para hacer frente a ese enorme reto.

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