(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
El gobernador Héctor Astudillo Flores dio ayer una importante recomendación a los dirigentes de su partido, el Revolucionario Institucional, durante la reunión del Consejo Político Estatal, a donde se congregaron todos los consejeros del tricolor en el estado.
Esta reunión realizada a tres semanas de concluir el 2019, marca de alguna manera la línea que deberá seguir el partido de cara al 2021, y para desarrollar a lo largo del 2020, año en que el gobernador llama a la reconstrucción “sin demora”.
“Tenemos que reconstruirnos con inteligencia, con puntualidad y sin demora”, les dijo.
Pidió también una mejor organización. Y además de pedir una examen de conciencia de cada priísta en esta entidad, advirtiendo que todos los aspirantes a cargos de elección popular, así sea el más modesto, como el suplente de regidor, debe estar dotados de una gran dosis de humildad.
Pero, ante todo, el gobernador recomendó que se busquen alianzas con otros partidos y organizaciones.
“No olvidemos algo elemental y estratégico en estos tiempos: busquemos alianzas, no subestimemos a nadie, todos son importantes, todos por supuesto los necesitamos. Si Guerrero nos necesita a todos, el priísmo hoy necesita de muchos y de muchas, y esto sin duda es una tarea para todas y para todos, trabajar, reconstruirnos, reorganizarnos para ser capaces de llegar y enfrentar nuestros nuevo retos”, añadió.
Si la semana pasada los priístas se reunieron en torno a la fiesta por el cumpleaños del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, donde también se dieron algunas pautas de la necesaria unidad de todos los grupos del partido, esta semana comienza con las recomendaciones del gobernador.
Y que conste, que una vez dadas, ya sabrán los priístas a lo que deben atenerse, pues llegado el momento no podrán alegar que no lo sabían.
Recuerden que son los gobernadores los que están siempre mediando en los asuntos político-electorales, aunque no sea parte de sus funciones, pero actúan como árbitros para evitar, precisamente, el divisionismo que es tan común hoy en día, y que se multiplica en tiempos de lucha por el poder.
Lo mismo en 2018, desafortunadamente. Todos los priistas que no fueron nominados, se salieron por la tangente y fueron a engordar al Verde Ecologista, que tradicionalmente es aliado del PRI, pero no necesariamente, pues las nuevas reglas de las alianzas los obligan a actuar juntos pero no revueltos.
Y así fue que muchos priístas que ya han gobernado varias veces sus ayuntamientos, vieron la oportunidad en el Partido Verde para volver a hacerse del poder que ya administraron algunos harta por 3 ocasiones. Y sabido es que nunca segundas partes fueron buenas, mucho menos las terceras. Alguien que busca el poder con tanto anhelo, durante tantas veces, ya no busca servir a su pueblo, sino servirse de su pueblo. Conoce los entretelones de la política, y sabe cómo cuadrar los números.
Valga esta advertencia para todos, sobre todo los que buscan la reelección, porque antes los alcaldes aspiraban a ser diputados, y estos aspiraban a ser alcaldes, o bien diputados federales y hasta senadores. Había una movilidad natural en el partido. Pero con los cambios a las leyes electorales, la reelección ya es posible y podemos apostar, amable lector, que la mayoría de los alcaldes ya sueñan con volver a postularse, para gobernar un sexenio.
Eso no sería malo, si no se cometieran tantos errores en el ejercicio del poder, y sobre todo cuando la mística de servicio no existe.
Antes podían los partidos políticos conservar el poder en alguna jurisdicción determinada, pero no con los mismos personajes. Hoy, al contrario, será cosa difícil conciliar los intereses de los que quieren ser, y de los que ya son. Los nuevos querrán empujar para acceder al poder, pero los que ya lo tienen no lo querrán dejar.
En este nuevo escenario, la recomendación del gobernador es la humildad, partiendo de la reconstrucción del partido, para que sea útil para la sociedad, no sólo para los grupos de poder que pulular en municipios, distritos y en el estado.
Y en esto, los aspirantes al gobierno del estado debieran ser los más interesados, porque una casa dividida contra sí misma no prevalece. Eso lo sabe bien el senador Manuel Añorve Baños, quien en 2011 mordió el polvo en una elección en donde el partido se dividió.
Para 2015, ya aprendida la lección, se unieron por lo menos tres grupos políticos para reconquistar el poder con Héctor Astudillo. Y ahora parece que se añade el Grupo Figueroa –pero sin Rubencito Figueroa Smutny, claro-, con el objetivo de mantener Casa Guerrero, frente al partido lópezobradorista que por ahora tiene la mayoría de la preferencia electoral, y frente a un PRD que también está luchando por reinventarse a sí mismo, aunque con menos posibilidades que el PRI.
Las recomendaciones están dadas, y le corresponderá a la dirigencia estatal acatarlas: Trabajo, organización y alianzas. De lo contrario, Esteban Albarrán entregará cuentas mochas.