Víctor M. Alvarado
Carlos Gutiérrez Farías presentará su novela Julia, cuando los muertos hablan, este sábado 27 de Noviembre a las 5 de la tarde, en el Museo Regional de la Costa Grande.
La publicación aborda anécdotas chuscas, de reflexión y unas que deberían de lamentarse y que vivió a partir de los años 70s.
Se trata de una novela con historias camufladas para respetar la identidad de las personas que formaron parte de los diferentes sucesos, con un 90 por ciento de realidad, pero también, con ese toque de fantasía que hace un relato entretenido y una lectura interesante.
Zihuatanejo ha sido fuente de inspiración para muchos escritores, dijo Gutiérrez Farías al mismo tiempo de recordar los poemas de Toño Urbina o Liceo Héctor Vega.
Que escriban los habitantes que han pasado toda su vida en el puerto, es la forma en la que se puede preservar la historia y registrar la memoria del pueblo, destacando sus playas, sus personajes; es decir, hay mucho que registrar de esta hermosa ciudad.
Hablando un poco de la estructura de su novela, solo quiso adelantar que fue un poco más allá del concepto que se tiene de este estilo de escritura y agregó imágenes a color de las diferentes obras plásticas de los mejores artistas locales, además de fotografías antiguas de la ciudad, es decir, dejó volar su imaginación y rompió con ese esquema ya definido de pura letra.
Son sus vivencias, anécdotas del Zihuatanejo que asemejaba una selva, del puerto que solo tenía la calle Cuauhtémoc e Ixtapa no existía, allá por 1968 por citar una fecha.
Abundando un poco sobre su obra, finalmente aceptó adelantar y acentuó que, en Zihuatanejo, desde su niñez le tocó ver muchas injusticias, muchos que sufrieron y nadie le escuchó, personas lastimadas y humilladas que vivieron y murieron quedando como fantasmas; nadie le hizo justica y ahora aquí se describe…
Su novela fue revisada por la escritora, poeta y ensayista Beatriz Meyer, que estará este sábado en la presentación del libro, lo que consideró un gran honor por la trayectoria de su asesora.