Ruth Tamayo Hernández
*Guerrero: 15 días más en semáforo epidemiológico rojo
*Petatlán, municipio de impunidad
“No habrá nada que te pueda asustar si te niegas a tener miedo”: Mahatma Gandhi.
Mis estimados, de plano los guerrerenses estamos bien salados, pues ha costado demasiado a la entidad mantener el color epidemiológico naranja. Muy caro estamos pagando los ciudadanos el no atender las recomendaciones implementadas por la Secretaría de Salud, de los tres órdenes de gobierno, pues cada entidad y municipio, tanto gobernadores como los alcaldes, tienen parte importante en este tema de salud pública. Sin embargo, y es necesario decirlo, muchos presidentes municipales incumplieron la orden oficial federal y estatal, en relación a hacer cumplir las medidas sanitarias para evitar los altos contagios de coronavirus, se la llevaron de a muertito, les valió comino podrido que la gente muera de Covid-19. Varios de estos alcaldes se han preocupado más por sus intereses políticos que por sus gobernados, y para muestra un solo botón: algunos munícipes hicieron uso de la mano de obra de los innombrables para someter a la gente, y estas personas mantuvieron su ley salvaje del garrote o chicotazos, pero eso tampoco funcionó a cabalidad, pues me atrevo a decir que en los municipios donde impusieron su decreto musulmancito, estuvo peor el desarrollo de contagios por Covid-19, pues los jóvenes principalmente se fueron a hacer fiestas privadas a escondidas de estos mequetrefes y hasta con el permiso de ellos, y de ahí surgieron centenares de contagiados, sobre todo adultos mayores y no tan mayores, y hoy la mayoría de ellos están muertos.
Las regiones más afectadas fueron Tierra Caliente, Norte y Montaña y Centro, pues en la Tierra Caliente, por la cercanía de Michoacán, varios municipios sobre todo en los cercanos a Ciudad Altamirano (recuerden que sólo los divide el puente del río Cutzamala), murió mucha gente adulta y no tan adulta por Covid-19. Y lo triste del cuadro, es que fallecieron varios de una sola familia, porque los nietos no creían en el virus y andaban de pachanga en pachanga, hasta que contagiaron a los abuelitos y estos murieron. No crean que es noticia falsa, es verdad. Pero, como dice un dicho popular, nadie escarmienta en cabeza ajena, tristemente reaccionamos cuando tenemos el enfermo en casa y hasta entonces nos cae el veinte.
A estas alturas de la pandemia en que han muerto muchas personas, amigos, familia, vecinos, maestros de tus hijos, incluso, me atrevo a decir que en el estado de Guerrero no hay una familia que no haya perdido a un ser querido por Covid-19, pero parece que muchos no hemos entendido la magnitud del peligro del coronavirus, actuamos como si no nos importara la vida de nuestros seres queridos, actuamos a la ligera; no hemos comprendido que es una enfermedad de muerte. Es impresionante la actuación de muchos jóvenes; es cierto que los muchachos no miden el peligro -y no todos, aclaro, hay chicos muy responsables, pero algunos no lo son- y estos han provocado que se propaguen los contagios en Guerrero.
Es cierto también que en Guerrero no tenemos educación ni cultura; sin embargo, la salud pública es una responsabilidad de los gobernantes y la sociedad en su conjunto, no es responsabilidad de unos cuantos, entramos todos al costal, pues la situación en el estado suriano, mis estimados, se complica más de lo que usted se imagina. Y es que, por los altos contagios del coronavirus, el estado de Guerrero permanecerá 15 días más en semáforo epidemiológico rojo. El gobernador Héctor Astudillo Flores, pidió a la población hacer un esfuerzo para reducir los contagios, la hospitalización y los fallecimientos en las próximas dos semanas. El mandatario repitió que había reforzado los operativos para evitar fiestas en casas y salones privados, así como bares que operan clandestinamente. Increíble, que a estas alturas de la pandemia, haya gente tan irresponsable; inclusive hay quejas en la redes que, en Acapulco, los bares y cantinas están abiertas de par en par vendiendo alcohol y el pasado sábado de noche hubo una balacera en uno de esos bares cuyos dueños se pasan las reglas por el arco del triunfo, donde murió una persona adulta de los “viene, viene”, le toco la bala perdida al pobre señor. Y esos dueños de bares son los más chillones y los más irresponsables, neta no tienen abuela. Pero aún hay gente que sigue pidiendo que cierren las playas; sin embargo, si las cierran o no, los contagios siguen, porque no respetamos las reglas sanitarias, no somos responsables, nos vale sombrero todo. Yo no creo que haya guerrerenses que festejen que la entidad suriana se mantenga en semáforo rojo, no lo creo, porque estamos jodidos todos. Hoy estamos peor que en ningún otro tiempo, cuando pegaron huracanes. Hoy sí estamos viviendo mal muchas familias; y lo peor es que al paso que vamos de contagiados y fallecidos en los municipios con vocación turística, así como Chilpancingo, capital del estado, no duden que vuelva a valer chichi de iguana la temporada de Semana Santa. Esto es lo grave del cuadro que nos trae la pandemia por Covid-19 en Guerrero. ¿Y saben que? Olvídense en culpar al gobernador, no tiene la culpa el mandatario, nosotros tomemos la parte que nos corresponde y actuemos juntos para salvar la temporada de Semana Santa que está a la vuelta de la esquina. Así que desde ahora pónganse truchas todos, cada cual tome su parte y manténganse firmes, porque ya vimos lo mal que la pasamos cuando no hay turismo, no hay dinero para nadie; de hecho, el comercio establecido, el ambulante, hotelería restaurantes, cines, bares, etcétera, quedaron en el suelo, laboran algunos por la gracia divina; pero no hay dinero, mis estimados, varios estamos esperando la temporada y si no hay visitantes, muchos bajaremos cortinas y pasaremos a formar la lista de los desempleados y pobres del estado suriano. Esto es real, pues vivimos del turismo; si no hay turismo, nos pega a todos: lancheros, taxistas, urbaneros, pescadores, prestadores de servicios turísticos, entre otros. Hasta los vendedores de bolillos sufren las consciencias.
Ya se abrió un boquete enorme de negocios quebrados, que no pueden continuar abiertos, no tienen capital. Ahora imagínese que no haya temporada de Semana Santa porque somos cabezas dura. En serio, mis estimados, es muy triste ver avenidas con varios locales cerrados, otros con la leyenda de “se traspasa”, o de “se vende la mercancía al 50 por ciento”, o “se renta”. Es una cadena de negocios quebrados. A eso agréguele cuántos destemplados habría por esos negocios cerrados. En esto debemos pensar todo los que vivimos en municipios con vocación turística Aquí no es válido hacerse a un lado, ahora es apoyarnos para salir juntos de este terrible trance de dolor y lágrimas. El propósito es que todos pongamos de nuestra parte para disminuir los contagios de coronavirus, tanto en Acapulco como en Zihuatanejo, que son los destinos con mayor afluencia turística en Semana Santa. Esto es lo importante para recuperar un poco la economía que está por los suelos. Pero necesitamos que todos actuemos bajo la dirección de los alcaldes, pues algunos se están brincando la barda y tuercen la tuerca al revés. Por ejemplo, en el municipio de Petatlán, el presidente dejó que comerciantes de tianguis hicieran de la ley del más fuerte lo que les viniera en gana; es decir, los dirigentes de esos tianguis constituyen sus propias leyes pasan por encima de quienes estén frente a la presidencia municipal. Por cierto, el presidente Esteban Cárdenas regresó a la presidencia de Petatlán, después de haber gozado unos meses de permiso, periodo en el que dejó el cargo a su hijo, Cristopher Cárdenas García, ya que el funcionario buscaba obtener la candidatura de diputado federal por el distrito 3 de la Costa Grande. Sin embargo, al formalizarse la coalición PRI-PRD, el alcalde con licencia quedó volando y se sabe en los corrillos del Sol Azteca que esa aspiración se la darán a Ricardo Barrientos, pues según los expertos es el único que puede ganar esa curul. Así que el doctor Cárdenas Santana regresó a la presidencia; sin embargo, el alcalde patatleco, a su regreso, no ha podido tomar el control de la municipalidad, pues hay una férrea disputa entre el comercio establecido con los tianguistas.
Cabe hacer mención que debido a los altos contagios de Covid-19 en ese municipio, las autoridades enviaron un decreto en donde el comercio establecido, de lunes a sábado puede abrir sus negocios a las 10 y cerrar a las 6. Y el domingo de 10 de la mañana a 3 de la tarde. Esto con el afán de disminuir los contagios del virus que en ese municipio son muchos y han cobrado la vida de mucha gente. Además, Petatlán es un municipio que capta el turismo religioso y en Semana Santa son centenares de personas que asisten a la parroquia a adorar al santo patrono. Pero todo eso está en juego, debido a que la primera autoridad permitió la instalación del tianguis en la plaza principal por tres días. Y lo grave para esos comerciantes es que no hay hora de cerrar, tienen el campo abierto y pueden vender hasta la hora que quieran, valiéndoles un comino los contagios del virus. Lo peor es que se pasaron por las enaguas y debajo de los pantalones la orden del gobierno estatal y federal, de no permitir aglomeraciones y menos en semáforo epidemiológico rojo. Así que si llegasen a crecer los contagios del coronavirus en ese municipio, ya saben a quién deben señalar. Digo, cada quién que pague su imprudencia ¿qué no? Y es que ni siquiera se trata de dinero, porque los mismos comerciantes dicen que no les cobró ningún cinco el alcalde por el espacio, que fue gratuito, y está en su derecho, pero no ahora; debió respetar las reglas del semáforo epidemiológico rojo. No olvidemos, además, que Zihuatanejo está muy cerca de Petatlán, pues si allá suben los contagios, acá en Zihuatanejo bien rápido nos contagiamos de coronavirus, pues de por si el puerto está de mírame y no me toques. Así que no jodan y corrijan el camino pronto, señores.
En otro tema, mis estimados, vuelven a suspender la corrida del autobús de Zinacaltepec, Altamirano-Zihuatanejo. Esta ruta la habían restablecido apenas hace meses, después de estar casi un año suspendida. Ahora se desconoce porqué los administrativos suspendieron la ruta hasta nuevo aviso. Cabe hacer mención que algunos pasajeros se quejaron del mal servicio del nuevo operador que mandaron, ellos dicen que ese viejo es muy grosero y pedante. Dijo una pasajera: “Si subo costales o cajas me quiere cobrar otro pasaje extra, y no tengo dinero, es muy grosero. Nos quejamos en Altamirano porque es muy grosero”. Y pues según fueron muchas las quejas contra el operador y ahora no hay transporte por la sierra. Esa ruta beneficia a mucha gente de bajos recursos, y se rumora que ya no la van a restablecer. Y los afectados los que menos tienen. Algunos serranos lamentaron la suspensión de la ruta, pues dijeron que esa corrida estaba devolviendo la vida a esa zona serrana. Ojalá los administrativos corrijan y vuelvan a reactivar esa ruta Altamirano- Zihuatanejo, pues es económica y cerca.