Ruth Tamayo Hernández
Aunque sin brillo, aún tienen vida los destinos de Guerrero
“Mi enojo no es por la injusticia sino por el empeño con que muchos lo disfrazan”: Isabel Cendal.
Mis estimados, los destinos del estado de Guerrero celebraron el Día Mundial de Turismo hundidos en la peor crisis de la historia de este país. Es una crisis económica, pero también social y cultural, decadencia que pega a los destinos del México lindo y querido.
Y aunque la industria turística atraviesa el peor momento de su historia, debido a la pandemia por Covid-19, los destinos se resisten a morir, pues con todo lo que hoy ocurre en Guerrero, y aunque los destinos pierden brillo, aún tienen vida, pues siguen llegando turistas. Los visitantes siguen prefiriendo las playas guerrerenses para pasar unas vacaciones agradables en las playas. Inclusive, este fin de semana Ixtapa-Zihuatanejo, alcanzó 42.5 por ciento de ocupación hotelera, y el hermano puerto de Acapulco llegó a 35.9 por ciento.
Ixtapa, vuelve a marcar la diferencia y este destino turístico se ubica como preferente de los visitantes nacionales. Y aunque las circunstancias para la llamada industria sin chimenea no son las mejores, el sector debe continuar caminando, pues la vida sigue.
Si bien es cierto que Guerrero se encuentra en semáforo epidemiológico naranja, y así continuaremos hasta el 11 de octubre, hubo restricciones para varios negocios, con lo que se reduce también el ingreso económico, y crece el desempleo.
Sin embargo, los guerrerenses, a pesar de ver los buenos resultados, no hemos respondido con empuje, seguimos siendo indiferentes.
Lo grave de todo, mis estimados, es que si seguimos como vamos con los contagios del virus, estando en semáforo epidemiológico naranja, corremos el riesgo de volver al rojo; es decir, al cierre total de playas.
Si es así, preparémonos para que destinos del llamado Triángulo del Sol, Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco, pierdan el turismo de invierno, pues ningún turista extranjero querrá venir a un destino repleto de contagiados por coronavirus.
Para su conocimiento, los pronósticos de expertos en esa materia es que no viajará a Guerrero el turismo estadunidense ni canadiense, en caso de que la pandemia no sea controlada en estos municipios o en todo caso exista la vacuna.
Y entonces, si los destinos no se reactivan y avanzan hacia el semáforo amarillo y verde, no podrán sobrevivir sin el turismo extranjero. Ciertamente, el turista nacional ha sostenido a los destinos en las buenas y en las malas, inclusive en plenos ríos de sangre los nacionales llegaron a los destinos, pero esta vez no sólo es la pandemia, también el olor a muerte por la violencia persiste, así como la crisis económica amedrantan y eso evitará que se traslade el turismo nacional a los puertos.
Suman casi siete meses de pérdidas y la esperanza del sector es la temporada de invierno; sin embargo, mis estimados, no estamos actuando para que bajen los contagios del virus en el municipio de Azueta. Seguimos actuando varios con mucha irresponsabilidad, sobre todo en Acapulco. Y para que entiendan mejor el mensaje, en el puerto acapulqueño hace más de cuatro años que el turismo estadunidense y canadiense dejó de pisar esas bellas playas, y esta vez el panorama se divisa peor, pues el coronavirus tiene de cabeza a los acapulqueños y no hay compromiso para que eso disminuya. Y eso pone en riesgo la temporada de invierno.
Lo bueno que los semáforos epidemiológicos se controlarán por regiones. A la Costa Grande le corresponde Zihuatanejo, y Azueta es el municipio con más contagios de coronavirus. Por lo tanto, si queremos salir del color naranja y transitar hacia el amarillo o verde, tenemos que comprometernos todos.
Es obvio que Zihuatanejo debe controlar los contagios en el municipio y todos tenemos que entrarle, porque todos comemos del puerto, ninguno come aire, arena o sol.
Por otra parte, los destinos no se promueven solos, deben organizarse para comenzar a promoverlos. Pueden ver en las redes y páginas de otros destinos para aprender de ellos cómo están promoviéndolos en México y otras naciones.
Entren a la nueva era, la situación los obliga a modernizarse, pues tanto la pandemia como la crisis no dejan otra opción más que ingresar y aprender la nueva modalidad.
Y pues el que se niegue a aprenderte se queda paralizado y desaparecerá de un momento a otro.
En otro tema, mis estimados, a los gobiernos en Guerrero los persiguen sus errores, pues al estado suriano muchos sucesos lo han marcado de por vida. Por ejemplo, la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural “Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, Guerrero, marcó con sangre para siempre al sufrido estado suriano, pues de ahí a la fecha la desgracia persigue a la entidad, como si esos sucesos fuesen un augurio de maldición para los guerrerenses.
Ningún acto de violencia justifica los fines, pero tampoco los discursos ilusorios de los gobernantes son admitidos. A estas alturas, a 6 años de esos terribles sucesos, no hay pero que valga de ninguna autoridad, y de algo deben estar seguros los gobernantes y los padres de familia de esos muchachos: la verdad va salir a la luz bien pronto, los culpables de ese suceso van a pagar por sus culpas.
Mientras tanto, los guerrerenses no somos nadie para juzgar a los estudiantes o a sus padres. si los chicos fueron obligados A hacer cosas indebidas, no debieron desaparecerlos de esa forma o asesinarlos, porque están muertos. Y es que, si los estudiantes estuvieron vivos, ya los hubieran regresado.
Todo indica que los muchachos fueron asesinados y quién sabe cómo se deshicieron de tanto cadáver. Con todo, ninguno tiene el derecho de burlarse del dolor ajeno, pues nadie entiende una situación de esta índole hasta que no te toca el dolor a tu corazón. Entonces, cuando te desaparecen a tu hijo, o lo matan, siendo un chavo que se dedicaba a trabajar que no andaba en malos pasos, y al que manos asesinas lo matan, es hasta entonces cuando te das cuenta que es necesario el respaldo entre los ciudadanos, unirnos como sociedad para exigir al gobierno que haga su trabajo.
Pero en vez de apoyar, criticamos a los deudos; somos buenos juzgadores, pensamos que esos padres no educaron bien a sus hijos. Y aunque no todos los muchachos se portan bien, ninguno tenemos derecho a juzgar a nadie, y si los delincuentes tienen derechos, entonces estos chicos también los tenían.
Pero a lo que quiero llegar, mis estimados, es que no juzguemos porque en este mundo estamos en la tabla del jabonero, donde el que no cae, resbala; y es mejor guardar silencio. Si no apoya, tampoco opine.
Lo cierto, mis estimados, es que estamos viviendo en un mundo corrompido, donde hay mucha maldad. Se siente impotencia al ver tanta injusticia.
La chica desaparecida en Michoacán y que luego fue encontrada muerta asesinada con saña, es otro ejemplo. Todo apunta a un joven de escasos 18 años o al menos el tipo la sacó de la casa y se la llevó. Aquí lo grave del tema. Según las organizaciones feministas, la fiscalía de Michoacán hizo oídos sordos cuando le dijeran que ese chavo había sacado de su casa a la chica, la autoridad no actuó y el chavo, de nombre Diego Melgoza, huyo.
Según internautas en las redes se fue a España con la familia, pues resulta que los padres del tipo tienen recursos como para enceguecer a las autoridades y moverse a otro país, protegiendo a su vástago que es presunto asesino.
Y las manifestaciones en Morelia de centenares de organizaciones han subido de tono, al grado que pretenden quemar el palacio de gobierno. Aquí es donde muchos no estamos de acuerdo; sin embargo, el gobierno no entiende otro lenguaje, más que el de consignas y arrebatos.
Tristemente sólo así hacen caso, y malo porque afectan al pueblo. Los recursos para arreglar los daños salen de los bolsillos de los ciudadanos, pero al no haber otra forma de exigir justicia, pues ni modo, que griten los que tengan que gritar. Y me uno a ese clamor: Justicia para Jessica y para todos los demás feminicidios en el país.
¡Feliz lunes, mis estimados!