Opinion

Palabra de Mujer

By Despertar Redacción

September 14, 2020

Ruth Tamayo Hernández

Retroceso al semáforo naranja, es una mala noticia para todos

“Tener carácter no es ser explosivo, insultante y prepotente; eso es ser egoísta. Tener carácter es controlar tu interior para hablar claro y dar tu opinión sin pisar la cabeza de nadie”: Clau Aguilar.

Mis estimados, el pasado jueves, el gobernador Héctor Astudillo Flores, avisó que este lunes el estado de Guerrero regresa a color naranja del semáforo epidemiológico, por el recrudecimiento de la pandemia por Covid-19.

El anunció cayó como balde de agua fría a los guerrerenses y poco más fuerte a los pobladores que habitan en zonas turísticas, cuya economía depende del turismo.

De inmediato hubo reacciones de los internautas en las redes sociales. Aunque usted no lo crea, en varios comentarios de redes sociales, muchos personajes festejan este retroceso del estado al color naranja; inclusive, insten que de una vez volvamos al rojo.

Además, culpan al gobierno estatal y municipal de someter al pueblo a una mayor pobreza al regresar al estado al semáforo naranja, pues según ellos el Covid-19 está controlado, pero como vienen las elecciones necesitan adeptos los candidatos.

Eso es confundir la amnesia con la magnesia. A nadie le importa más que la pandemia disminuya que a la clase política, porque estando elevados los contagios y los decesos, eso les dificultará sus actividades.

Por ejemplo, ahorita en el semáforo naranja, están prohibidas las reuniones masivas, cierran los negocios no esenciales, y las playas, hoteles y restaurantes, vuelven al 30 por ciento de su capacidad, cuando ya se había ampliado ese porcentaje.

El coronavirus esta imparable en todo el país, hay que decirlo claro y no es un problema propio de Guerrero. El subsecretario Hugo López Gatell reconoció desde hace dos semanas que el descenso de la pandemia se había estancado y corría el riesgo de un repunte.

El virus sigue matando gente. Los más de 70 mil fallecidos, son cifras reales, no son inventos del subsecretario de Salud federal, ni del presidente de la República, como tampoco de gobernadores.

El Covid-19 es un tema peligroso y grave, pues ha cobrado miles de muertes en el país, superando a las enfermedades hepáticas, colocándose como la cuarta causa de defunción, sólo superada por las enfermedades renales y los cánceres.

No obstante, muchos mexicanos seguimos siendo irresponsables con las medidas sanitarias establecidas por la Secretaría de Salud, como la sana distancia, usar cubrebocas y lavarse las manos constantemente.

Tan fácil es cumplir con esos requisitos, pero muchos no los acatan, a pesar de saber de la peligrosidad del virus.

Es cierto, cada quien es libre de opinar y de decidir si cumple o no las reglas, todos tenemos libre albedrío, pero no niegue que existe el virus, porque los fallecidos en Guerrero y el país son de verdad, no son ningún cuento.

Las cifras son reales, pero en México somos valemadristas, vivimos como nos da la gana, aunque afectemos a terceros. Y cuando salen mal las cosas, culpamos al gobierno, no somos capaces de aceptar nuestra responsabilidad como ciudadanos, siempre buscamos a quien culpar.

Pero no se vaya a buscar fallecidos por el virus a otro estado, porque aquí la cosa empeoró.

Lamentablemente eso afecta el turismo. En el municipio de Zihuatanejo, afortunadamente ha habido buena afluencia de visitantes. El destino este último fin de semana alcanzó una ocupación de más del 42 por ciento, e Ixtapa logró el 48 por ciento, según la Secretaria de Turismo del estado.

Sin embargo, el retroceso a semáforo naranja a partir de este lunes, pegará muy fuerte al destino de playa Ixtapa-Zihuatanejo y Acapulco, pues su población en su mayoría vive del turismo, y durante los cinco meses que se mantuvo en confinamiento a la gente, tiempo en que las playas del puerto estuvieron cerradas, así como casi todos los negocios estuvieron con cortinas abajo, la economía en el municipio se desplomó más del 80 por ciento, y centenares de plazas de trabajo perdidas.

El retroceso a semáforo naranja, no sólo implica que ya no recibirán los negocios a 60 por ciento de clientes, sino 30 por ciento. También tendrán que cerrar bares, cines y discotecas.

El tema del retroceso va más allá y complica el panorama a las personas que ya habían sido recontratadas en empresas hoteleras, restaurantes, agencias de viajes, así como en el transporte público. Toda esta gente recibió la peor noticia de su vida, de que volverán a ser despedidos hasta nuevo aviso.

Los que festejaron la regresión, seguramente no entienden lo que significa recular en un lugar como Ixtapa-Zihuatanejo, que vive del turismo. Cuánto exigieron los antros que les permitieran abrir aunque sea en un 30 por ciento; por ejemplo, bares, cantinas y comercios que venden bebidas embriagantes, pero no acataron las reglas, no respetaron la sana distancia, mucho menos exigieron a sus clientes el uso de cubrebocas.

Inclusive los reportes indican que los antros estuvieron con sobre cupo, sobrepasando el 60 por ciento autorizado por la Secretaría de Salud. Eran en su mayoría jóvenes, ingiriendo alcohol sin ninguna protección sanitaria, y ahí se dispararon los contagios del virus.

Inclusive, el municipio de Zihuatanejo registró el fin de semana ocho casos más de Covid-19, acumulando mil 161 contagios y 81 fallecidos.

Les decía que los retrocesos no sólo implican frustración, también implican pérdidas económicas fuertes, pues el fracaso nos acarreará los mismos problemas financieros que ya íbamos salvando, pues apenas comenzaba el comercio a tener ventas. Los prestadores de servicios informan que el destino consiguió repuntar más de un 50 por ciento el fin de semana, ya que había mucho turismo.

También dijeron que, en los destinos de La Unión, como Troncones y Saladita, había bastante turismo extranjero disfrutando las playas.

En esos destinos se vio que los visitantes aprovecharon el fin de semana para vacacionar también en Ixtapa-Zihuatanejo.

Pero luego de la noticia de que Guerrero retrocedía a semáforo epidemiológico naranja, la consecuencia será directo al bolsillo.

Pongámonos las pilas, mis estimados, para no retroceder a semáforo rojo. Aunque vamos reculando muy rápido, peor que en el municipio de Azueta está pegando duro el zika, la chikungunya y el dengue. Dios nos libre que el virus se junte con estas tres enfermedades, porque tal vez no la cuente.

No sea usted renuente a respetar las reglas, pues no es usted el único afectado con este virus, corre riesgo su familia y también otras personas. Aún podemos enmendar el daño, no conviene a nadie retroceder y volver a encerrarnos, pues durante el confinamiento muchos comerciantes vieron mermar sus ventas. Pero lo que más notaron durante el encierro, fue ver a la gente deambulando en la calle, viendo sus negocios necesitando la mercancía, pero sin dinero, mermaron muchos sus ventas.

Algunos cuentan que nunca imaginaron semejante situación, al grado que ellos mismos quedaron sin dinero pues nadie compraba, la gente no traía dinero. Inclusive, varios comerciantes optaron por regalar la mercancía, pues sobre todo mujeres pasaban y pedían, decían que no tenían dinero pues sus esposos no tenían trabajo, ellas tenían que dar de comer a sus hijos, entonces algunas comerciantes optaron por regalar la mercancía en vez que se tirara.

 Por eso varios comerciantes recibieron la noticia con mucho pesar; incluso, algunos comerciantes decían que ellos en su mercado tenían limpio y sanitizaban, y todos andaban cubrebocas, que por qué no cerraban los negocios que no cumplían y a ellos los dejaran trabajar. Pero la disposición oficial es para todo el estado de Guerrero, no para un municipio nada más.

Entonces, retroceder a semáforo epidemiológico naranjada, de plano va a complicar a todo al estado; inclusive las mismas elecciones rumbo a 2021 están en riesgo, pues los retrocesos para nada son buenos, en ninguna área de la existencia, pues no sólo afectan la vida humana. Porque nada se compara con la vida. Si hay vida y salud, hay esperanza de recuperar lo perdido en economía o en otros espacios, pero perder la vida acaba con toda aspiración.

Por eso le digo que valió chichi de iguana el esfuerzo de muchos que sí guardaron las reglas y se mantenían atentos. Pero ya ni llorar es bueno, aunque nunca es tarde para enderezar el camino y podemos aplicarnos todos para volver a semáforo amarillo. Y luego pasar al verde, porque recuerden que todo depende del control de la pandemia por Covid-19, para que a Ixtapa-Zihuatanejo regrese en noviembre el turismo estadunidense y canadiense.

La neta, mis estimados, me agüité mucho por el retroceso, pero confío en que tomaremos nuestra parte y juntos volveremos a subir pronto a semáforo amarillo.

No sean gachos, pongan de su parte para que eso suceda. Por culpa del Covid, no podremos gritar a todo pulmón: ¡Viva México, cuarones! ¡Feliz lunes, mis estimados!