Ruth Tamayo Hernández
Mis estimados, los generadores de riqueza y empleos son los empresarios de México, no el gobierno. El gobierno no produce riqueza, solamente nos cobra impuestos y los administra. No hay tal cosa como el Estado empleador.
Reflexionemos esto a propósito de que el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, está desoyendo a los empresarios de este país, micro, pequeños y medianos, mientras se entiende con la cúpula de los hombres de negocios, que aglutina a los más ricos del mundo, entre los que destaca Carlos Slim, quien por cierto acaba de salir de la lista de los hombres más ricos del planeta, porque perdió por la contingencia 11 mil millones de dólares.
Pero podemos apostar que eso es como quitarle un pelo a un gato, porque como les dijo el presidente de El Salvador a los millonetas de su país, con lo que tienen le basta y le sobra para vivir otras 5 vidas.
En esta incongruencia, el gobierno estará ofreciendo a partir de mayo créditos a la palabra de 25 mil pesos cada uno, y sólo para 2 millones 100 empresitas.
Las van a elegir del padrón de solicitantes que se levantó cuando los servidores de la nación anduvieron haciendo sus encuestas, antes de que AMLO tomara posesión del cargo.
Pero, la mala noticia para todos es que en esos censos hay más de 5 millones de solicitantes de apoyos, y solamente se tienen recursos para 2 millones. Además, son recursos insuficientes, porque la quiebra de un negocio no se resuelve con 25 mil pesos, a menos que se trate de un minichangarro, si acaso una miscelánea, una cenaduría, una fonda, que se puede volver a surtir con poco dinero y que además no genera empleos, y mucho menos paga impuestos. Vamos, estos negocios ni siquiera su licencia comercial municipal pagan.
¿Con estos negocios piensa el presidente de la República volver a levantar al país, cuando la pandemia pase? Ni siquiera Estados Unidos se puede dar ese lujo. Ese país ya perdió 10 millones de empleos, los más afectados son los migrantes mexicanos; por lo tanto, los especialistas consideran que este año las remesas para nuestro país caerán 20 por ciento, en números conservadores.
¿Y qué creen? Pues que las remesas representan para México ingresos superiores a los de Pemex, y es dinero que al gobierno no le cuesta un carajo sostener, porque se gana en otro país. El sacrificio es para las familias mexicanas, que tienen que estar divididas, a causa de la falta de oportunidades en nuestra nación.
Y es una vergüenza que un presidente de la República se niegue a apoyar a los que generan empleos en México, y en cambio le pida a los pobres migrantes, que son tratados en Estados Unidos como esclavos, que manden sus remesas, porque ahora que subió el dólar les van a rendir más. ¡Qué cosa! ¿A qué le está apostando el presidente?
Volviendo al tema, se elegirán para los micro-créditos a negocios que no pagan impuestos, que no generan empleos.
Y es que negocios con más de 5 empleados, que además estén dados de alta ante hacienda y paguen impuestos, jamás van a levantarse con esa cantidad de recursos, pues estamos hablando de soportar la cuarentena por el Covid-19 sin despedir a los empleados, pagando nómina, rentas, y además pagando impuestos al SAT, así como las cuotas del IMSS y, aún más, los servicios como luz, gas, teléfono, etcétera, ya que hasta ahora no es ha dicho si los cobros de estos servicios nos serán aplazados.
Así las cosas, AMLO se entiende con la mafia del poder, pero no quiere tomar en cuenta lo que los empresarios organizados del país, los que verdaderamente generan empleos, a quienes acusó esta mañana en su conferencia de prensa matutina de que quieren que el país se endeude.
¿Y si así fuera, qué? ¿No merece este país que se proteja el empleo, adquiriendo una deuda que puede ser pagada? Porque los empresarios no están pidiendo nada regalado, están pidiendo solamente acceso a financiamientos blandos, a través de la banca de desarrollo, no a través de la banca tradicional, para poderlos pagar en tiempo y forma.
Luego entonces, lo único que se necesitará es el aval del presidente para que ese préstamo se adquiera.
Hay que aclarar, además, que AMLO es el presidente de todos los mexicanos, no solamente de los más pobres. Y también que alguien le explique con manzanitas al mandatario, que los más pobres dependen de los menos pobres para sobrevivir, a través del empleo y no sólo a través de dádivas del sistema. ¿Qué es más digno, que un trabajador gane un sueldo semanal seguro, o que espere al mes para irse a formar a la cola de los apoyos sociales?
AMLO olvida que llegó al poder precisamente cuando los empresarios -sobre todo medianos y grandes, porque los súper ricos siempre han sido sus enemigos, pero ahora se entiende con ellos- cambiaron la percepción de su propuesta de gobierno. Ahora tristemente se dan cuenta que los ha abandonado a su suerte. Se les trata como enemigos de la patria, peor que a extranjeros.
Tal vez si fueran banqueros, mineros, dueños de trasnacionales, y hubieran pagado campañas en su contra, el presidente les tendría mayores consideraciones.
Para darnos cuenta de la magnitud del problema -y esto va para todos aquellos internautas que señalan que nuestra postura es partidista, y se desgastan diciendo que sí, que primero los pobres- les cuento que la secretaria del Trabajo dijo este lunes que en Guerrero se perdieron ya más de 7 mil empleos, de los más de 300 mil que ya se perdieron en el país, sólo considerando 2 semanas de cuarentena.
Sin embargo, esto se va a prolongar por 3 semanas más, todo el mes de abril, pasando por la cancelación de las vacaciones de Semana Santa, y podemos apostar que también cerraremos en mayo, porque estaremos en la Fase 3 de la pandemia, la de contagios masivos.
Piensen: si ahorita estamos en cuarentena, ¿qué pasará cuando lleguemos a los miles de casos por día? Se paralizará todo, aún los negocios prioritarios.
Seamos serios: El gobierno, no crea empleos, ni generan riqueza. Cada peso que el gobierno recibe, llega a ellos de manos de los contribuyentes, vía impuestos. Pagar impuestos no es decisión del empresario, el contribuyente es obligado a pagar esos impuestos. Al SAT, por ejemplo, así como al Instituto Mexicano del Seguro Social e INFONAVIT, les vale un comino si hay crisis o pandemias, y si no pagas en la fecha signada por las dependencias, las multas llegan de inmediato y tienes que pagarlas.
Pareciera que hoy la empresa es perseguida por el gobierno federal, pues el presidente Andrés Manuel López piensa que todos los que generan empleos, son grandes empresas con capitales millonarios y además corruptos.
Sin embargo, existen miles y miles de negocios pequeños que con mucho esfuerzo emprendieron sus dueños; no obstante, lo etiquetan como empresarios por la palabra emprendedores, y porque tiene tres o cuatro empleados. Mientras el dueño a luchas saca para pagar la renta, agua y luz. Paga el salario a sus empleados y se queda sin nada.
Y para cerrar el triste cuadro, el 17 de cada mes llega los cobros de IMSS e Infonavit y SAT, entre otros impuestos. Y estos impuestos hay que pagarlos, el empresario es obligado por la ley a pagar, aunque esté quebrado, como sucede en este momento, en que el presidente anuncia apoyos millonarios de los impuestos a los más desprotegidos, sin considerar que las empresas están cerradas. En Acapulco, los hoteleros y restauranteros ya se están organizando para irse al amparo, a una moratoria de impuestos. No van a pagar lo que no están ganando.
No es secreto que el Servicio de Administración Tributaria (SAT), impone al que no paga, sanciones drásticas. Entonces el empresario es obligado a pagar impuestos, no los paga porque le va de maravilla en el negocio, y menos ahora que se regala cada peso que llega a las arcas del la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a gente que no se esfuerza, que se gasta las becas que les da el gobierno en cervezas, en antros, en celulares caros, en ropa de marca. ¡Por favor!
Que quede claro, la riqueza y los empleos los generan las empresas.
En este momento, sobre todo después del gasolinazo, a los empresarios mexicanos los sostiene el orgullo, porque pagan sueldos, materia prima y servicios, y para ellos se dejan sólo para la comida y la gasolina. Conozco gente que no ha salido de vacaciones en 10 años, porque no les alcanzan los gastos de fin de año, cuando además tienen que cubrir aguinaldos.
Como pueden ver, mis estimados, el panorama es desolador para las micro, pequeña y mediana empresas de México. El presidente parece empeñado en desmantelar la planta productiva del país, mientras se entiende con la mafia del poder, a la que él mismo bautizó así, y que ahora le están aplaudiendo sus planes empobrecedores, condenando al resto de empresarios pobres a la nada.
Las empresas son la gallina de los huevos de oro del país. Si la matan, dejará de poner huevos. Y no habrá huevos para nadie: ni para el gobierno, ni para los pobres. No se necesita ser economista para deducir esto.
Carlos Slim, por ejemplo, es dueño del banco Inbursa, el que aplica los intereses más grandes en caso de tarjetas de crédito y préstamos. ¿Quiénes son sus clientes? Los profesionistas y dueños de negocios medianos y pequeños, a los que esclaviza por años para pagar sus bondades.
Esa es otra cosa que no está considerando el presidente, que las empresas están endeudadas, y si quiebran, quebrarán los bancos, se declararán en cartera vencida, como cuando Zedillo. Entonces tal vez sí a ellos quiera ayudarles, para rescatarlos.
Es decir, esto será un círculo vicioso de quiebra general, hasta que todo el país esté de rodillas. Cuando todos estemos formados en la lista de los que reciben apoyos, en lugar de estar en la lista de los que pagan impuestos.
Por favor, señor presidente, deje de oír el canto de las sirenas. Los mega-ricos que le aplauden no se van a quedar aquí. Ellos ya sacaron sus millones a bancos extranjeros. Sus propios informes señalan que de México huyeron capitales en un monto superior a las inversiones privadas de 2019. Nos quedaremos aquí los que no tenemos para comprar islas privadas, ni yates, ni aviones.
Insisto que el gobierno federal debe meter cuerpo y alma para sostener a la micro pequeña y mediana empresa, que son las que pueden volver a reactivar a la economía del país. Por lo pronto, confiemos en que pronto pasará esta pesadilla de pandemia por coronavirus.
Piérdase lo que se pierda, quédese en casa. Cuidemos a nuestras familias. Feliz tarde.