César Antonio Aguirre Noyola
¿VERACIDAD EN LOS DATOS O ESTADÍSTICAS ALINEADAS?
El 1 de enero de 2022 entraron en funciones las titulares de dos instituciones importantes en al ámbito nacional: Victoria Rodríguez Cejas como gobernadora del Banco de México (BANXICO) y Graciela Márquez Colín en calidad de presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Dos instituciones que tienen la característica de autónomos. Da gusto que cada día que pasa más mujeres se integran a espacios del poder público, y las dos funcionarias tienen el gran reto de manejarse con profesionalismo y veracidad en los datos que estarán a su cargo, no obstante la disyuntiva será el tratamiento de la información alineada a los intereses del presidente de la República.
Ello lo traigo a colación recordando los diferendos que había entre las estadísticas que publicaban los ex titulares de ambas instituciones y las que anunciaba AMLO en algunas conferencias mañaneras donde tocaba estos temas.
Victoria Rodríguez Cejas es una mujer cercana a López Obrador, ello lo confirma su debut e historial como servidora pública —subdirectora de Seguimiento a la Deuda Pública de la Secretaría de Finanzas—en el ex Distrito Federal (a partir de 2016 Ciudad de México) cuando el jefe de Gobierno era precisamente el actual presidente del país. Continuó en distintos cargos dentro del Gobierno de la capital mexicana hasta 2018, y en diciembre de ese mismo año es designada para desempeñarse como subsecretaria de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. A principios de diciembre de 2021 fue aprobada por el Senado de la República su designación como gobernadora del Banco de México, atendiendo al oficio que el 25 de noviembre del mismo año enviara AMLO a la Cámara Alta del Congreso de la Unión. El período a cubrir oscila del 1 de enero de 2022 al 31 de diciembre de 2025 (5 años).
Graciela Márquez Colín es otra mujer identificada con el huésped del Palacio Nacional. De 2018 a 2020 fungió como secretaria de Economía en el Gobierno de la República, y en diciembre de 2020 fue propuesta por AMLO como integrante de la Junta de Gobierno del INEGI, condición que tuvo hasta el 31 de diciembre de 2021. El intervalo temporal que abarca tal encomienda comienza el día 1 de enero de 2022 concluyendo el 31 de diciembre de 2028 (6 años).
Ambas mujeres tienen un perfil académico destacado, amén de tener experiencia en la administración pública, esos son dos rubros que es necesario destacar.
Se puede advertir que Andrés Manuel López Obrador, paulatinamente, como lo han hecho todos los ex presidentes del país (no se han podido sustraer a la tentación de someter a cuanto ente público exista y que les represente un contrapeso) avanza con su plan de alinear a su proyecto político a todo organismo que signifique una barrera o un obstáculo que le impida arribar a su visión autoritaria y absolutista del poder.
Citaré sólo algunos ejemplos: la inclusión de Margarita Ríos Farjat, Yasmín Esquivel Mossa y Juan Luís González Alcántara Carrancá, como ministras y ministro respectivamente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quienes operan a su favor, haciendo causa común con el ministro presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea; la designación de Rosario Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, organismo que desde la llegada de la hija de la luchadora de la izquierda mexicana, Rosario Ibarra de Piedra, sólo ha dado de qué hablar por los escándalos internos de la comisión y por la opacidad de la misma; y el nombramiento de Alejandro Gertz Manero como “Fiscal Carnal”, quien actúa como empleado del jefe del Estado mexicano y no con la investidura de representante de un órgano autónomo de procuración de justicia al servicio de los ciudadanos y ciudadanas de este país.
Adicionalmente conserva con sus aliados al seno del Poder Legislativo federal (cámara de diputados y cámara de senadores) poco más de la mayoría simple, es decir, más del cincuenta por ciento más uno de los integrantes de en cada cámara; la mayoría de las gubernaturas del país; y la mayoría de las legislaturas de las entidades federativas que componen la geografía nacional.
Sólo le faltan dos órganos para controlar los aspectos políticos y electorales: el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Ese es simplemente el sueño dorado del señor presidente.
A manera de corolario de este artículo, y retomando el tema inicial, no nos sorprenda que ahora toda la información generada por el Banco de México y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía esté alineada con la que maneja el presidente de la República. Quizá la única ventaja que tendremos por ahora (descansaremos ese estribillo) es que ya no escucharemos que AMLO en esos rubros diga “Yo tengo otros datos”.
Sabia virtud de conocer el tiempo.
César Antonio Aguirre Noyola
Investigador en materias política y electoral.