/ Nayeli Rubí Pérez Ochoa.
El pasado 23 de octubre de este año, sucedió un trágico accidente en el kilómetro 308, en el sentido norte-sur, por el parque industrial el Ocotito, sobre la Autopista del Sol en Chilpancingo, donde fallecieron dos personas, un adolescente de 18 y un niño de 11 años de edad, el número de lesionados fue de 27 personas, entre las que se encuentra un menor de siete años que lamentablemente perdió una extremidad superior, estas personas se dirigían a la ciudad de acapulco, a bordo de un autobús de la línea Estrella de Oro, manejado presuntamente por un conductor en estado etílico.
Desde el suceso, ha sido un viacrucis para familiares de los fallecidos y lesionados, a fin de lograr que la aseguradora, o en su defecto, la empresa se haga cargo de los gastos y de las indemnizaciones que correspondan a fin de mitigar en la mayor medida posible, las afectaciones en el sentido monetario así como emocional.
Lo que más a causado indignación entre la población en general es la falta de atención por parte de la empresa hacia el menor de nombre Iker “N”, quien perdió uno de sus brazos en el siniestro; la línea de autobuses responsable ofreció la cantidad de 70 mil pesos para sufragar los gastos que necesitare el menor, está por demás decir que ese ofrecimiento no fue sino un insulto para todo el dolor físico y mental que está sufriendo y sufrirá esa criatura.
Desafortunadamente este no es el primer suceso de esta naturaleza que involucra a la línea de Autobuses Estrella de Oro, tan sólo en los últimos dos meses se han registrado 2 accidentes más en Guerrero, sin contar con las demás líneas de grupo ADO, que se han visto envueltas en otros más, donde también ha habido decesos.
Es urgente que los familiares sean debidamente asesorados por un experto en el derecho, a fin de que hagan valer sus pretensiones ante la autoridad competente, para que se finque la responsabilidad a la empresa, a la aseguradora o a ambas en su caso, para que se les imponga una sanción consistente en la indemnización a favor de los afectados y/o familiares.
La indemnización no debe entenderse cómo la simple entrega de una cantidad de dinero, sino que como su etimología indica, va encaminada a la reparación de un daño, por lo tanto, debe abarcar también la seguridad social para los lesionados que en un futuro sigan necesitando servicios médicos especializados para su sana subsistencia.
Además es importante que los familiares de los afectados se acerquen a los órganos competentes porque esta indemnización debe atender también al daño moral sufrido, en especial si nos avocamos al caso del menor Iker, pues la pérdida de su extremidad cambiará totalmente su vida, verá limitada parte de su infancia a la recuperación de su salud, cambiará horas de juego por estar en un hospital, también por una habitación junto con un profesional de la salud mental, debe considerarse el dolor sufrido de manera innecesaria, por la irresponsabilidad de un conductor y de una empresa sin la suficiente vigilancia.
Sin omitir la pena ejemplar a fin de que la empresa se comprometa y realice una revisión rigurosa de sus unidades antes de cada viaje, así como del estado de los empleados; derivado de este desafortunado suceso, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social debe avocarse a vigilar muy de cerca las condiciones que se brindan a los trabajadores, en especial a los choferes, para que no se impongan horarios de trabajo inhumanos que ponen en riesgo la vida de los pasajeros.
Independientemente de si el autobús estaba asegurado o de si el chofer se encontraba en estado inconveniente, la empresa tiene que cumplir con las indemnizaciones, por ser su responsabilidad vigilar a sus empleados y asegurarse del correcto cumplimiento del servicio que están brindando, así como por utilizar y lucrarse con aparatos que son peligrosos por sí mismos, por la velocidad que desarrollan, vendiendo además seguros de viaje que posteriormente niegan.
La respuesta solidaria de los ciudadanos es de agradecer, pero va a ser necesaria también la búsqueda de soluciones por la vía de la impartición de justicia, no esperando a la intervención de otros, debe accionarse de manera individual, porque cada caso es particular y debe ser estudiado minuciosamente.