Opinion

Matrimonios infantiles en Guerrero

By Despertar de la Costa

December 08, 2022

Nayeli Rubí Pérez Ochoa

Como se recordará, el día 13 de noviembre del año 2021, la Gobernadora Evelyn Cesia Salgado Pineda, después de finalizar una reunión con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, Afirmó que uno de los principales compromisos que su gobierno es la erradicación de los matrimonios infantiles en esa zona, puesto que en Municipios como Ometepec, Metlatonoc, Tlapa y sus poblados, son recurrentes las ventas o cambios de niñas desde los nueve años de edad, por quienes pagan desde 40 a 200 mil pesos.

La increíble labor de la gobernadora consistió en eso, enmanifestar su repudio ante los medios de comunicación y decir que es un tema de sustancial importancia, en afirmar un compromisodel que hay poco rastro, pues a más de un año del mismo, no se ha dado seguimiento a algún nuevo programa efectivo por parte del gobierno, o por lo menos, no existen registros.

Si bien es cierto que en una de sus iniciativas del mes de septiembre del presente año, busca establecer restricciones que prohíban y sancionen la práctica de cohabitación que es equiparable al matrimonio infantil como delito, logrando erradicar patrones de usos y costumbres que se han permitido y que violan los derechos humanos de la niñez guerrerense, eso no basta y no funciona.

Esas localidades que justifican su actuar en los usos y costumbres ancestrales, no cambiarán su conducta porque una ley se los ordene, porque alguien llegue con un librito y les diga que pueden ser sancionados, como cualquier problema enraizado en una sociedad, debe ser erradicado desde dentro, pero no de la población con fácil acceso a los medios de comunicación, internet, redes sociales, etc., sino con especial atención y reeducación de los pobladores de las localidades más alejadas, donde apenas si llega la luz.

Pero esta educación debe basarse en el respeto y cambio de forma de pensar, desde una perspectiva amable y concientizadora, pues esa conciencia es lo único que garantiza que cuando las autoridades dejen de prestar especial atención a un lugar con conflictos de esa naturaleza, los propios pobladores alcen la voz y eviten lo que consideren injusto, porque como reza el dicho “sin el pueblo nada, con el pueblo todo”, sólo así pueden salvarse a las niñas de los matrimonios forzados.

Organismos no gubernamentales como Yo quiero Yo puedo, desde el año de 1996 han sido consistentes y persistentes en la salvación de estas niñas, a las que se les arranca la inocencia y se les obliga a ser esposas, amas de casa y madres, terminando con cualquier vestigio de la infancia, no hay muñecas, juegos ni risas, sólo resignación; el camino que han seguido para realizar acuerdos y crear conciencia es el de la educación, sin dejar de lado la apertura económica, porque muchas de las ventas o cambios de las menores se realiza con un fin de subsistencia.

Es triste que un gran número de las niñas vean como la regla a los matrimonios a tan corta edad, porque así sucedió con la abuela, la madre, la tía o la prima, y si bien les incomoda la idea de estar con una persona a quien no conocen, la resignación se les enseñó desde la costumbre, repitiendo patrones conductuales.

En muchos casos la venta, cambio o entrega de una menor por parte  de sus progenitores, no se hace por mera maldad, sino por la costumbre, pues al no ver cosas más allá de lo que su localidad les ofrece, no abrirse a los nuevos paradigmas, ocasiona que esa mentalidad retrógrada y abiertamente sancionada por los defensores y organismos de derechos humanos, siga permeando en un estado de derecho, en el que se han prohibido todas las formas de esclavitud, y sin embargo, existen esclavas y esclavosalrededor de toda la república.

Las cifras que arroja el Instituto Nacional de Estadística y Geografía han mejorado respecto de años anteriores, ya que de los 453 mil 085 matrimonios que se registraron durante el año2021, sólo 48 eran menores de edad, la mejoría es importante si se compara con el año 2016, en el que hubo 11mil 548 y anteriores.

Sin embargo, estas cifras no representan a la totalidad de los que se presentan en comunidades alejadas de la región Montaña de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en las que se sabe es donde abundan mayormente este tipo de acuerdos entre padres de familia y esposos o compradores como se les debería nombrar.

Existen diversas acciones que se pueden tomar por el gobierno, ojalá dejen de lado las más pomposas y se dediquen a aquellas que si bien son lentas y extenuantes, otorgan mayores beneficios a largo plazo, recordemos que su objetivo debe ser el bienestar social y no particular, que ya no esperen a que la problemática se les venga encima para que actúen o cobijen bajo su manto, que prevean y actúen antes de que las niñas se vean obligadas a dejar su lugar de origen.