Ricardo Castillo Barrientos
No podía ser de otra manera, estaba predicho que la Secretaría de Marina (MARINA/SEMAR), impondría su proyecto en el “Jardín del Puerto”, que de “Jardín” no tendría nada y muy distante del origen y razón de ser del otrora maravilloso espacio urbano de los acapulqueños, perdido por la voracidad comercial permitida en más de 50 años por los gobiernos en turno.
El criterio comercial y privado, ahora denominado sostenible o autofinanciable, predomina en un 80% en el presupuesto de la MARINA/SEMAR, para la ejecución de proyectos en el Sistema Portuario Nacional, quedando en segundo plano el beneficio de la utilidad pública, siendo lo menos que interesa. Se impone de sobremanera el capital privado.
A partir del gobierno del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, las obras públicas más importantes del sexenio, fueron ejecutadas a rajatabla por la SEDENA/DEFENSA y la SEMAR/MARINA: Aeropuerto AIFA, Tren Maya, Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, Acueducto “El Cuchillo”, en Monterrey, aeropuertos regionales, caminos rurales en el sureste y la construcción naval (buques y dragas).
El criterio comercial establecido por la MARINA en el “Jardín del Puerto”,con la renta de locales al mejor postor, tiene la finalidad de financiar los gastos de mantenimiento del espacio público, cuya responsabilidad administrativa corresponde a FONATUR, en toda la zona turística.
La MARINA/SEMAR tiene proyectado en la ex Terminal de Vehículos de Exportación, una serie de obras y acciones de tipo comercial, cultural y social, donde se justifica plenamente el auto sostenimiento del inmueble con la renta de locales comerciales, no en el “Jardín del Puerto”, porque así lo indica su nombre: “JARDÍN”, queriendo dejar un mínimo espacio de áreas verdes. El negocio va por delante.
Más de una treintena de asociaciones civiles y privadas, organizaciones sociales y culturales, reclaman enérgicamente la recuperación de ese histórico espacio urbano en el corazón del puerto, para que las autoridades navales reconsideren el proyecto, contemplando el 80% de áreas verdes y el 20% en los servicios básicos necesarios. Están requiriendo la empatía del Gobierno del Estado y municipal.
La ASIPONA ha expedido una convocatoria a empresarios y emprendedores para que pongan negocios de restaurantes, cafeterías, snacks, ventas de artesanías y servicios con enfoque cultural y turístico.
Después del espacio original del “Jardín del Puerto”, se construyeron locales comerciales para la venta de joyería de plata, artesanías, restaurant y otras actividades, sin éxito alguno a largo plazo, viéndose obligados a cerrar los “negocios”, en definitiva.
La cerrazón de la MARINA/ASIPONA de no escuchar a la gente, rompe con los postulados de MORENA, sobre el fortalecimiento de la participación democrática, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien tiene un marcado interés por mejorar y modernizar al puerto, a fin de lograr el relanzamiento turístico tan anhelado por los acapulqueños.
¡La jerarquía marina, carece de sensibilidad social!
¡Ansina quero, ansina se le hace!