IRZA
Chilpancingo, Gro.-(IRZA).- Centenares de feligreses participaron este lunes en la recepción, despedida y colocación de las cenizas de Alejo Zavala Castro, primer obispo de la diócesis de Tlapa, a quien se recordó como un pastor que “llevó la palabra de Dios hasta el último rincón de esta región pluricultural”.
La urna funeraria arribó a Tlapa proveniente de Taxco, Iguala, Chilpancingo y Chilapa, y fue acompañada por el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, y el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández. En la Montaña alta, los restos fueron recibidos por la comunidad católica que avanzó en procesión hasta la catedral de San Agustín.
Durante el recorrido, la urna fue transportada en la batea de una camioneta adornada con una gran fotografía del obispo y flores, sostenida por dos sacerdotes de la región. A la procesión se sumaron sacerdotes, seminaristas, feligreses y al menos dos bandas de viento. Participantes recordaron que Zavala Castro promovió la restauración de la catedral de San Agustín y la creación del Seminario Tonantzin-Guadalupe.
Zavala Castro fue nombrado primer obispo de Tlapa por el papa Juan Pablo II y llegó a la región en marzo de 1992. Permaneció hasta 2005, cuando fue designado obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa. Ocupó ese cargo hasta 2015, año en que pasó a retiro al cumplir 75 años y fue nombrado obispo emérito.
El prelado falleció el 2 de noviembre en Morelia, Michoacán. Por decisión personal pidió ser incinerado y que sus cenizas fueran trasladadas a Guerrero para reposar en la capilla de Nuestra Señora del Carmen, dentro de la catedral de San Agustín.
En el templo se colocaron una fotografía, parte de su indumentaria episcopal y un nicho sobre el que fue puesta la urna al finalizar la misa. La celebración reunió al obispo de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga; al arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González; y al obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández. La ceremonia fue oficiada por el arzobispo de Tulancingo, Oscar Roberto Domínguez Coutolenc, quien recordó su trayectoria como primer “pastor de esta querida diócesis de Tlapa”.
Durante la homilía, el director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, destacó que Zavala Castro encabezó una diócesis pluricultural “y reconoció el rostro indígena con un pastor de la Montaña, las comunidades tienen el recuerdo vivo de un obispo que caminó a su lado, con una fe a toda prueba, amoroso, sensible, entregado, siempre pensando cómo diseminar la semilla de la buena nueva en lo más recóndito de la Montaña”.
Al concluir, la urna fue depositada en una cripta bajo el altar principal de la capilla de Nuestra Señora del Carmen. “Sonriendo pasó entre nosotros haciendo el bien, ahora ante Dios padre lo encargamos a su misericordia y él nos tiene en su intercesión”, expresó el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González.