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La Reforma Judicial desde la óptica social

GUILLERMO ARTEAGA GONZALEZ

En medio del bullicio político y las promesas de cambio, la reforma judicial se presenta como una necesidad urgente en muchos países, a pesar de ello, al observarla desde la óptica social, surge una crítica contundente y preocupante, México no está preparado para una responsabilidad tan importante como esta.

Hoy les voy a relatar sobre Eleazar, un ferviente apasionado y seguidor a ciegas de López Obrador, es necesario contextualizar la situación y vamos a analizar el prototipo de este seguidor promedio, Eleazar es una persona que a muy corta edad emigró a Estados Unidos en busca de del anhelado sueño americano, sin aún haber concluido los estudios de secundaria emprendió el viaje con un par de familiares, todo iba de maravilla para el hasta que un día tuvo problemas con la ley, una situación que cambiaría su vida de manera radical, Eleazar fue condenado por asesinato y pasó más de 20 años en prisión en los Estados Unidos, una vez concluida la purga de su condena, fue deportado, ya en México, sin estudios con una familia que mantener y a una edad avanzada le era simplemente imposible encontrar trabajo, iniciaba el sexenio de Enrique Peña Nieto, un sexenio plagado de escándalos de corrupción en todos los sectores gubernamentales y los tres niveles de gobierno, Andrés Manuel López Obrador se posicionaba como la figura que vendría a rescatar a México del pantano en el cual se encontraba gracias a los gobiernos del “PRIAN”, o al menos eso se decía, Eleazar, por supuesto que fue cautivado por el discurso de meter a la cárcel a los expresidentes corruptos acabar con la opulencia gubernamental y darle a los pobres la riqueza del país que solo disfrutaban algunos pocos, los llamados “FIFIS”, claro que en la posición de Eleazar eso sonaba bastante bien y rápidamente se enfiló en la vanguardia Obradorista, una vez consumada la victoria presidencial del 2018, Eleazar fue uno de los millones de beneficiados por parte de los programas sociales, con una venda en los ojos se ha creído una y otra vez los discurso de los líderes de MORENA, y en verdad que no lo culpo.

Sin embargo la situación en la que se encontraba Eleazar, un tanto vulnerable por decir menos, es la situación en la que se encuentran millones de mexicanos, claro está, por razones distintas a las que les comparto en estas líneas, el punto central de todo esto es que existen personas que sin tener el más mínimo conocimiento en la materia o la capacidad de concebir la magnitud de la reforma judicial están a favor de ella, y están dispuestos a votar por el candidato que sea el abanderado de MORENA sin importar de donde provenga o la preparación académica y experiencia laboral que este ostente, esta situación se debe analizar más a profundidad, ¿El grueso de la población mexicana tiene la capacidad de elegir a un juez o magistrado?. La respuesta contundente es no, la carrera judicial debe ser la base, el principio, el cimiento de una juez o magistrado, es necesario que todo aquel que tenga intención de aspirar a un cargo de tan alta importancia tenga un mínimo de experiencia en los juzgados y la postulación, no se pueden sacar de la chistera esta reforma y pretender que es lo mejor para el sistema judicial mexicano.

El debate sobre la reforma judicial no solo gira en torno a ajustes legales y estructurales, sino que también debería contemplar la capacidad y la conciencia de quienes serán afectados directamente por estas medidas, en este sentido, es alarmante constatar que la mayoría de la sociedad muestra un profundo desconocimiento y desinterés hacia cuestiones jurídicas fundamentales. ¿Es válido pensar que podemos delegar la elección de jueces y magistrados a una población que en su mayoría no entiende la importancia de un poder judicial independiente y competente?

Es crucial reconocer que vivimos en una sociedad mayoritariamente ignorante en materia legal, la comprensión de los derechos, las responsabilidades y el funcionamiento del sistema judicial es mínima entre la población, la falta de educación cívica y jurídica desde las etapas formativas contribuye a esta situación, las escuelas no enseñan lo suficiente sobre derechos fundamentales, la estructura del Estado de derecho o la importancia de una justicia imparcial, como resultado, la sociedad se mantiene al margen de estos temas, considerándolos ajenos a sus vidas cotidianas, la ignorancia se ve acompañada de una falta de preparación moral e intelectual, no se trata simplemente de conocer las leyes, sino de comprender su importancia ética y social, la elección de jueces y magistrados no debería ser un acto trivial o influenciado por la propaganda política del momento, sino una decisión informada y reflexiva sobre quiénes serán los guardianes de la justicia en nuestra sociedad.

La reforma judicial plantea la necesidad de una participación ciudadana consciente y responsable, sin embargo, no podemos pretender que una sociedad que no reconoce sus propios derechos fundamentales sea capaz de elegir a quienes los protegerán y garantizarán, es simplemente absurdo, a mi parecer el sistema judicial no cojea de esta pierna, se deberían enfocar esfuerzos en fortalecer a los agentes ministeriales, tener controles de confianza que realmente funcionen, solidificar la preparación de los que procurar la justicia en este país, no se puede escatimar en un tema de tal alta relevancia, la justicia debe ser prioridad cueste lo que cueste, es inaceptable la austeridad a costa de la justicia. Por otro lado, es imperativo que los líderes políticos y las autoridades competentes asuman la responsabilidad de educar y empoderar a la población en materia jurídica, se necesita un compromiso continuo con la alfabetización legal y cívica desde las bases, solo así podremos aspirar a una sociedad verdaderamente capaz de hacer frente a los desafíos de la justicia y la democracia.

La reforma judicial debe ir más allá de los cambios superficiales en la estructura y conformación del poder judicial, debe ser una oportunidad para reflexionar sobre el verdadero problema en la búsqueda de obtención de la justicia, así mismos, el estado de nuestra sociedad en su conjunto, su nivel de conocimiento, su ética cívica y su preparación para enfrentar las responsabilidades que implica la elección de quienes administrarán la justicia, ignorar estos aspectos es condenar cualquier reforma a la superficialidad y al fracaso en la práctica, es hora de que como sociedad nos comprometamos con el conocimiento y la responsabilidad que nuestra democracia exige, lo repito y lo sostengo “es inaceptable la austeridad a costa de la justicia”.

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