Opinion

LA FUNDACIÓN DEL MUNICIPIO DE ZIHUATANEJO DE AZUETA

By Despertar de la Costa

February 11, 2022

César Antonio Aguirre Noyola

“UN MARAVILLOSO RINCONCITO DEL PACÍFICO GUERRERENSE”

CAPÍTULO PRIMERO

A) PANORAMA MUNDIAL.

Circunscritos a los años 1950-1953, los acontecimientos relevantes fueron los que se expondrán en los párrafos subsecuentes.

Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial sobrevenía una lenta recuperación, pero el planeta quedaba inmerso en un estado que el periodista estadounidense Walter Lippmann definió como “Guerra Fría”, un sistema de relaciones internacionales que abarcó desde 1945 hasta 1991 y que se caracterizó por el enfrentamiento de dos superpotencias: Estados Unidos de América (EUA) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), generándose la división el mundo en dos bloques con sistemas económicos, políticos y sociales opuestos, cada uno de ellos liderado por una superpotencia y respaldado por un conjunto de alianzas. Estados Unidos y la Unión Soviética almacenaron armamento para amenazarse entre sí con la destrucción total, por eso los enfrentamientos se resolvieron por medio de conflictos locales en diversos puntos de la tierra, evitando un encuentro beligerante directo entre ambos países dominantes. La Guerra Fría marcó también la organización interna de los diferentes países del planisferio, y los gobiernos de los que encabezaban al bloque occidental o capitalista (EUA) y el bloque oriental comunista (URSS) difundieron un conjunto de valores que ensalzaba su propio sistema y rechazaba frontalmente al contrario. La primera de las cuatro etapas en que se divide el período de la Guerra Fría, 1947-1953, está considerada como “la máxima tensión”, en virtud de que las dos facciones se asentaron y las superpotencias intentaron ampliar sus áreas de influencia.

El factor más importante para evitar el paso a la “guerra caliente” fue el de las armas nucleares. Para 1952 Estados Unidos había desarrollado armas termonucleares con un poder destructivo aún mayor que las arrojadas los días 6 y 9 de agosto de 1945 en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, respectivamente, y para 1953 la Unión Soviética ya contaba con las suyas. Además, la invención de misiles balísticos intercontinentales y de misiles lanzados desde submarinos en la década de 1950 dio a ambos flancos la capacidad de destruir al otro casi completamente, arrasando verdaderamente la mayor parte del globo.

Las potencias coloniales de Europa, como el Reino Unido de la Gran Bretaña, Francia y Países Bajos, que controlaban gran parte de Asia, el Caribe, el Pacífico y casi toda África, iniciaron en la posguerra un proceso que bien se puede denominar como la “retirada del imperio”, del cual quedaría para 1990 sólo un puñado de dependencias europeas. Este fenómeno se presentó a raíz de que dichos países colonialistas ya no tuvieron la fuerza económica después de la segunda conflagración mundial y porque las dos grandes superpotencias que emergieron, Estados Unidos y la Unión Soviética, dominaban la política internacional y éstas se habían declarado anticolonialistas.

En 1950 Alemania se anexa a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, instrumento jurídico internacional firmado en Washington en abril del año anterior, y Leopoldo III de Bélgica cede su cargo a su hijo, quien no ocupará el trono hasta su mayoría de edad. En 1951 Winston Churchill retoma el poder en el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte mediante la reelección, otorgándosele en 1953 el Premio Nobel de Literatura, así como la Orden de la Jarretera (orden inglesa de caballería, instituida por Eduardo III en 1348). Para mediados de 1953 los manifestantes se apoderaban en Berlín Este de los locales del Partido Comunista para reclamar elecciones libres, las tropas soviéticas lanzaron los carros de combate a la calle y ejecutaron a todos los cabecillas, parecía que el mundo… nunca alcanzaría la paz.

En la historia de la posguerra del sureste de Asia predominó la lucha contra el colonialismo, no obstante algunas potencias se retirarían por la paz, y otras, por la fuerza. Después de obtener su independencia de Inglaterra a finales de los años cuarenta, los estados del sur de Asia experimentaron una política viciada por conflictos religiosos, lingüísticos y étnicos, y su progreso económico estaba frenado por su crecimiento demográfico.

Tras la derrota de Japón, Corea había sido fraccionada en una zona norte comunista y en una zona sur capitalista. En junio de 1950 el Gobierno comunista, violando el Paralelo 38, invadió a Corea del Sur, haciendo estallar el conflicto bélico y quedando Seúl a su merced. La Organización de las Naciones Unidas, ONU, condenó la acción y aprobó una intervención liderada por Estados Unidos, empero China por su parte apoyaría militarmente a Corea del Norte, esto provocaría que en 1953 se firmara la paz, manteniéndose las fronteras establecidas para la península en 1950; comenzaba, entonces, una distensión, y en consecuencia la segunda etapa de la Guerra Fría: “la coexistencia pacífica”, que terminaría en 1977. Los rusos, también en el 53, suprimieron los “motines del hambre” de obreros de Alemania Oriental…

Sabia virtud de conocer el tiempo.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.