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LA FUNDACIÓN DEL MUNICIPIO DE ZIHUATANEJO DE AZUETA

César Antonio Aguirre Noyola

“UN MARAVILLOSO RINCONCITO DEL PACÍFICO GUERRERENSE”

CAPÍTULO PRIMERO

E) ÁMBITO LOCAL.

Situándonos en el contexto comprendido a partir de 1950 hasta el 31 de diciembre de 1953 —intervalo temporal anterior a la fundación del municipio de José Azueta— Zihuatanejo conservaba el estatus de localidad dependiente del municipio de La Unión; se regía jurisdiccionalmente por el Juzgado Mixto de Primera Instancia del Distrito Judicial de Montes de Oca con asiento en la propia municipalidad de La Unión; el cual también atendía asuntos  provenientes  de  Coahuayutla  de  Guerrero y de Petatlán;  estaba circunscrito al Cuarto Distrito  Electoral  Uninominal  Local, integrado  por  Atoyac de  Álvarez, Benito  Juárez, Coahuayutla de Guerrero, La Unión, Petatlán y su cabecera distrital Técpan de Galeana; y formaba parte del Cuarto Distrito Electoral Uninominal Federal, compuesto con Acapulco [sic] (donde se hallaba la sede), Atoyac de Álvarez, Azoyú, Benito Juárez, Copala, Coyuca de Benítez, Cuahutepec [sic], Florencio Villarreal, La Unión, Petatlán, San Luís Acatlán, San Marcos y Técpan de Galeana. La autoridad de la población estaba depositada en la figura del comisario.

En marejada alta el mar se introducía a la laguna creando delgadas láminas de sal que posteriormente se explotaban; no obstante, la actividad salinera se vio menguada a partir de 1950. A corta distancia de ahí se instaló una fábrica de hielo, pensando en la mejor conservación de mariscos y pescados. Las camionetas de carga y de pasajeros eran en esta época el medio de comunicación más eficaz entre las poblaciones de Petatlán y Zihuatanejo. En temporada de lluvias, entre las huertas de coco, se unían los arroyos El Limón, Agua de Correa y El Calechoso para desembocar en la bahía, pero ya entradas las secas su caudal se debilitaba y el agua que corría con tanta intensidad se resumía a una profundidad aproximada de dos metros, por lo que era de suma importancia perforar la tierra para construir norias que abastecieran el vital líquido e improvisar lavaderos cubriéndolos con pencas de cocotero a fin evitar que el sol dificultara el trabajo de quienes acudían a lavar ropa.

Tres cosechas de coco al año, por lo menos, producían una actividad increíble en la región y significaban también motivo de regocijo que compartía el costeño con sus semejantes; mejoraban la cocina y el vestido; en muchos casos, los hijos podían ir a estudiar fuera de la población rural y, sobre todo, atender las enfermedades, mantener la casa en condiciones de seguridad e invertirle a la huerta.

El señor Sigifredo Amaro Juárez (q.e.p.d.) manifiesta “Yo recuerdo que la superficie de lo que hoy es la cabecera municipal de Zihuatanejo de Azueta tenía varios potreros, cuyos dueños eran don Darío Galeana Farfán, los hermanos Alberto y Baltazar Castro Villalpando, don Salvador Espino González, los señores Alfonso y Felipe Palacios Velarde, don Jesús Valencia Olivar, don Rodolfo Campos Luviano, doña María Ávila López, el señor Eladio Palacios Soberanis, don Pablo Reséndiz Nogueda, la señora María Pineda Flores, el señor Damián Pineda, don Román Juárez Mendoza, el señor Alberto Blanco, don German Bracamontes, don Fernando Bravo Solís, Güin Orozco, entre otros. Así mismo había innumerables huertas de palmeras de coco: fácilmente se podía apreciar el extenso palmar, por cierto dicho vegetal se encontraba bien cotizado. Cabe agregar que una actividad importante para la gente de aquella comunidad estaba representada por la pesca ribereña, la cual se desarrollaba en modestas canoas o pangas generalmente construidas de troncos de parota, y la mayoría de las personas que vivían en la colonia La Noria (actualmente colonia Lázaro Cárdenas) se dedicaban a esa actividad”.

Algunas familias residentes en Zihuatanejo en el año de 1950, eran Romero (Landitas), Galeana Solís, Ávila López, Campos Aburto, Castro Aburto, Martínez Ávila, Pano Ayón, Valle Blanco, Arciniega Ruiz, Chávez Valle, Allec Galeana, Campos, Ayvar Romero, Hernández Hernández, Von Rieguen Nogueda, Castro Bracamontes, Galeana Gómez, Bravo Farías, Fernández Serna, Palacios Ávila, Palacios Soberanis, Valencia Villegas, Montenegro, Fantini Valle, Amaro Juárez, Merel Rodríguez, Rodríguez Peña, Núñez, Lobato Palacios, Olascoaga Hernández, Tellechea Pineda, Lara Suárez, Mora Luviano, Alvarado, Reséndiz, Gómez Ríos, Vargas, Vargas Galeana, Reyes, Blanco, Reyes López, Espino Villegas, Durán Abarca, Abarca Hernández, Sánchez, Campos Luviano, Juárez Vázquez, Espino Velarde, Meneses González, y Pineda…

Sabia virtud de conocer el tiempo.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.

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