por Julio Cesar Hernandez Martinez
El martes 3 de noviembre se realizaron las elecciones para decidir quien será el próximo presidente de Estados Unidos, nuestro vecino país del norte a partir del 20 de enero de 2021. Como sabemos contendieron el actual Presidente Donald Trump y el exvicepresidente Joe Biden. Conforme a los resultados, resulto ganador Biden con una ventaja de mas de 5 millones de votos y con mas de 300 votos del total de 538 que integran el Colegio Electoral.
Como sabemos el sistema electoral de Estados Unidos es complejo, ya que es una democracia indirecta; los electores eligen sus representantes por cada entidad federativa y ellos conforman el colegio electoral quien define el ganador. Es evidente la amplia ventaja del candidato del Partido Demócrata quien mostro en campaña un discurso unificador y que convenció a la mayoría de los electores estadounidenses.
Hasta el momento han felicitado a Biden la mayoría de los lideres del mundo. Ya lo hicieron Emmanuel Macron de Francia; Angela Merker de Alemania; Justin Trudeau de Canadá; Boris Johnson de Reino Unido; los Presidentes de Cuba, Venezuela y China. Inclusive el Papa Francisco, máximo jerarca de la Iglesia Católica en el mundo le envió bendiciones. Sin embargo el Presidente López Obrador no lo ha hecho, lo cual le ha ocasionado criticas en México y en el Mundo. Amlo citando a la “Doctrina Estrada”, afirma que no lo hará hasta que concluya el proceso electoral estadounidense.
Esta doctrina se manifiesta en contra de que los países decidan si un gobierno extranjero es legítimo o ilegítimo, especialmente si este proviene de movimientos revolucionarios. Formulada por Genaro Estrada, connotado poeta, escritor y diplomático mexicano (1887 – 1937), esta doctrina conocida como de la “no intervención” postula que cada pueblo tiene el derecho de establecer su propio gobierno y de cambiarlo libremente. En consecuencia, los nuevos gobiernos no necesitan ni requieren de reconocimiento alguno por parte de sus homólogos para obtener plena validez jurídica.
La doctrina Estrada fue declarada el 27 de septiembre de 1930, coincidiendo con el aniversario de la consumación de la independencia de México, por el secretario de relaciones exteriores Genaro Estrada hacia los representantes diplomáticos de México en Sudamérica con la intención de servir de guía ante los cambios políticos que en esa región se estaban generando. Dicha declaración sirvió un segundo propósito, al servir como respuesta de México hacia la negativa de las naciones extranjeras a reconocer a los gobiernos mexicanos postrevolucionarios.
Genaro Estrada dejó constancia de que tras la práctica de aquel reconocimiento se encubría una indebida injerencia de un estado en los asuntos internos de otro; era obvio que condenaba la política norteamericana de decidir sobre el futuro de los gobiernos latinoamericanos.
Genaro Estrada, en su condición de ministro de Relaciones Exteriores, envió en 1930 una circular a las cancillerías del continente, donde señalaba que era “inconvincente dejar al arbitrio de los gobiernos extranjeros el pronunciamiento sobre la legitimidad o ilegitimidad de otro régimen, produciéndose con este motivo situaciones en que la capacidad legal o ascenso nacional de los gobiernos, parece supeditarse a la opinión de extraños”.
Quienes critican al Presidente López Obrador, afirman que tiene un fuerte compromiso con el Presidente Donald Trump, el cual le impide actuar como la mayoría de los mandatarios del mundo. Hay que recordar que en plena campaña electoral de Estados Unidos, Amlo fue a Washington a reunirse con el mandatario estadounidense para celebrar el nuevo acuerdo de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Dicha visita se le dio uso electoral, ya que imágenes de dicha reunión se utilizaron en spots de campaña del candidato del Partido Republicano. Ahí se negó a asistir el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Considero que esta postura de Amlo no debe afectar la relación entre Estados Unidos y México. Nuestras economías se retroalimentan y son importantes para preservar la estabilidad política y económica de ambas naciones. Ojala que el Presidente de México haga uso de lo mejor de la diplomacia para tener una excelente relación con Joe Biden, ganador de las elecciones de Estados Unidos. Hay que superar posibles malos entendidos. Nos conviene a todos.