Lilia Arellano
*Conago, “no sirve de nada”: Jaime Rodríguez
*Elude AMLO resolución de crisis sanitaria y económica
*Presidente enfoca su discurso en combate a la corrupción de EPN y FCH
Por los temas de la agenda nacional y los problemas resentidos en México con crisis simultáneas: sanitaria, económica y de seguridad, debió ser crucial para el futuro del país la reunión de este miércoles, en San Luis Potosí, del presidente Andrés Manuel López Obrador y los integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). Sin embargo, desde antes se esperó fuera una esperanza frustrada más por el tabasqueño, quien se concentra en bloquear la intención de los mandatarios de construir un nuevo pacto fiscal que les permita tener mayores recursos, y centrar los temas en los de interés para el actual inquilino de Palacio Nacional. A AMLO le dio buen dividendo exhibir a la cleptocracia de Enrique Peña Nieto para la elección de 2018, ¿por qué no repetir la estrategia hacia 2021? Además, no tiene nada más. Los temas de la corrupción en el peñato y durante la gestión de Felipe Calderón serán los centrales de aquí a los comicios del próximo año. Y sobre el encuentro del presidente con los mandatarios, ya lo adelantó el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez: “La Conago es como “El Club de Toby”, no sirve (…) No resolvemos nada; es simple protocolo. Nunca ha servido de nada. Hoy esperemos que sí”.
López Obrador ha logrado eludir su responsabilidad en la agudeza de la crisis económica, derivada de la pandemia. El tabasqueño ha logrado permear entre la población que el cierre de decenas de miles de negocios y el confinamiento general fueron obligados por las circunstancias y no es responsabilidad de su administración. Para la opinión pública en general es más difícil entender hubiera sido posible mitigar los efectos de esta crisis con estrategias de política económica, lo que si conllevaría responsabilidad de la autoridad. En cuanto a la crisis sanitaria, con alcances globales y cientos de miles de personas afectadas, las consecuencias fatales se han centrado en una minoría de la población, pocos en relación a la población global, por lo que la gente la ve como una tragedia colectiva. No se han destacado los errores de la Secretaría de Salud al insistir en un modelo “centinela” para enfrentarla y apostar por una “inmunidad de rebaño”, con la cual el número de decesos se acrecienta irresponsablemente, en lugar de apostar por la contención precisa de la pandemia a través de la localización de infectados con pruebas masivas entre la población, estrategia exitosa aplicada en otros países. Y la ola de violencia, aunque se siguen rompiendo récords en delitos de alto impacto, en la 4T se ha logrado normalizar y se toma como parte de la cotidianidad. De ahí se explica porque la popularidad de AMLO no ha caído aún más, porque además ha logrado posicionar el tema del combate a la corrupción… en los sexenios anteriores, no en el suyo.
Regresando a la reunión de este miércoles, para “ablandar” a los gobernadores del país, renuentes a sus políticas de gobierno, el presidente ordenó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) cambiar la normativa del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF) para acelerar la entrega de recursos a los estados y municipios. En lugar de que la transferencia se haga cada trimestre, será cada mes para garantizar haya suficiente flujo de dinero para impulsar la reactivación económica, señaló la dependencia, quien precisó en agosto se transfirieron 13 mil millones de pesos a los gobiernos locales, 20 por ciento de ese gasto va a municipios. El dinero se suma a los 20 mil millones de pesos entregados en julio, subrayó. Esta nueva transferencia mensual pretende resarcir la disminución de las participaciones y garantizar el flujo de recursos a los gobiernos de estados y municipios para impulsar la reactivación económica dentro de sus territorios.
Economía
y salud
Pese a los grandes temas pendientes de la agenda nacional, López Obrador los elude y se centra en exhibir la corrupción de los gobiernos del PRI y del PAN. Ahí enfoca su discurso y estrategia. La conferencia mañanera realizada en Querétaro, con un gobernador embarrado en las delaciones de Emilio Lozoya, ex director de Pemex, en relación a los sobornos dados a legisladores del PAN, PRI y del PRD, se desarrolló en esa línea marcada por el tabasqueño. A Francisco Domínguez Servién, mandatario de Querétaro, se le permitió responder a los señalamientos: acusó a Lozoya Austin de pretender involucrarlo, “con una bajeza inaudita, en actos de corrupción, ha aportado sólo sus dichos que valen lo que su prestigio, nada”, luego de que un día antes el Ejecutivo federal diera gran difusión a un video en donde se observa a dos funcionarios panistas del Senado recibiendo dinero de presuntos sobornos. “De manera perversa se filtró un video que aparece una persona de mi confianza, lo removí de su cargo para que apele al derecho que le convenga. Por mi parte no tengo nada que temer, nada de qué avergonzarme y nada que ocultar. Los dichos del señor Lozoya son una infamia”, destacó y agregó: “No se puede creer en la palabra de un delincuente confeso y hoy doy la cara aquí y ante la autoridad, no busco protección a cambio de inventar falsedades. Hay una intención política, no es cuestión legal, atacan a un gobernador de oposición bien calificado. Doy la cara y defenderé mi nombre”, declaró.
Dado el golpe contra los panistas, López sacó a relucir nuevamente las maniobras en la administración de Peña Nieto, del PRI, ahora en relación a la administración del puerto de Veracruz. El presidente declaró no ha mejorado el puerto de Veracruz en el tiempo que ha sido operado por la empresa que tiene la concesión por 100 años para su manejo, “tampoco se puede decir que durante ese tiempo ha mejorado mucho el puerto de Veracruz; si hablamos en volúmenes de carga, no es así son otras las circunstancias, pero en manejo de contenedores tanto Manzanillo como Lázaro Cárdenas tiene más manejo que Veracruz y no olvidar que fue el principal puerto por siglos”. El titular del Ejecutivo federal destacó que la concesión de la administración del Puerto de Veracruz es una muestra de cómo los gobiernos anteriores simularon las privatizaciones de puertos, ferrocarriles, bancos y el petróleo, y cómo “la función pública se cede ante el interés y el negocio privado”. Sobre el caso de ese puerto, insistió: “Es una privatización (…) Se nos hizo creer que la Nación seguía teniendo el dominio de los bienes, de recursos naturales como el petróleo porque en la reforma energética quedó establecido que la Nación es la dueña originaria del petróleo; sin embargo, al momento que se da una concesión, este dominio se interrumpe, se cede a un particular durante un tiempo”.
El tabasqueño mostró el contrató de ampliación, a 2094, de la concesión de la administración del puerto a la Administración Portuaria Integral (API) de Veracruz y cómo en el documento se incluyen opiniones y las bases legales para avalar el acuerdo. La API estuvo representada por su director general, el ingeniero Juan Ignacio Fernández Carbajal. Por parte del gobernó federal firmó el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, el 6 de julio de 2018, cinco días después del triunfo electoral de López Obrador. “Todo legalito”, ironizó el mandatario, quien anunció se revisará el efecto del convenio, porque se puede señalar que la API de Veracruz pertenece al sector público, pero “la administración corresponde completamente a particulares”. Insistió se revisará la ampliación de la concesión, “porque es muy extraño, primero, por qué a cien años; segundo por qué después de las elecciones (de 2018); y tercero, quienes son los beneficiaros y montos”.
Su línea discursiva siguió por esa senda trazada: recordó que el ex presidente Ernesto Zedillo concesionó los ferrocarriles “por treinta o cuarenta años” y, antes, Carlos Salinas los bancos. “En 12 meses Salinas entregó 15 bancos, más de uno por mes. Y además simulaba que había subastas, había convocatorias y licitaciones. Se abrían los sobres y salía el “ganador”. El que quedaba en segundo lugar ya sabía que en la próxima le toca y así los 15 bancos. Se puede probar. Se llevó a cabo un proceso de privatización, se entregaron bienes públicos a particulares”. AMLO ha logrado sacar provecho de las delaciones de Emilio Lozoya Austin para exhibir la corrupción de la clase política en los gobiernos anteriores, y lo seguirá haciendo durante los meses siguientes. El tema está bien posicionado en la opinión pública, tras la difusión de los videos difundidos esta semana, los cuales le han permitido al presidente fundamentar sus dichos sobre la corrupción en el régimen de Peña Nieto y Felipe Calderón.