Opinion

Estado de los ESTADOS

By Despertar de la Costa

June 22, 2022

Lilia Arellano

“Se requiere mucho ingenio para no naufragar en la popularidad”: Remy de Gourmont

Ciudad de México, .- La falta de resultados de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador contrasta con su alta popularidad. Los especialistas no terminan de ponerse de acuerdo por este aparentemente contradictorio fenómeno. Algunos lo atribuyen al manejo de la propaganda, todos los días desde Palacio Nacional en las conferencias mañaneras, y al reparto de dinero a millones de personas a través de sus programas sociales de corte electorero, cuyo costo asciende este año a más de 447 mil millones de pesos, repartidos con criterios de refuerzo a la popularidad de los candidatos de Morena a cargos de elección popular. 

Pero los éxitos del gobierno de la auto denominada Cuarta Transformación no existen: la economía sigue estancada, México ya perdió dos lugares en el ranking mundial de las economías, el PIB per cápita retrocedió a niveles de hace 8 años; la ola de violencia sigue creciendo, las ejecuciones ya sobrepasaron la totalidad del régimen de Felipe Calderón; este se perfila para ser el sexenio más sangriento de la historia; el desarrollo social registra graves retrasos, sobre todo en materia de salud; la pobreza aumenta, millones de mexicanos caen en ella  y eso parece convenir al gobierno ampliando así el universo cautivo para sus programas electoreros.

Todos los datos duros señalan un gobierno fallido, pero la popularidad del tabasqueño no decae, al menos en los niveles que deberían ante el actual panorama nacional, pues más de la mitad de la población lo apoya, aunque reniegan de los resultados de su gobierno. En materia económica, la actividad del país bajo su ritmo de crecimiento en mayo, reveló el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE),  realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esta medición estima anticipadamente el desempeño económico antes de la publicación del índice general Indicador Global de la Actividad Económica, mejor conocido como IGAE, y reportó un crecimiento de 1.3 por ciento en abril pasado.

El IOAE estima  hubo un crecimiento de 0.1 por ciento en mayo con respecto a abril el la actividad económica. Desde el arranque de la administración de López Obrador su impericia causó una contracción de la economía: en 2019 el PIB se contrajo 0.1 por ciento; en 2020, como efecto de la pandemia por Covid 19 y los errores cometidos por el gobierno federal en su atención, el PIB se precipitó -8.5 por ciento; en 2021, el rebote de la economía no logró resarcir las perdidas de los meses anteriores y avanzó sólo 4.8 por ciento; para este año, los especialistas coinciden en que el crecimiento del PIB no sobrepasará el 1.7 por ciento. Los datos en materia económica son pésimos y ahora añoran el crecimiento de 2% promedio alcanzado en los gobiernos neoliberales. Lo peor de todo es el crecimiento de la pobreza y la pobreza extrema en territorio nacional. La “economía moral” de AMLO provocó la caída de la inversión ante la incertidumbre política y legal de la 4T. No hay confianza en los inversionistas en este gobierno.

Por la incompetencia en el manejo de la economía nacional y la pandemia de Covid-19, el porcentaje de las personas en pobreza y pobreza extrema aumentaron. El plan de la administración de AMLO de recurrir a las transferencias directas de apoyos monetarios para las familias, estudiantes, personas adultas mayores y otros sectores en situación de vulnerabilidad para mejorar sus condiciones de vida se frustró con la pandemia del coronavirus. En México, la población en situación de pobreza aumentó de 2018 a 2020 de 51.9 millones a 55.7 millones, es decir pasó del 41.9% a 43.9%, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). En tanto, la población en situación de pobreza extrema pasó de 7.0% a 8.5%, entre 2018 y 2020. Este cambio representa un aumento de 8.7 a 10.8 millones de personas. 2.1 millones más, indica Coneval.

Al cierre del año pasado, 40.3% de la población estaba en pobreza laboral, refiriéndose a quienes trabajando no obtienen ingresos para adquirir la canasta básica. En el primer trimestre de 2020 la población en esa misma situación era de 35.6% y en el primer trimestre de 2022 es de 38.8%, por lo tanto, los niveles de ingreso todavía son menores a los previstos al inicio de la pandemia. Además del estancamiento económico, los mexicanos resienten una alta inflación desde hace meses. Tras un largo periodo de incrementos en los productos de consumo popular, por fin el gobierno de AMLO intento hacerle frente y acordó el pasado 4 de mayo con la iniciativa privada un Paquete contra la Inflación y la Carestía (Paci), con lo que ambos sectores se comprometían a “estabilizar los precios de 24 productos de la canasta básica”.

Siete semanas después, el fracaso es total: los precios de varios de los productos básicos contenidos en esa lista no sólo no se estabilizaron, mucho menos bajaron, y lejos de eso, han seguido aumentando en detrimento de la capacidad adquisitiva de las familias, sobre todo de las de más bajos ingresos. De acuerdo con datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, alimentos como el jitomate saladet aumentó 42.4% pasó de 19.07 pesos el kilo a 27.15 pesos; la naranja subió 23.6% de 15.6 pesos el kilo a 19.32. El papel higiénico de cuatro rollos incrementó su precio de 30.29 a 34 pesos; y la papaya se elevó de 23.87 a 26.37 pesos el kilo, un incremento del 10.5 por ciento. Otros productos con alzas moderadas son aceite vegetal de canola, chile jalapeño, arroz de grano, atún, azúcar morena, bistec de res, huevo blanco, pan de caja, manzana y pollo entero. Todo ascendiendo hasta llegar a las nubes y desaparecer, porque el siguiente paso no referirá carestía sino escasez.

La inflación no se ha disparado más del 7.65% porque el gobierno de AMLO subsidia los precios de los combustibles. En México, la gasolina de bajo octanaje, conocida como Magna o regular, se incrementó en los últimos 12 meses 6.81 por ciento. En contraste, en Estados Unidos el incremento promedio de las gasolinas en el último año fue de 48.7 por ciento. La razón de este incremento diferenciado es el subsidio aplicado al combustible.  Considerando tanto el IEPS no cobrado, el IVA no generado y algunas transferencias,  se estima el monto del subsidio anual en unos 400 mil millones de pesos. De ese tamaño es el boquete a las finanzas públicas decretado por AMLO. En el ánimo de no generar opinión contraria, el tabasqueño sacrifica recursos necesarios para apoyar a los sectores de menores ingresos. Igual sucedió en el caso de la reforma fiscal. Si hubiera existido disposición para emprenderla, en lugar de “pobreza franciscana” tuvieran dignidad republicana en los servicios públicos.

Además de su inagotable narrativa en las conferencias mañaneras, con las cuales marca la agenda nacional, el presidente aumentó el presupuesto para los programas sociales, los cuales, de hecho, no han impactado en los niveles de pobreza. Hay casi 4 millones más de pobres en México; 15 millones de mexicanos con acceso a los servicios de salud pública al inicio de su gobierno, hoy ya no lo tienen. Los programas sociales no funcionan para erradicar la desigualdad porque eliminó otros que sí. Su política de salud fue tumbar el Seguro Popular y sustituirlo en un día por el Instituto de Salud para el Bienestar, el cual hasta la fecha sigue sin funcionar, en pocas palabras, ha sido un gran fracaso. El manejo de la pandemia de Covid-19 fue totalmente fallido: despreciaron el uso del cubrebocas y las pruebas, aseguraron, casi juraron, no era grave ni mortal el coronavirus y motivaron a la gente a seguir saliendo, pronosticando inicialmente morirían, si acaso, unas 6,000 personas. Con las evidencias científicas en la mano, la mayoría de los gobiernos rectificaron. El de México no. El costo de los errores en la materia llevó al registro de uno de los mayores excesos de mortalidad del mundo, casi 800 mil en total.

Lo mismo pasa en materia de seguridad. Su estrategia de hipermilitarizar el combate al crimen y al mismo tiempo ofrecer a los delincuentes “abrazos, no balazos” tiene a México sumido en un baño de sangre. Este sexenio se perfila para ser el más sangriento de la historia, y el presidente López Obrador sigue culpando al ex mandatario Felipe Calderón Hinojosa de esta situación. Los niveles de violencia siguen escalando en el país. Oficialmente, al gobierno federal debió reconocer ha sido en sus tres años y medio cuando el registro de homicidios dolosos alcanzan una cifra mayor a la reportada durante todo el sexenio del michoacano. Van 121 mil 555 homicidios en el tiempo de la 4T, contra 120 mil 463 en todo el gobierno de Calderón. Siete de los ocho meses más violentos en la historia de México, han sido durante el gobierno de López Obrador. Sin embargo, han mostrado una negativa total para corregir el rumbo en materia de seguridad, dejando entrever se espera sea un cártel quien gane la guerra y así se pacifique al país, con lo cual los mafiosos les estarán haciendo su trabajo.

Negar una y otra vez tener relaciones o acuerdos con el narco es obligado o ¿alguien pensará llegaría una aceptación de esta naturaleza en el templete? Tal vez y sólo tal vez, se aceptan estas relaciones cuando se está en calidad de testigo protegido y  en otras tierras, en EU, por ejemplo.

ATENDERAN SENADORES VORAGINE DE LA VIOLENCIA

 “Es momento de reflexionar en el Congreso y de revisar, con toda seriedad, el plan de seguridad en el que los senadores tenemos la obligación constitucional de hacerlo” sostiene el presidente de la Jucopo, tras expresar sus condolencias por el asesinato en Chihuahua de los sacerdotes jesuitas: “enviamos nuestro acompañamiento de dolor a la comunidad católica, de la cual soy parte, por el cobarde asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos, conocido como el Padre Gallo; y César Joaquín Mora Salazar; tragedia acaecida al interior del Templo, en una comunidad perteneciente al municipio Cerocahui, Chihuahua”.

Ricardo Monreal exigió a las autoridades del estado de Chihuahua y a las fiscalías la urgente y rápida aclaración de: “estos cobardes asesinatos, y de todos los que están ocurriendo en el país; y la detención de los responsables que están, por cierto, en este caso, plenamente identificados”. Lamentó nos encontremos en esta vorágine de violencia en el país, la cual no ha sido detenida, contemplando después de varias décadas el avance del crimen organizado en territorios completos del país. “Es momento de reflexionar en el Congreso y de revisar, con toda seriedad, el plan de seguridad en el que los senadores tenemos la obligación constitucional de hacerlo”. Considera el zacatecano es el momento de abordarlo sin tabúes, sin ideologías, sin intereses partidistas y sin actitudes egoístas. “Es momento de reflexión para el país”.

DE LOS PASILLOS

El Banco de México reportó que las reservas internacionales presentaron una disminución acumulada, respecto al cierre de 2021, de 4 mil 205 millones de dólares. Con esto, el saldo de las reservas fue de 198 mil 184 millones de dólares luego de disminuir por 548 millones durante la semana pasada, con lo que hiló tres periodos a la baja, y se ubica a 7 mil 365 millones de su máximo histórico registrado el 3 de septiembre de 2021. Además, debido a que se prevén aumentos de tasas de interés en adelante, es casi un hecho  se mantendrá la desacumulación de reservas por el cambio de valuación, advirtió el subgobernador Jonathan  Heath.