Cuauhtémoc Rea Salgado
Atoyac, Gro. — “Cada vez hay menos trabajo para los carretilleros y menos oportunidad para trabajar; este oficio está a punto de extinguir”, comenta con nostalgia Flavio Mesino Gómez, mejor conocido como “El Tiernito”, uno de los últimos carretilleros de Atoyac.
A sus 80 años de edad, Flavio continúa recorriendo las calles del Centro de la ciudad empujando su carretilla, como lo ha hecho desde que tenía apenas 10 años. Sin embargo, reconoce que los tiempos han cambiado y que ya son pocas las personas que recurren a este medio de transporte para mover sus mercancías.
Pero “El Tiernito” no solo ha sido carretillero. También es artesano y músico tradicional: elabora la indumentaria para la danza de El Cortés y toca el violín en la danza de El Macho, dos expresiones culturales emblemáticas de la región.
Hablar de Flavio Mesino es hablar de un personaje entrañable e icónico de la ciudad cafetalera. Ha recorrido cada calle innumerables veces, llevando carga, historias y sonrisas. “A quién no le ha llevado alguna mercancía, no conocerlo es no pertenecer a esta tierra”, dicen con cariño los vecinos.
Flavio representa el esfuerzo, la constancia y la perseverancia. Ni el paso del tiempo ni las dificultades han logrado detenerlo. Hoy, posa dichoso, orgulloso de lo que la vida y Dios le han permitido vivir.
Quizá no tuvo grandes riquezas materiales, pero sí algo mucho más valioso: una amplia descendencia entre hijos y nietos, y el cariño sincero de todo un pueblo que lo reconoce, lo respeta y le aplaude por ser ejemplo de trabajo, humildad y amor por Atoyac.