Editorial

EDITORIAL

By Despertar Redacción

June 11, 2020

Es la BOA: la nueva teoría del ‘compló’ de AMLO

Si solamente se tratara de un chiste el asunto quedaría en la anécdota y no debería prestársele mayor atención. Pero todo hace indicar que no es así y que más bien se trata de un intento –burdo, sin duda, pero intento al fin– para justificar la toma de decisiones antidemocráticas.

Nos referimos, desde luego, al Boagate, el más reciente “descubrimiento” del Gobierno de la República en relación con la existencia de adversarios suyos que buscarían organizarse para desplazar al partido en el poder de la posición que actualmente ocupa ¡por medios democráticos!

Preocupa, por supuesto, que sea el propio Presidente de la República quien de a conocer la existencia de un documento, presuntamente “confidencial”, llegado a Palacio Nacional en circunstancias enigmáticas, en el cual se contendría un plan para agrupar a las fuerzas de oposición en el País y aprovechar los errores cometidos por la actual administración.

Las razones para preocuparse son diversas:

En primer lugar, incluso asumiendo que el documento fuera auténtico, todo lo que allí se plantea forma parte de los mecanismos de la democracia, por más que algunos pudieran parecernos poco deseables, como el hecho de que partidos con ideologías antagónicas se unan para ir juntos a las urnas.

Pero es que incluso eso no sería ninguna novedad, pues se trata exactamente de la misma fórmula usada por López Obrador para llegar al poder: reunió en una alianza a su partido, Morena, postulante de una ideología de izquierda, con el ultraconservador Encuentro Social.

En segundo lugar llama a preocupación el hecho de que se trata de un documento en el cual se reúnen, coincidentemente, a todos los individuos, organizaciones e instituciones, públicas y privadas, a las que el Presidente ha identificado como “adversarios”, lo cual constituye una recreación milimétrica de lo que en sociología se conoce como “profecía autocumplida”.

Durante meses, el Presidente ha “advertido” a sus seguidores de la existencia de “intereses oscuros” que buscan debilitar su movimiento para regresar al período de los privilegios y de la corrupción. La “aparición” del documento en el cual se detallan las intenciones del “BOA” constituiría la prueba incontestable de que las advertencias presidenciales eran ciertas.

Para beneficio colectivo, el intento se montó de una manera tan burda que no parece tener posibilidades de éxito. Pero frente a esta circunstancia resulta obligado preguntarse por qué el Presidente de la República se atrevió a ser él mismo el portador del mensaje.

Una probable respuesta a dicha interrogante es que sólo él tiene –todavía– el capital político suficiente para lanzar al aire un anzuelo de este calibre y que una parte del público muerda la carnada.

En cualquier caso parece que se trata de un acto de extrema irresponsabilidad que debería conducir a cuestionar, con la mayor severidad, el compromiso democrático de un gobierno que hoy existe justamente porque en México el poder se renueva por medios democráticos.