fbpx

DEL ANECDOTARIO POLÍTICO “Ya ni la chingas René, te viniste en pijama al evento”

César Antonio Aguirre Noyola

En otra anécdota ya hice énfasis en que el licenciado Emiliano Corona Solano (q. e. p. d.) había dirigido en dos ocasiones la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Guerrero. También manifesté que tuve la oportunidad de auxiliarlo en los trabajos inherentes a su encargo durante la segunda vez en que se desempeñó como director —ello fue de 1999 al 2002— habiendo fungido como su asistente. Fue un hombre culto, carismático, con una enorme capacidad de reacción e inteligente.

Él conocía casi a todos los miembros de las cúpulas de los partidos políticos de la entidad, particularmente a los del Partido Revolucionario Institucional y a los del Partido de la Revolución Democrática (recordemos que los principales ideólogos y dirigentes del PRD, al momento de su fundación el 5 de mayo de 1989, provenían de una escisión o desprendimiento de las filas del PRI). No era de sorprenderse que en su lista de amigos aparecieran personajes como Rubén Figueroa Alcocer, René Juárez Cisneros, Ángel Heladio Aguirre Rivero, Héctor Antonio Astudillo Flores, Héctor Vicario Castrejón, Gerardo Fermín Alvarado Arroyo, Ma. Inés Huerta Pegueros, Martha Elva Garzón Bernal, Rosa Inés de la O García, Joel Eugenio Flores, Javier Rojas Benito,  Armando Chavarría Barrera, Saúl López Sollano, Octaviano Santiago Dionicio, René Lobato Ramírez, David Jiménez Rumbo, Ernesto Fidel Payán Cortinas, Mauro García Medina, etcétera.

Las clausuras de fin de cursos de la Facultad de Derecho —por lo nutridas que eran y porque las alumnas y alumnos que egresaban procedían desde distintas partes del Estado— constituían eventos que de ninguna manera se podían perder los políticos del municipio, del distrito y de la entidad. El salón predilecto para estas concentraciones multitudinarias (a veces atestado con más de 1500 gentes, entre los que se contaban egresados, padres, padrinos, invitados especiales, agentes de la prensa, invitados de los invitados, colados, et al) era el cinema del conjunto turístico “Jacarandas”, identificado por ser un amplio lugar que por su diseño parecía el salón de una corte europea de la época medieval. Era hermoso, regio, elegante, palatino.

Los tres actos de esta naturaleza que le correspondieron organizar al licenciado Emiliano durante su segundo mandato como director, contaron con la presencia y el apadrinamiento del gobernador René Juárez Cisneros (q. e. p. d.), con quien tenía una añeja amistad. Considero prudente precisarle a las personas lectoras que el referido titular del Poder Ejecutivo estatal cubrió el sexenio que abarcó del 1 de abril de 1999 al 31 de marzo de 2005. El foro por supuesto servía al Primer Mandatario del Estado como una oportunidad inmejorable para darse un baño de pueblo y, al mismo tiempo, hacer una que otra promesa de algún beneficio para la universidad o para la Facultad de Derecho que arrancara una lluvia de aplausos de la concurrencia.

La clausura de fin de cursos de la Licenciatura en Derecho, generación 1995-2000, se programó para  el mes de julio del año 2000. El escenario: el cinema del conjunto turístico “Jacarandas”. Yo fui el responsable, junto con otros dos compañeros de trabajo —Esjani Acalco Morales y Alberto Cortés Laureano— de desplegar varias actividades de la logística que se elaboró tendente a que todo quedara preparado para la fecha especial.

Como no hay fecha que no se cumpla, ni plazo que no se venza y tampoco deuda que no se pague, llegó el día. El licenciado Emiliano, como anfitrión del evento, se apersonó temprano en el lugar; se sentó en un extremo del amplio presídium que se había colocado sobre el escenario dispuesto para ese propósito; yo estaba de pie, a poca distancia, a espaldas de él, pendiente para lo que se le ofreciera (porque a veces era muy ocurrente). A los pocos minutos hizo acto de presencia el gobernador René Juárez Cisneros. Recuerdo que el Ejecutivo estatal arribó solo al recinto y, por decirlo con ese lenguaje, en fachas: portaba un pantalón de gabardina, color beige, sin pinzas, algo zancón; un par de mocasines casuales, color negro, que dejaban al descubierto parte de sus pies cuando caminaba; una sudadera blanca, de algodón, con cuello de tortuga; además de notársele una incipiente barba. Se sentó a la derecha del licenciado Emiliano, en el asiento inmediato siguiente reservado para él, y después de intercambiar saludos, ambos miraron unos momentos hacia el público en actitud de atención, de admiración y de reconocimiento. Espontáneamente, el licenciado Emiliano inclinó la cabeza hacia su flanco derecho para decirle algo al gobernador, yo supuse que iba a expresarle algo importante, pero la sorpresa fue escuchar que le comentó, a manera de broma y sonriendo, “Ya ni la chingas René, te viniste en pijama al evento”, el gobernador sonrió discretamente, respondiéndole, “Eres cabrón pinche Emiliano”. Después de ese episodio, continuaron atentos al desarrollo del programa, que por cierto apenas iniciaba, a cargo de la maestra de ceremonias.

Así se las gastaba el licenciado Emiliano. Genio y figura, hasta la sepultura.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.

About Author

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *