Opinion

DEL ANECDOTARIO POLÍTICO ¡Compadrito, yo creo que podemos ir por La Grande!

By Despertar de la Costa

June 27, 2022

César Antonio Aguirre Noyola

Cronológicamente nos ubicamos en la etapa de la preparación dentro del Proceso Electoral Ordinario de Diputados Locales y de Ayuntamientos Municipales 2017-2018 (antes de las precampañas y campañas). El licenciado Jorge Sánchez Allec aspiraba convertirse en el candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia Municipal de Zihuatanejo de Azueta, mientras que mi compadre Darío Allec (Abel Darío Allec Salinas) pretendía buscar la candidatura a una regiduría a través del Partido Verde Ecologista de México.

El licenciado Jorge Sánchez había iniciado activamente en la política local a partir de que subsidió la campaña del licenciado Eric Fernández Ballesteros (q. e. p. d.) en el año de 2012; siguió activo de 2012 a 2015 desde el interior del Gobierno municipal por medio de varios espacios administrativos obtenidos producto de una negociación; En 2015 tuvo un intento de ser el abanderado del PRI a la presidencia municipal, pero fue frustrado por la imposición del licenciado Martín Medina Reyes; en ese mismo año se “disciplina” (condicionando su participación a través pactar algunas regidurías y de puestos directivos de la estructura gubernamental municipal) y decide apoyar al licenciado Héctor Antonio Astudillo Flores, quien era el candidato a la Gubernatura del Estado por la coalición PRI-PVEM; el licenciado Martín Medina Reyes pierde la elección, no obstante el licenciado Héctor Astudillo se levantó con el triunfo, y éste último nombra al licenciado Jorge Sánchez como titular de al Dirección General y Administración del Fideicomiso Bahía de Zihuatanejo (FIBAZI); entre el 2015 y el 2018 el licenciado Jorge Sánchez continúa invirtiendo recursos económicos, humanos y materiales para su proyecto político orientado a alcanzar la presidencia municipal (ya tenía en su poder el FIBAZI, algunos ediles y ciertas áreas directivas de la estructura de autoridades municipales (éstas últimas derivadas de un acuerdo hasta la fecha sospechoso con el presidente municipal que cubrió el período 2015-2018). La inyección de dinero por parte del licenciado Jorge Sánchez para ese tiempo era ya multimillonaria, y tal parecía que no tenía recato alguno en seguir la inversión para lograr su objetivo.

Un funcionario municipal extraído de las filas del Partido Verde Ecologista de México, cuyo nombre y cargo —aunque me metan cuchillo— no revelaré, apareció como mecenas de mi compadre Darío Allec, brindándole ayuda para que se fortaleciera socialmente en el municipio de Zihuatanejo de Azueta y se colocara en la posibilidad de alcanzar la regiduría que por muchos años —casi con una fe religiosa— había anhelado. El apoyo consistió en proveerle al principio una máquina retro excavadora para cuya operación (compra de combustible) por poco nos orilla a una colecta pública, pues a menudo funcionaba casi con el olor del diesel; un camión de volteo provisto de unas llantas que tenían más chipotes que la cabeza de un rebelde escolapio de primaria allá por la década de los setenta; una pipa que parecía una gran regadera y que cuando llegaba a su destino sólo contenía un diez por ciento del agua que la cabía; y algunos meses después hubo el ofrecimiento de un vactor (vehículo automotor provisto con un sistema de succión-presión principalmente usado para desazolvar redes de drenaje subterráneas). El préstamo del vactor se dio con toda la voluntad de ayudar, pero a decir verdad el equipo tiraba más estiércol que un grupo de personas concentradas en una plaza pública manifestándose en contra del Gobierno.

Yo me desempeñaba como representante propietario del Partido Verde Ecologista de México en los consejos 03 federal y 12 local, así como suplente en el 11 consejo local, los tres con asiento en la ciudad de Zihuatanejo.

Con todas las limitantes expuestas, nosotros seguíamos trabajando con la gente, llevando al frente a mi compadre Darío Allec. Cierto día, siendo aproximadamente las 04:00 a. m. (cuatro de la madrugada) recibí una llamada a mi teléfono celular. En la oscuridad de mi cuarto, y atraído por el tono escandaloso de mi móvil, magnificado por el silencio de la noche, desperté abruptamente y orienté la mirada hacia donde se escuchaba el sonido y resaltaba brillante la luz en la pantalla del aparato. Revisé quién me marcaba, y decía “Compa Darío” (así estaba registrado en mi lista de contactos mi compadre Darío Allec). Como era una situación atípica, sobre todo estimando el horario, supuse que algo urgente quería decirme, por lo que contesté de forma rápida. Del otro lado de la línea se encontraba efectivamente mi compadre Darío Allec, quien con una voz trasnochada e imbuida de sustancia etílica, primero me saludó, y después me externó lo siguiente: “Oye compadrito, pensándolo bien, si tenemos la manita de chango (se refería a la retro excavadora), el camión de volteo, la pipa, más el vactor que hace poco nos entregaron, yo pienso que no sólo podemos ir por la regiduría sino por La Grande, por la presidencia, y darle batalla a mi primo Jorge”. Creo que el comentario terminó de despertarme, y no queriendo yo entrar en detalles, le dije, “Compadrito, le parece si al rato lo platicamos”. Por un momento pensé que se trataba de una broma, pero después me di cuenta que sus palabras eran en serio. Estoy convencido que dentro de la política es aceptable apasionarse, pero es muy lamentable desubicarse. Simplemente… fue de risa.

César Antonio Aguirre Noyola

Investigador en materias política y electoral.