Agencias
CIUDAD DE MÉXICO. La pandemia del Covid-19 que azota a gran parte del mundo ha dejado al descubierto el abandono de los servicios de salud pública a nivel global lo que se ha reflejado en desgarradoras escenas de enfermos graves. La pandemia aún en curso -aseveró el presidente, Andrés Manuel López Obrador – “nos dejará centenares de miles de ausencias irreparables y una economía dislocada y severamente disminuida. En muchos sentidos, tenemos que darnos a la tarea de reconstruir el mundo” a partir de la colaboración y la fraternidad, para dejar a un lado el “sálvese quien pueda.
A través de un documento denominado “Algunas lecciones de la pandemia Covid-19 López Obrador aseveró que si bien “el coronavirus no es responsable de esta catástrofe económica, la pandemia sólo ha puesto en evidencia el fracaso del modelo neoliberal en el mundo”.
En un texto de seis cuartillas, consideró que en el plano económico, este fenómeno revela la necesidad de “desechar el modelo que genera riquezas sin bienestar y procurar una mayor intervención del Estado en su conjunto en el cumplimiento de su responsabilidad social para garantizar derechos básicos y universales (…) No es posible seguir desplazando la justicia social de la agenda de los gobiernos. No es jugar limpio utilizar al estado para defender intereses particulares y procurar desvanecerlo cuando se trata del beneficio de las mayorías.
En este sentido, el presidente consideró fundamental la reconversión de los organismos económicos y financieros internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico y el Grupo de los 20, en verdaderos promotores de la cooperación para el desarrollo y el bienestar de los pueblos y naciones.
López Obrador aseveró que la gran lección de esta epidemia es la necesidad “indispensable de fortalecer los sistemas públicos de salud y, al mismo tiempo considerar que al igual que la educación y la seguridad social, la salud no puede ser una simple mercancía ni un privilegio, sino un derecho inherente a todos los seres humanos; por ello, los presupuestos destinados a estos rubros no son gastos, sino inversión en el recurso más valioso preciado de cualquier nación: su población.
Para el mandatario, otra lección preliminar de esta pandemia es la impostergable necesidad que se tiene de atender el grave problema de las enfermedades crónicas, las cuales ya en condiciones normales han propiciado muchas muertes por infartos, obesidad o diabetes.
En su texto, el mandatario urgió a la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud a convocar, de inmediato, a gobiernos y científicos en el mundo para la creación de vacunas contra el coronavirus y otros males.
Finalmente se pronunció porque las directrices de los gobiernos en el mundo se guíen “por principios humanitarios mas que por intereses económicos, personales, de grupos o de potencias, por legítimos que sean. “No a la violencia ni a las guerras de ninguna índole, no al predominio de grupos de presión o intereses creados, no a la desigualdad, al racismo, a las dictaduras, sí a la paz, a la justicia, a la igualdad, a la libertad, a la democracia y el bienestar”.