Isaac Castillo Pineda
Pese a los múltiples reportes de casos del virus Coxsackie en planteles de nivel maternal y kínder en Zihuatanejo, autoridades de salud estatales y municipales se han mostrado sin interés ni apertura para brindar información oficial, impidiendo el acceso a datos relevantes como el número de contagios en menores, rangos de edad, planteles escolares involucrados, disponibilidad de medicamentos y si existen o no protocolos de atención para evitar una epidemia local.
Sin tener éxito, este medio de comunicación ha intentado contactar, tanto por vía telefónica como de manera presencial, a los titulares de instancias como la Dirección de Salud Municipal, el Centro de Salud de El Embalse, e incluso, a la secretaria de Salud del estado de Guerrero, Alondra García Carbajal.
La nula disponibilidad de las autoridades para informar deja en incertidumbre a padres de familia que, ante la falta de orientación institucional, deben tomar decisiones por su cuenta. La ausencia de información también contribuye a la desinformación, al miedo y a que se minimice una enfermedad que puede propagarse con rapidez si no se atiende adecuadamente.
El virus Coxsackie se transmite por contacto con saliva, mucosidades o heces, y afecta principalmente a niños menores de cinco años. La variante más común provoca la enfermedad mano-pie-boca, cuyos síntomas incluyen fiebre, llagas en la boca y sarpullido con ampollas en manos, pies y glúteos. Se recomienda el lavado constante de manos, evitar compartir utensilios o juguetes, mantener a los niños enfermos en casa y desinfectar superficies para evitar contagios.
La mayoría de los casos son leves, pero es indispensable que los padres acudan al médico para confirmar el diagnóstico y seguir el tratamiento adecuado.
Mientras tanto, la falta de información oficial sigue dejando a la población en la incertidumbre, sin saber cuántos niños han sido afectados ni qué acciones concretas se están tomando para evitar que los brotes se extiendan.