Ruth Tamayo Hernández
Fiscalía de la CDMX ofrece
2 MDP para dar con secuestradora de Fátima
“Si ni siquiera nuestros cuerpos -su salud, su
libertad de movimientos, su adorno, su uso- nos pertenece, ¿qué nos queda?:
Gloria Steinem.
Mis
estimados, los guerrerenses no habíamos terminado de digerir la muerte de un
bebé de escasos diez meses de edad, en el puerto de Acapulco, cuyo deceso fue
muy triste porque murió asfixiado en un automóvil cerrado, y aún sigue siendo
un hermetismo su muerte, cuando se nos vino la noticia de la muerte violenta de
una niña de 7 años, que fue raptada la semana anterior en su escuela, en la
Ciudad de México.
Se
repite el cuadro terrorífico. Fátima desapareció el pasado 11 de febrero al
salir de clases, porque su mamá no llegó a tiempo a recogerla y los directivos
del plantel la echaron a la calle. De ahí una mujer la secuestró y el domingo
por la tarde fue encontrado su cuerpo desnudo, dentro de una bolsa, desechado
en la alcaldía de Tláhuac, con terribles huellas de tortura, pues hasta la
raparon y le pintaron las uñas, para después quebrarle los dientes, abrirle el
pecho y las entrepiernas con un arma punzocortante, para finalmente aplastarle
la cabeza con algo pesado, quizás una piedra.
La
Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, dio a conocer que los
restos encontrados el pasado domingo en Tláhuac, dieron positivo a la genética
de la madre de Fátima, con lo que se confirmó que la pequeña fue brutalmente
asesinada, tras su secuestro.
Es
un cuadro tan aterrador, mis estimados.
Por
cierto, el vocero de la Fiscalía, Ulises Lara, anunció que el gobierno
capitalino ofrece una recompensa de 2 millones de pesos a quien dé información
sobre la mujer que sustrajo a Fátima de su escuela, y que en videos se observa
cómo se la lleva de la mano.
Lara
López confirmó que se ofrece la recompensa a quienes proporcionen datos de la
mujer. “No podemos ocultar absolutamente nada; vamos a seguir y pido apoyo de
la ciudadanía. La recompensa es por la información sobre la mujer que se llevó
a esta otra niña”, declaró el fiscal.
Vuelve
a repetirse la aterradora historia, e insistimos en la pregunta del millón: ¿Por
qué los docentes entregan los niños a desconocidos? Ellos saben a quiénes deben
entregar a los niños; incluso hay maestros que no entregan al niño al papá, si
saben que tiene problemas con la madre, o al revés. Sin embargo, no se tomaron
las medidas precautorias con Fátima y está muerta.
Habría
que investigar a la familia de la madre, padre y amigos cercanos a Fátima,
porque en el video la niña camina segura con la mujer; quiere decir que es
persona conocida para ella, y los primeros en ser investigados deben ser los
familiares y amigos cercanos.
Los
maestros, por otro lado, también tienen culpa por haber dado la niña con una
desconocida; o por haberla dejado fuera del plantel para irse a descansar,
cuando la madre se tardó en llegar. Por eso el enojo de los padres de familia,
quienes ayer fueron a manifestarse al colegio por la irresponsabilidad de los
docentes, y reclamaron con justa razón al director, pues temen que ahora suceda
lo mismo con sus hijos. Pidieron que se tomen medidas drásticas y castigo a los
docentes de la niña asesinada, porque son responsables de los niños y no los
deben dejar ir solos hasta que lleguen sus padres por ellos.
Sin
duda que este problema involucra a profesores, pues debe haber reglas en las
escuelas y no pueden estarse repitiendo estas tragedias en las instituciones; incluso
ahora que han sucedido tantos accidentes con los menores, hay directivos de
escuelas que otorgan credenciales con fotografía a las personas que autorizan
los padres, para que reciban a sus hijos en la escuela.
Y
es que los tiempos que vivimos son de violencia terrible, donde el blanco de
los criminales dementes son los niños. Estos últimos sucesos obligan a los
padres a desconfiar de personas que apenas conozcan, o de las empleadas domésticas,
la vecina o el amigo de la vecina.
Tengan
cuidado, decía mi madre: “Cuídense hasta de su propia sombra, pues la gente ya
no es de fiar como antes”.
Lo
grave es que la violencia cobró la vida de otra niña. Y aunque la fiscalía está
enfocada en detener a los homicidas materiales, hay otros asuntos que también
tendrá que resolver. ¿Por qué dejaron los maestros a una niña salir fuera de la
institución, sin que la recibieran sus padres?
Son
preguntas que nos hacemos todos, pero el hubiera no existe, ya no hay remedio.
Deben tomar medidas para que no se repita otra tragedia que involucre a niños.
Les
decía que estamos viviendo tiempos horribles en nuestro México lindo y querido.
Escuchar que un padre mató a su hija por problemas que tenía con la esposa, o
que una madre mató a sus hijos porque no paraban de llorar, o porque quería
salir con sus amigas (una mujer ahogó a tres de sus menores porque no se
querían dormir para ella salir de antro). Es espantoso ese cuadro y como esa
historia varias hemos leído; incluso, la chica que mataron en Acapulco por la
Playa Condesa, el homicida es presuntamente su pareja sentimental.
Los
feminicidios avanzan diariamente en estados y municipios del país, y es en el
seno familiar donde se están reproduciendo, pues los asesinos son familiares,
novios, amantes, parejas de las chicas asesinadas.
Y
como si fuera una maldición, los homicidas, entre más se enteran que sacan de
sus casillas al presidente Andrés Manuel López Obrador, más acuchillan mujeres,
los desgraciados cobardes.
La
alerta es para la sociedad en general, para que despertemos pronto, porque nos
está alcanzando la violencia con nuestros hijos y no podemos quedarnos cruzados
de manos, viendo cómo los matan, pues somos responsables de todos los niños en
México.
Sabemos
que estos temas son dolorosos, pero es necesario revelarlos para que no vuelvan
a suceder en ninguna otra institución, ni pública ni privada.
Y
en relación al bebé muerto en el auto de sus padres en Acapulco, cabe hacer
mención que el niño tenía diez meses y su padre es maestro y ocupa un cargo
importante el docente. Es falso que el docente andaba haciendo paros, eso no es
verdad, tampoco digan cosas que no son; aquí lo grave es que un infante está
muerto, y eso debemos respetar todos.
Es
cierto que el hecho indignó a la sociedad acapulqueña, hasta el grado de pedir
que encarcelen al padre por homicidio imprudencial; hubo centenares de críticas
en las redes por la muerte del niño. Sin embargo, aun con la duda que muchos
tienen, y la exigencia de que el padre del infante diga que olvidó que llevaba
a su hijo atrás del auto, al cual dejó por más de cinco horas en los rayos del
sol y se fue a Chilpancingo a realizar trámites burocráticos o a una reunión, el
caso ya parece cerrado, pues aunque fue detenido ya fue liberado el docente.
En
todo ese tiempo no creen los críticos que el maestro no haya recordado que
llevaba a su hijo, y el infante murió por asfixia.
No
obstante, no nos corresponde juzgar a los padres del infante en el sentido que
lo han hecho varios críticos. La verdad dolió el deceso de ese niño, y por eso
la gente exige que las autoridades investiguen a los padres, que determinen qué
fue realmente lo que sucedió, para que no vuelva a ocurrir otra vez a ningún
otro matrimonio.
Terrible
caso. Estos sucesos los habíamos visto que pasaban en Estados Unidos, pero
nunca habíamos visto que ocurriera en este país; sin embargo, ocurrió, y
debemos tomar este lamentable hecho como ejemplo para que no nos ocurra a
nosotros. ¡Feliz martes para todos!