ESTRICTAMENTE PERSONAL

La salud del Presidente

Raymundo Riva Palacio

La manera irresponsable con la que el presidente Donald Trump organizó un evento en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca para presentar a su nominada a la Suprema Corte, provocó que casi 15 funcionarios de la Presidencia, incluido él y su esposa Melanie, dieran positivo de covid. Desde entonces, pese a las medidas de para desinfectar la Casa Blanca, los contagios han continuado, y cinco miembros del staff del vicepresidente Mike Pence, dieron positivo del coronavirus. El desdén por la enfermedad, su forma de minimizar su gravedad, la negación ideológica frente a la pandemia y la falta de liderazgo para confrontar el padecimiento global, le ha costado a tanto respaldo popular, que lo tienen en el umbral de perder la Presidencia ante su adversario demócrata Joe Biden.

La actitud de Trump se asemeja enormemente a la forma como el presidente Andrés Manuel López Obrador ha enfrentado la pandemia, aunque el contexto ha sido diferente. Trump tiene en el doctor Richard Faucci, el experto en epidemiología de su gobierno, una voz que ha sido contrapeso al aventurismo de su jefe. López Obrador tiene un cómplice como zar del coronavirus, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell. 

Los presidentes han expresado que la magnitud del virus ha sido inflada con fines propagandísticos. Los electores han castigado a Trump, mientras que en México, una mayoría importante sigue pensando que López Obrador ha manejado bien la pandemia. Los muertos siguen subiendo en los dos países, pero las sociedades lo procesan diferente. Hay menos incrédulos allende el Bravo, sin lugar a duda.

Trump cayó por la covid y con un tratamiento de 100 mil dólares diarios, en el mejor hospital de Estados Unidos y con el mejor equipo médico, que le aplicó medicamentos que no están al alcance de nadie, salió rápidamente de la enfermad. López Obrador, que dice que no se ha contagiado, y a quien le han aplicado más de dos decenas de pruebas -él reconoce ocho-, no dispone de los recursos que tenía a su disposición el presidente de Estados Unidos, pero es tan irresponsable como él, al no querer utilizar cubre bocas, que es una barrera. Ni tampoco, a diferencia de la Casa Blanca, las medidas sanitarias en Palacio Nacional son tan rigurosas.

Esa irresponsable negligencia surgió ayer en forma de alerta luego de que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, informara al Presidente que había dado positiva al virus, y López Obrador lo comunicó al gabinete antes de la mañanera. Sheinbaum lo descubrió al hacerse, como cada 15 días, la prueba el lunes pasado. Al ser asintomática, realizó sus actividades cotidianas que incluyó, como cada lunes, participar en el gabinete de seguridad federal en Palacio Nacional.

Sheinbaum informó que estuvo a unos cinco metros del Presidente, sugiriendo que con el distanciamiento social sobrado -al menos dos metros-, López Obrador no estuvo cerca de ella y, por tanto, tampoco estuvo expuesto al virus. Sin embargo, el salón donde se reúne el gabinete de seguridad no es un espacio que tenga las medidas sanitarias que una enfermedad como la covid exige, además de que participan alrededor de una treintena de personas todos los días. 

El que la jefa de Gobierno no haya estado cerca del Presidente, no significa que en su alrededor de esa mesa nutrida y de todos los demás apiñados a sus espaldas, el virus no haya podido ser propalado. El evento de Trump en el Jardín de las Rosas fue al aire libre, y el contagio fue amplio. No se supo ese día, sino posteriormente. La probabilidad de que Sheinbaum haya esparcido el virus en el salón donde se reúne el gabinete de seguridad es una realidad, por lo que a López Obrador se le deberá hacer en cuatro días una prueba de covid para saber si está contagiado o no.

Por el bien de él del país, esperemos que el Presidente de negativo a esa prueba, porque si López Obrador se enferma, causará inestabilidad en México, dada la forma centralizada como maneja el gobierno que, además, lo realiza de manera altamente visible, por lo público, durante la mañanera. La carencia de un gabinete que pueda soportar la ausencia del presidente, que además por diseño es de manejo vertical, empuja a que todo el peso de la administración pública y la gobernanza recaiga en él y en sus exhibiciones matutinas. Una ausencia de ellas generaría incertidumbre en muchos.

López Obrador tiene un sistema inmunológico que ha sido reforzado durante todos estos meses de pandemia, y las enfermedades por sus abusos y descuidos en la alimentación, así como el cuidado de su espalda y del corazón, han sido monitoreados de manera sistemática. Sin embargo, ante un bicho tan traicionero y latoso, nadie está a salvo.

Personas que estuvieron con mayor distancia a Sheinbaum que los participantes en el gabinete de seguridad en su entorno inmediato, como las y los periodistas que hacen la cobertura diaria del gobierno capitalino, fueron aislados desde que se supo del resultado de la jefa de Gobierno, y cuando menos cuatro reportaron síntomas de la enfermedad. No hay problema de contagio en su gabinete local, porque las reuniones que tiene diarias con él a las nueve de la mañana, son virtuales.

La covid en el cuerpo de Sheinbaum, que de todo el equipo de gobierno y colaboradores es quien más cerca está de sus afectos -la considera parte de la familia por viejas razones-, debería llevar a López Obrador a tomar con más seriedad la enfermedad, con respecto a él y al país, dejar de hacer propaganda diaria y mentir con medias verdades, y asumir un liderazgo real, no militante y belicoso, que es la forma como han actuado aquellas y aquellos líderes que han enfrentado la pandemia con mejores resultados. 

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

Estado de los ESTADOS

Lilia Arellano

*Poder y dinero, eje de la 4T

*Super delegados intensifican “trabajo” para consolidar candidaturas

*“Ni cálculos electoreros ni politiquería”, afirma Alianza Federalista

*139 mil víctimas por COVID-19: Conacyt. Legisladores apanicados

Mientras la economía del país llega a una situación de fragilidad ante la segunda etapa de avance del Covi-19, por lo cual se requiere un programa estratégico basado en un Acuerdo Nacional, el cual incluya a todos los actores políticos y los sectores productivos, en el régimen de la Cuarta Transformación el poder y el dinero, su obtención y conservación, así como su ampliación son el centro de la actividad política, y eluden las reales necesidades de México. Ante el riesgo de perder espacios, no sólo en el Congreso de la Unión, sino también en las entidades federativas, el presidente López Obrador dio el banderazo de salida a sus super delegados para realizar un intenso trabajo proselitista en busca de las gubernaturas en disputa el año próximo. Diversos medios de comunicación, nacionales y locales, dan cuenta del “trabajo” para consolidar las candidaturas de Morena a las gubernaturas, realizado e intensificado por Alejandro Ruiz Uribe, en Baja California; Víctor Castro Cosío, en Baja California Sur; Indira Vizcaíno Silva, en Colima; Lorena Cuellar, en Tlaxcala; y Pablo Amílcar Sandoval, hermano de Irma Eréndira Sandoval, en Guerrero, donde ya presentó su renuncia a esa responsabilidad. Todos los mencionados han tenido dos años para realizar la compra de votos con dinero público, sostenido por los programas de Bienestar. El temor los alcanzó ante los triunfos obtenidos por el PRI en Coahuila e Hidalgo.

En la capital de la República, el diario Reforma destaca: “luego de cobrar más de 2.7 millones de pesos de salario, los super delegados del gobierno federal (…) se alistan para pelear por Morena las gubernaturas que estarán en juego en 2021”. Operando los programas de Bienestar en las entidades, los aspirantes viajan por los municipios, sostienen encuentros con pobladores, ofrecen apoyos, supervisan obras, participan en reuniones de seguridad y dejan registro público de prácticamente todas sus actividades. Cada uno de los los  super delegados prestos a competir por las gubernaturas cuestan al bolsillo de los mexicanos un salario mensual bruto de 126 mil 617 pesos, es decir, más de 2.78 millones en estos 22 meses de administración. Los antecedentes de su conducción y tareas asignadas deberían ser debidamente revisados por el INE ya que son considerados, literalmente, como actos de pre campaña y se supone esto está debidamente penalizado por las leyes electorales o ¿por ser los seleccionados de AMLO poseen manto de impunidad?

Mientras el presidente López Obrador se ha concentrado en acumular poder en la figura del titular del Ejecutivo federal a costa de los otros dos poderes, Legislativo y Judicial, así como maneja a su libre albedrió recursos presupuestales, con su política de austeridad y recortes, con la desaparición de fondos públicos vitales, y va intensificando sus “afrentas y descalificaciones que obedecen a una lógica centralista que violenta el equilibrio de poderes y al pacto federal”, los gobernadores de la Alianza Federalista, convocaron ayer, en cada una de las entidades que la integran,  a importantes actores sociales y ciudadanos con el fin de acreditar sus planteamientos, los cuales, sostienen, “no responden a cálculos electoreros ni a politiquería sino que emanan de un futuro que corre el riesgo de ser truncado”. Cada acción presidencial mantiene el sello de la ocurrencia, pero también de la amenaza y a cada paso, frente a la desaparición de un real equilibrio de poderes, va haciéndose presente el autoritarismo.

Alianza federalista

Los mandatarios Martín Orozco, de Aguascalientes; Miguel Riquelme, de Coahuila; Ignacio Peralta, de Colima; Javier Corral, de Chihuahua; José Rosas Aispuro, de Durango; Diego Sinhué, de Guanajuato; Enrique Alfaro, de Jalisco; Silvano Aureoles, de Michoacán; Jaime Rodríguez, de Nuevo León; y Francisco Javier Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, destacaron la importancia de escuchar la voz de Ayuntamientos y partidos, cámaras empresariales y sindicatos, universidades y representantes del sector académico, organizaciones ambientalistas, comunidad científica y tecnológica, comisionados del campo y organizaciones de la sociedad, que desde su perspectiva expresaron los estragos que habremos de enfrentar de no corregir el camino y ahuyentar la cerrazón. Los mandatarios de la AF cerraron filas con diversos sectores sociales y económicos, para oponerse a los recortes en el gasto federalizado, la apropiación de los recursos destinados a 109 fideicomisos y la falta de previsiones y apoyos sustanciales en el manejo de la pandemia por Covid-19 a nivel federal. 

Cabe destacar que en su reciente visita a Tamaulipas, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca pidió al presidente López Obrador equidad en la distribución de los recursos correspondientes a las entidades federativas. Le señaló: “Sabemos que tienen muchas necesidades, pero también que. para poder seguir generando riqueza, desarrollo y empleo, necesitamos ser más competitivos”. Tamaulipas es el segundo estado que más recursos aporta a la Federación, con 275 mil millones de pesos, y se ubica sólo por debajo de la Ciudad de México, por ello insistió en que “tiene que haber equidad”.

El mandatario tamaulipeco pidió: “No me agarren de pretexto, lo que queremos es que el recurso regrese a Tamaulipas para aduanas, puertos, agricultores y ganaderos, apoyar la carretera costera, que es uno de los compromisos que se requiere en el sur del estado, para apoyar la Conagua. No estamos pidiendo que llegue el recurso al gobierno estatal, pero sí que se beneficie a los tamaulipecos”. Recordó que cuando AMLO fue jefe de Gobierno en 2020, presentó una controversia constitucional para exigir los recursos que le correspondían a la Ciudad de México. “Hace algunos años se generó polémica similar en la Cámara de Diputados, en 2002 porque de igual forma a la Ciudad de México no le estaban dando los recursos que le correspondían y era el que más recursos aportaba (…) Tenía razón, usted era el jefe de Gobierno, ahora póngase en nuestros zapatos, estamos haciendo exactamente lo mismo”.

Ante los reclamos de los mandatarios, desde junio pasado, el presidente López Obrador ha subrayado que no permitirá que “ninguneen la investidura presidencial con asuntos partidistas, electoreros y politiquería”, que se generan por la proximidad de las elecciones federales. Con la Alianza Federalista “estamos al día, no les debemos nada”, sostiene el inquilino de Palacio Nacional.

Pandemia imparable

El Conacyt prevé se alargue la epidemia de Covid-19 en un tercio del país. De enero a septiembre de 2020 se registró un exceso de mortalidad de 36.8 por ciento en comparación con años anteriores, que equivale a 193 mil 170 defunciones adicionales. De éstas 72 por ciento están relacionadas con Covid-19, reportó Ruy López Ridaura, director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades. Un análisis preliminar a nivel nacional reveló que 72 por ciento del exceso de mortalidad, es decir, 139 mil 153 defunciones corresponden al virus. Las entidades con mayor exceso de mortalidad son Campeche, con 65 por ciento; Estado de México, con 60%; Tlaxcala, con 59%; Sonora, con 55%; y Baja California, con 52%.

Como puede observarse sigue el baile, la danza de las cifras sobre fallecimientos sin que exista autoridad alguna para poner el orden, para exigir se siga una ruta convincente, se tenga una auténtica estrategia para combatir el virus, se marquen políticas públicas en el sector salud, se atiendan las recomendaciones de auténticos y reconocidos infectólogos o de los ex titulares del sector Salud cuyos éxitos en el combate a las epidemias siguen presentes. Tal solo con observar el porcentaje de letalidad mundial y compararlo con el de México, se tiene por quintuplicado el número de muertos. Si nos atenemos al Poder Ejecutivo, su titular no hace sino lanzarle loas a López Gatell y la ausencia del titular Jorge Alcocer Varela hace presente el manto de impunidad brindado por aquello de las denuncias a futuro sobre la comisión de crímenes de lesa humanidad.

En cuanto al Poder Legislativo, ya informaron son 500 los diputados a quienes han aplicado 10 mil 267 pruebas y llevan 230 infectados, 63 de ellos legisladores. Por lo que toca al senado, reportaron 160 contagios y dos senadores fallecidos. Ahora sí, el pánico les llegó a los curuleros para, tal vez, tomar en cuenta el miedo sostenido durante meses por millones de mexicanos ante la pandemia, su mal manejo, las pruebas negadas, la falta de atención en los hospitales, la escasez de medicamentos, y la furia al conocer de los negocios realizados por diversos funcionarios en plena crisis no solamente de salud sino económica.

¿No les gustaría tener a López Gatell otra vez enfrente?

Cambiaron los días de sesiones, harán selectiva la entrada de legisladores obligando a entregar la prueba en negativo de presencia del coronavirus, nada de festejos, menos aún eventos, no habrá visitas, ni aceptaran protestas. Como dice el refrán: el miedo no anda en burro ¿verdad?

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