Con las obras sociales de Adela Román “nuestras casas cuestan más”, celebran vecinos

*La alcaldesa entregó una vialidad pavimentada con concreto hidráulico y sistema de drenaje sanitario

Edwin López

ACAPULCO. Como parte de los compromisos que asumió con la ciudadanía y que coadyuvarán a elevar la calidad de vida de la población, la presidenta municipal Adela Román Ocampo inauguró el sistema de drenaje y la pavimentación de la Calle 35, en el Sector 5 de la colonia Emiliano Zapata.

Tras el corte de listón inaugural de estas obras, la Ejecutiva Municipal dijo que desde hace más de 40 años que las familias se instalaron en este popular asentamiento suburbano y que hoy su Gobierno ha cumplido en la medida de las posibilidades presupuestales, igual que lo hace en muchas colonias que estaban olvidadas en Acapulco.

Por su parte, el titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Municipio (SDUOP), Armando Javier Salinas, destacó que la obra constó en la colocación de 78.50 metros lineales de red de drenaje sanitario, la conexión de 9 descargas domiciliarias, 9 registros a base de tabicón de concreto, la construcción de un pozo de visita y 80 metros lineales de tubería.

Esta obra incluye 160 metros lineales de guarnición de concreto y pintura, 289.19 metros cuadrados de banqueta de concreto hidráulico y 694.45 metros cuadrados de pavimento de concreto premezclado de 15 centímetros de espesor, con una inversión global de un millón 250 mil pesos.

A su vez, el ex presidente de Comité de Obras, Víctor Páez Díaz, manifestó su agradecimiento a la alcaldesa Román Ocampo, a quien reconoció por su acertada decisión para continuar con la pavimentación de calles en la colonia Zapata.

En tanto que la actual presidenta del Comité de Obras, Violeta Heredia Aranda, agradeció a la presidenta municipal la construcción integral, al señalar que “nuestra calle quedó bien bonita y ahora nuestros hogares cuestan un poquito más”, expresión que fue respaldada por los vecinos de esta zona.

La rapiña

Martín Moreno

La rapiña. Así, tal cual, lo que sucede con la 4T: una rapiña con los dineros de todos los mexicanos. Rapiña, que significa saqueo ante la falta de defensa. Apoderándose de los recursos públicos. Desviándolos hacia los caprichos presidenciales. Matando a la salud en días de pandemia mortal. A la ciencia. A la tecnología. A la investigación. A la cultura. Al deporte. Al desarrollo. Aniquilando a la inteligencia nacional.

Rapiña operada desde San Lázaro, con la mayoría espuria de Morena en la Cámara de Diputados gracias a que “chapulines” de otros partidos brincaron a la bancada morenista para alcanzar mayoría absoluta (250 + 1).

Así, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha hecho rapiña – literal – con el presupuesto de todos los mexicanos. El daño patrimonial es incalculable. Se ha destrozado la estabilidad económica del país y condenado a una generación a la mediocridad y pobreza.

¿No?

Aquí, las pruebas irrefutables de la rapiña a las finanzas públicas por parte de la mal llamada Cuarta Transformación. Los números jamás mienten:

Primero, fue el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios. El Gobierno de Peña Nieto lo dejó en 279 mil millones de pesos. En sólo 22 meses, el régimen de López Obrador se lo acabó sin justificación presupuestal alguna. Ni se ha ayudado ni se apoyará directamente a hogares, empresas, comercios ni a familias mexicanas durante la pandemia. AMLO los dejó morir solos.

El desvío de recursos para maquillar esa vacilada llamada rifa del avión presidencial. Un botón de muestra: de manera pública, el Insabi gastó casi 8 millones de pesos en la donación de 15 mil 725 “cachitos” a la Secretaría de Salud en Tabasco. “La rifa constituye una simulación más del Presidente que involucra el desvío de recursos públicos que debe ser investigado”, advirtió la coordinadora parlamentaria del PRD, Verónica Juárez.

Petróleos Mexicanos (Pemex) ha perdido, durante el régimen de López Obrador… ¡908 mil millones de pesos!, debido a la obsesión enfermiza de AMLO por el petróleo. Se cree Lázaro Cárdenas. Su mente está estacionada en los años setentas. “Sostener a Pemex puede pasar de ser un dolor de cabeza, a un cáncer incurable”, alertó el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath. Es un crimen financiero contra México que todos estamos pagando.

La Comisión Federal de Electricidad – bajo la dirección de Bartlett, amigo del Presidente, asesor en materia energética y artífice del fraude electoral de 1988-, ha perdido 122 mil millones de pesos.

De cada 10 pesos que el Gobierno de AMLO gastó en compras públicas durante 2019, 4 pesos fueron para contratos adjudicados de manera directa, reveló el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Léase: los contratos son para los amigos de Palacio Nacional y de la 4T. Exactamente igual que durante el sexenio de Peña Nieto. Y eso se llama corrupción.

El presupuesto de la 4T reserva 103 mil 200 millones de pesos a los tres proyectos presidenciales: Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya (equivalentes al 70 por ciento de lo que recibirá la Secretaría de Salud).

De los 38 mil 613 millones de pesos que el Gobierno propone dar a la secretaría de Turismo… ¡el 94 por ciento se destinará al Tren Maya! En una burla. Un abuso del poder político.

El Gobierno se ha apropiado de 109 fideicomisos de ciencia, tecnología, investigación científica, desastres naturales, campo, deporte, cine, protección a periodistas. Dispondrá así, de manera discrecional, de alrededor de 68 mil millones de pesos.

Hasta agosto pasado, el Gobierno no había ejercido 240 mil millones de pesos de lo que tenía presupuestado para el sector salud (Fuente: Hacienda). “Tan sólo para el IMSS y el ISSSTE, el subejercicio del gasto para este año fue de alrededor de 20 mil millones de pesos, lo que echa por tierra cualquier justificación del oficialismo de que la cancelación de los fideicomisos es necesaria para financiar las necesidades del sector salud… la administración de López Obrador no ha gastado el dinero que corresponde para hospitales del IMSS e ISSSTE”. (Código Magenta. 6/Octubre/2020).

Dice AMLO que los fideicomisos se expropian “porque había corrupción”. ¿Ah, sí? ¿Y dónde están las pruebas? ¿Dónde están los documentos que lo avalen? ¿Dónde están las investigaciones?

De los 32 proyectos anunciados el 5 de octubre junto con el sector privado, al menos 12 se tendrían que haber realizado a través de los fideicomisos extinguidos. Es decir: se desinfla la inversión aún antes de que inicie formalmente. La engañifa.

“Desde leucemia y hemofilia hasta tumores hepáticos, óseos y renales, son algunos tipos de cáncer que se presentan en niños y que cubría el fondo contra gastos catastróficos. Morena les arrebató ese fondo, y con él, la oportunidad de recibir un tratamiento correcto y constante”, denunció la Senadora Alejandra Reynoso en su cuenta de TW, el pasado 2 de octubre.

Y un dato para la vergüenza del régimen: mientras andan en rifas patito y presupuestos sin ejercer, por deficiencias en el sector salud han muerto mil 602 niños con cáncer de diciembre de 2019 a la fecha, denunció el pasado 5 de septiembre la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer.

(A final de cuentas, y ante la toma de tribuna de la oposición en San Lázaro, Morena aceptó retirar la polémica propuesta para que la Tesorería fuera quien manejara los 100 mil millones de pesos del Fondo de Salud del Insabi. Menos mal).

En esa madriguera llamada “Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado” (¿?) – su extitular, Jaime Cárdenas, un exconsejero electoral respetado, aliado de AMLO pero que, en cuanto denunció la corrupción en el Indep, fue crucificado desde Palacio Nacional por no mostrar “lealtad a ciegas”-, “se robaban joyas, manipulaban subastas, se quedaban con los premios y, de pilón, no han liberado dos mil millones de pesos que supuestamente se habían usado para pagar los premios de la “Rifa del Avión Presidencial”. (Reforma/ 23/Octubre/2020).

Y más:

“El Indep cuesta 30 por ciento más y destina menos dinero para combatir la pobreza. Lo peor es que pierde más de 400MDP porque los bienes que enajena se los roban, deterioran, devalúan o sufren amortización”, aseguró el jueves pasado el reportero Sergio Rincón en su cuenta de TW (@SerchRincon).

Y las mentiras, el sello de la casa:

“¡Los apoyos no se eliminan, se administran mejor! Con 242 votos aprobamos en lo general que no haya más fideicomisos”,  festinó la bancada de Morena.

“Tendremos que pensar cómo fondear emergencias”, urgió el Secretario de Hacienda tras la extinción del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).

¿Por fin? ¿Los apoyos económicos seguirán, como aseguran los diputados de Morena, o desaparecen, como adelanta Arturo Herrera?

“Ya no habrá más guardaditos para el próximo año…”, advirtió Herrera.

Pues no. Ya se los acabaron.

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“Regalar dinero a las bases electorales de la 4T, cancelar obras productivas, ahuyentar inversiones, no saber generar capitales, empecinarse en construir los 3 armatostes presidenciales, mutilar presupuestos, Pemex devorando la fortuna nacional y abandonar en el agujero de la muerte y del dolor a cientos de miles de mexicanos de rodillas ante la COVID-19, ha resultado letal para el presente y futuro de las mayorías”, escribimos el pasado 2 de septiembre en nuestra columna “AMLO-2º Informe: un país en ruina económica”.

No nos equivocamos.

Porque si esto no es rapiña, entonces dígame, lector, ¿qué diablos es?

Ánimos de protesta

Los ánimos se están caldeando y las protestas se multiplican. Muchas veces lo he dicho, pocas cosas hablan tanto de la sanidad de la democracia como las marchas y manifestaciones. Cuando alguien toma la calle para plantear sus demandas o manifestar sus ideas es porque existen ciudadanos dispuestos a exigir sus derechos y dedicarle tiempo a algo que es colectivo y va más allá de su persona. Pero cuando las protestas se multiplican y diversifican vale la pena explorar las razones y hasta dónde comprometen la gobernabilidad del país.

La cercanía de las elecciones explica algunas de las protestas. La de Frenaaa está claramente ligada a una demanda de tipo electoral que lo que busca es generar un ambiente en contra del presidente y su gobierno. Por lo mismo, muy pronto veremos -como ya lo adelantó el presidente activista- a los simpatizantes de Morena mostrando músculo en las calles de la Ciudad de México y tomando el Zócalo. Conforme se acerque la elección esto que ahora vemos en la capital se irá replicando en todo el país.

Otro tipo de protesta tiene que ver con las decisiones del gobierno actual: marinos mercantes desplazados por la decisión de darle la administración a la Armada de México; padres de niños con cáncer protestando por falta de medicamentos; científicos presionando para que no se desaparezcan los fideicomisos de los centros de investigación; taxistas airados por la disparidad de trato frente a los servicios de plataformas digitales, etcétera. Si bien estos grupos tienen demandas específicas y lo que los articula es una decisión que se ha tomado o está por tomarse, en la medida en que no sean escuchados terminarán siendo también factores en la elección intermedia.

Si de algo podemos estar seguros es que estas marchas no son gestionadas ni manipuladas por ningún partido de oposición, simple y sencillamente porque la oposición está adormilada, desarmada y atribulada por su pasado reciente. Sin embargo, conforme se acerque el momento electoral estas protestas comenzarán a tomar forma política y sus demandas serán recogidas por los partidos como banderas electorales.

El ánimo de protesta está al alza. Al no existir quién las canalice y organice, las protestas son ciertamente más sanas, pero al mismo tiempos más difíciles de contener en caso de que se desborden los ánimos. Existe siempre el riesgo de que marchas y protestas se salgan de control, pero el riesgo mayor no está en quienes tienen demandas sino del otro lado, en la incapacidad de escucha del gobierno federal: hoy por hoy tenemos la Secretaría de Gobernación más desarticulada, ineficiente y con menos poder de decisión de la historia reciente y eso no es, para nada, una buena noticia en momentos de ánimos caldeados.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Aguas con el búmeran, Presidente

Raymundo Riva Palacio

La historia, contada por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se resume así: la empresa Nunvav obtuvo entre el último año del gobierno de Felipe Calderón y los cinco primeros de Enrique Peña Nieto, nueve contratos por 390 millones de dólares, del cual hay un adeudo del 30%, porque la Secretaría de Hacienda asegura que no existe evidencia de los trabajos realizados. Y hay otra parte de esta historia, la política, que se materializó en una tarjeta informativa de Hacienda y la Presidencia, donde señalan que esa empresa es pieza clave en la triangulación de recursos, porque benefició a Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Calderón, sujeto a proceso en Nueva York por presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa.

López Obrador aderezó con picante político al mezclar contratos con fideicomisos y bordar en aspectos circunstanciales, para impulsar su agenda de lucha contra la corrupción. Está en su derecho y puede hacer de la propaganda y la demagogia su brazo estratégico para objetivos ulteriores. A veces, o muchas veces, sin embargo, actúa con ligereza legal y sin tener completamente clara y sólida la información. El tema de Nunvav parece uno de ellos, aunque en su descargo, la confusión emana de la investigación que sobre esa empresa inició el gobierno de Estados Unidos sobre los Weinberg antes, incluso, que detuviera a García Luna.

Nunvav se ha convertido en un eje de las acusaciones contra García Luna en ambos países, donde prácticamente señalan que es una empresa fachada que utilizó el ex secretario para enriquecerse y lavar dinero. Los fiscales estadunidenses tendrán que probarlo, pero en el gobierno mexicano, están corriendo a mucho más velocidad que en Nueva York, sobreponiendo a lo legal lo político. Por lo mismo, los márgenes de riesgo en los que se encuentra López Obrador y su gobierno por adelantar vísperas, podría toparse con una sorpresa y encontrarse con el búmeran que lanzaron.

Los fiscales en Nueva York han ido entregando al juez en la Corte Federal en Brooklyn recortes periodísticos para probar la relación de negocios entre los dueños de Nunvac y García Luna. Un método similar utilizó en México el jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto, quien en mayo afirmó a la cadena de televisión Univisión, que García Luna había lavado más de 50 millones de dólaresa través de una red de empresas de sus “asociados” Samuel Weinberg y su hijo Alexis Weinberg. 

La investigación se originó como parte del seguimiento de la compra de una lujosa casa en Golden Beach, a aproximadamente media hora al norte de Miami, valorada en tres millones de dólares, donde la periodista que realizó el trabajo, Peniley Ramírez, a diferencia de otros colegas que siguieron el tema, aclaró que no había podido establecer, hasta ese momento cuando menos, que esa propiedad, a donde llegó García Luna a vivir temporalmente cuando se fue a Estados Unidos, fuera suya.

Los Weinberg son empresarios mexicanos, y junto con Nathan Wancier son los socios de Nunvav, y tienen la representación del gobierno de Israel para la venta de tecnología en materia de seguridad. Han trabajado con el gobierno de México desde 1989, cuando el entonces subsecretario de Ingresos, Francisco Gil Díaz, les compró tecnología para el CISEN y Aduanas. Muy vinculados al sector hacendario por sus equipos con tecnología de punta, también recibieron contratos en el Sistema de Administración Tributaria, cuando el jefe del SAT era Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, actualmente ministro de la Suprema Corte de Justicia.

Hasta donde ha sido posible saber, García Luna sí tiene relación cercana con los Weinberg, e incluso prestó sus servicios en América Latina a su empresa al terminar el sexenio de Calderón. El presidente López Obrador los ha pintado como un mismo ente, como esta semana, cuando así lo contextualizó en uno de los contratos de Nunvac y que el secretario de Gobernación del gobierno de Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong, que tenía animadversión contra García Luna, no terminó de pagar. 

López Obrador anunció que están investigando los contratos de Nunvav señalados por la Secretaría de Hacienda, cuya adjudicación abarca prácticamente todo el sexenio de Peña Nieto. La investigación podría arrojar datos interesantes e inesperados, probablemente incluso para el propio Presidente, porque tocan una de las venas que alimentan el corazón de su autollamada transformación.

Samuel Weinberg está casado con la señora Silvia, quien a su vez es prima hermana de Julia Abdala, la pareja por más de 20 años de Manuel Bartlett, el director de la Comisión Federal de Electricidad. Los Weinberg tienen otra empresa en México, ICIT Private Security México, que tenía oficinas corporativas en un edificio en Polanco, propiedad de la esposa de Weinberg, que se lo había comprado a su prima Julia. La relación entre las parejas Weinberg y Bartlett-Abdala era tan cercana, que en la boda de Alexis compartieron una de las principales mesas, irónicamente, con García Luna.

Ninguna relación familiar implica delito alguno, pero en el desbordamiento que suele hacer López Obrador de todos los casos para politizarlos, son como un conejo perverso en la chistera. Hacienda tendrá que terminar su investigación y determinar si la irregularidad en una o más obras durante el sexenio de Peña  nieto, se puedan resolver con Nunvav administrativa o penalmente. Pero será la Unidad de Inteligencia Financiera la que deberá probar que los Weinberg y García Luna actuaron de manera ilegal para enriquecer al ex secretario a cambio de favores contractuales. La otra es navegar pasivamente en espera que los fiscales en Estados Unidos le resuelvan la investigación.

En cualquier caso, como dice López Obrador, hay que esperar a que concluyan las investigaciones y los juicios. Debe decirlo más alto, para que se escuche a si mismo.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa 

La codicia en Morena

Decía el némesis de la 4T, Felipe Calderón Hinojosa, que el reto del Partido Acción Nacional, era, entrada la década de los 2000, ganar el Gobierno sin perder el partido. En Morena ganaron el Gobierno con un incipiente partido que hoy se está perdiendo en la avaricia electoral por los procesos electivos del 2021 y el 2024.

Morena para el 2021 tiene la jugosa carnada de 15 gubernaturas y la Cámara de Diputados, los aspirantes, ya enrutados en el 2024, también aspiran a convertirse en el líder que ganó por primera vez más gubernaturas para ese partido desconociendo de manera intencional que la fuerza electoral radica en el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y no en un partido que, de hecho, ni estructura electoral posee al haberse fundado en liderazgos locales en los estados, sacados de la agenda del hoy Presidente y entonces fundador de Morena.

Yeidckol Polevnsky presume haber ganado, como dirigente de Morena, la Presidencia de la República, la mayoría en la Cámara de Diputados, en la de Senadores, 17 congresos estatales y dos gubernaturas en el 2019, la de Puebla y la de Baja California, también restándole mérito al que fue hombre orquesta de Morena y hoy radica en Palacio Nacional.

Dos grupos se pelean la dirigencia nacional de Morena con mayor ahínco. El que tiene al Diputado Mario Delgado como fuerte aspirante, pero que encabeza el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien se asume como candidato natural para suceder al Presidente López Obrador en el 2024. El otro grupo lo encabeza la prosapia de don Porfirio Muñoz Ledo y es auspiciado por los más románticos del movimiento encabezado por el Presidente, entre ellos, la Gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien también aspira a suceder a  su líder fundacional.

En la primera encuesta después que el Instituto Nacional Electoral se hiciera cargo de la elección interna, aquel ejercicio de reconocimiento de nombre, dejó como mejor posicionado a Muñoz Ledo. En la segunda, ya para elegir a un dirigente de entre cinco, Mario Delgado, Hilda Díaz Caballero, Adriana Menéndez, Porfirio Muñoz Ledo y Yeidkcol Polevnsky, fue Muñoz Ledo quien ganó por décimas con un 25.34 de las preferencias, contra 25.29 logrado por Delgado.

Muñoz Ledo se hizo del triunfo por décimas pero él obtuvo la mayoría, recordando aquella elección constitucional a la Presidencia de la República en la que tanto el IFE y como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación concedieron al 35.91 de la votación lograda por Felipe Calderón Hinojosa, contra el 35.29 obtenido por el hoy Presidente, Andrés Manuel López Obrador, en el que sería su primer intento por hacerse de la Silla del Águila.

En estricto sentido, Porfirio Muñoz Ledo fue el ganador de la interna de Morena, pero en las nuevas bases del Instituto Nacional Electoral el resulto fue un empate técnico que habrá de dirimirse en una nueva encuesta que se desarrollará del viernes 16 de octubre al 22 del mismo mes, presentando los resultados definitivos el 24 de octubre.

Lo que está en juego pues son las candidaturas que se habrán de asignar, sea por designación, por encuesta o por dedazo (también en Morena hay dedazo, y para ejemplo, el Gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, pues no hay pruebas de haber ganado una encuesta pero sí fue electo, al más estilo priista, por aclamación).

Del triunfo que se señale el 24 de octubre dependerán las renuncias y solicitudes de licencia de morenistas enquistados en cualquier orden de Gobierno y que aspiren a una candidatura para el 21, pues en los grupos que ya se definen en Morena, hay aspirantes que simpatizan con Delgado y aquellos que lo hacen por Muñoz Ledo, es de esperar que quienes pertenezcan al bando ganador serán eliminados o minimizados de las contiendas internas en estados y municipios, y por supuesto de las listas para integrar las candidaturas representativas a la Cámara de Diputados Federal.

La codicia y la avaricia electoral ha pegado fuerte en Morena, donde en varios estados se comienzan a presentar rupturas que no son ideológicas, sino de poder. Encaminándose a perder el partido por la búsqueda de ganar el Gobierno.

El manejo financiero de Morena tampoco es cualquier cosa. Para 2020, le fueron destinados por el INE en prerrogativas más de mil 600 millones de pesos, con lo que se situó como el instituto político con mayores recursos, aun en época de recesión, de crisis o de contingencia sanitaria. Al haber renunciado al 50 por ciento de sus prerrogativas, y el INE aceptado esa condicionante, se quedaron con poco más de 785 millones de pesos para Morena, lo cual, de nueva cuenta, no es una bicoca, sino una abundancia financiera en tiempos de crisis económica, y en el preámbulo de la elección más grande que se desarrolle en México.

Para el 2024 la elección de la dirigencia nacional de Morena también es determinante. Marcelo Ebrard aspira a convertirse en el candidato de ese partido para suceder al Presidente López Obrador, y la llegada de Mario Delgado le allanaría el camino electoral en la sucesión presidencial. El triunfo de don Porfirio, por otra parte, significaría una línea más institucional y de menos acarrea hacia un tapado o candidato natural. Muñoz Ledo sería el primer mexicano en haber dirigido en el comité ejecutivo nacional de tres partidos políticos, el PRI de 1975 a 1976, el PRD de 1993 a 1996, y ahora, de lograr ganar la encuesta por tercera ocasión, Morena.

Las cartas ya están echadas, los nombres dados y toca una nueva votación dentro de un partido joven, pero viejo en las prácticas políticas y electorales, que significan el acarreo, los intereses de grupos, el manejo de los recursos y, por supuesto, la lucha por el poder, una acción que el Presidente de la República quería evitar, al hacer un llamado a que Morena no fuera como el resto de los partidos, pero que ante su ausencia de liderazgo político –él ha dicho que no entra en las decisiones de partido porque está ocupando su tiempo en gobernar–, se está dividiendo y entrando a una lucha insana en la carrera electoral del 2021 y el 2024. Como todos los partidos en el poder siempre.

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