Curiosidades sobre el Museo del Louvre

París es muy conocido por la inmensa cultura que guarda, los secretos y miles de historias que muchos artistas vivieron aquí.

La antigua residencia de los reyes de Francia se convirtió hace dos siglos en uno de los museos más grandes del mundo, una colección de más de 35.000 obras repartidas en más de 60.000 metros cuadrados, que exhiben obras maestras como La Mona Lisa de Leonardo da Vinci, La Venus de Milo de Alejandro de Antioquía, La balsa de la Medusa de Théodore Géricault, La Libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix, La consagración de Napoleón de Jacques-Louis

Hoy quiero compartir con ustedes algunos de los secretos y curiosidades del museo más famoso de París, el museo del Louvre.

De castillo a palacio

El edificio que alberga el Museo fue en origen el castillo del Louvre (siglo XII), luego reconvertido en Palacio Real. La que lo transformó en el gran palacio que es actualmente fue Catalina de Médici (1519-1589). Quedó desocupado por la Familia Real a finales del siglo XVII y desde 1778 acogió las exposiciones de la Real Academia de Pintura y Escultura.

Fue el primero de libre acceso

Tras la Revolución Francesa (1789), llegó su apertura parcial como Museo del Louvre el 8 de noviembre de 1793. Por primera vez en la Historia, se traspasaron colecciones privadas de las clases dirigentes a una galería de propiedad pública. Además, el acceso era libre: no se limitaba al público culto ni se regulaba con visitas concertadas, como en los Uffizi y el Museo del Prado en sus inicios.

Es el más visitado del mundo

Según los datos más recientes, referidos a 2019, el Museo del Louvre recibió ese año a 8,7 millones de personas, lo que lo sitúa como el más visitado del mundo, seguido por el Museo Nacional de China (Pekín), el Museo de Historia Natural de EE UU (Washington) y el Museo Británico (Londres).

El origen de sus colecciones

No es de extrañar, por lo enorme (varios km) y majestuoso del edificio y la amplitud de sus colecciones (artes plásticas, arqueología y artes decorativas previas al impresionismo). Provienen de cuatro fuentes: colecciones reales –iniciadas por Carlos V y ampliadas sobre todo por Francisco I, Luis XIV y Luis XVI–, incautación revolucionaria a la nobleza y la Iglesia, expolios internacionales durante las guerras napoleónicas y donaciones privadas (siglos XIX y XX).

Napoleón le cambió el nombre

Siempre dado a la megalomanía y el culto a la personalidad, Bonaparte lo rebautizó como Museo Napoleón y lo llenó de obras requisadas por sus ejércitos en los países que invadió. Tras caer el corso, muchas de estas piezas fueron devueltas… y el Louvre volvió a ser el Louvre.

Los edificios del Louvre fueron una vez abandonados

Tras la finalización del Palacio de Versalles, la corte francesa alejó su base de París, dejando el edificio del Louvre sin terminar y en eventual mal estado. Esos edificios que permanecieron abiertos fueron anfitriones de una serie de grupos culturales que incluyeron pintores, escultores y escritores como miembros. Después de más de un siglo, la construcción se recuperó una vez más, gracias a una serie de reyes borbones hasta la caída de la monarquía y el comienzo de la Revolución Francesa en 1789. Con el monarca depuesto y su familia finalmente encarcelada en el vecino Palacio de las Tullerías, la recién creada Asamblea Nacional decretó que el Louvre sería entregado al gobierno para la creación de un museo nacional abierto al público. El Louvre abrió sus puertas por primera vez el 10 de agosto de 1793, con una exhibición de más de 500 pinturas y artes decorativas, muchas de las cuales habían sido confiscadas a la familia real y la nobleza francesa.

La Mona Lisa no siempre estuvo en exhibición en el Louvre

Varias obras de Leonardo da Vinci encontrarían su camino en la colección de Francisco I, incluida La Gioconda, una de las pinturas más famosas del mundo. Según el folklore francés, Francisco I estaba al lado de la cama a Da Vinci cuando murió y, tras la muerte del artista en 1519, el rey compró la pintura a un asistente. Sin embargo, en lugar de adornar las paredes del Louvre, la pintura pasó siglos siendo transportada entre una serie de palacios reales, pasando tiempo en Fontainebleau y Versalles. Fue solo después de la caída de la monarquía y el establecimiento del Louvre como museo público que la Mona Lisa encontró un hogar más permanente. Y allí se quedó con algunas excepciones notables.

RUTH MORELOS

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¿Qué pasa con los fideicomisos?

La actual administración federal fue elegida con el mayor apoyo popular en la historia democrática del país. En parte esto fue por el hartazgo de los sectores populares que vieron, década tras década, cómo había un vínculo entre la usurpación del discurso público por parte de unos pocos actores que, a la vez eran beneficiados política y económicamente por la clase gobernante.

Por tanto, las promesas de acabar con la corrupción y los excesos de esos pocos sectores privilegiados han sido la punta de lanza de la narrativa oficial de “primero los pobres”. Así, los recortes al gasto público, la cancelación de privilegios fiscales, el tránsito a esquemas de transferencias directas a beneficiarios en programas públicos, y ahora, la extinción de fideicomisos, son elementos que forman parte de la misma narrativa de anticorrupción y, en cierto modo, hace sentido: ¿quién podría negar que ante el desmantelamiento documentado del Estado en sexenios anteriores había que hacer cambios, que los esquemas de desvío y malversación de recursos públicos tienen que eliminarse?

Dicha narrativa –y esto es muy importante para lograr un debate público que esté a la altura de las exigencias democráticas de amplios sectores de la población– funciona porque ha tenido aciertos. Desde Fundar, por ejemplo, se ha apoyado el combate a privilegios fiscales de grandes contribuyentes; por lo que fomentar el pago de impuestos por parte de empresas acostumbradas a evadir sus responsabilidades fiscales es una apuesta de este Gobierno que hemos reconocido. Pero la narrativa por sí misma no hace que las medidas funcionen, y así también hemos criticado recortes inaceptables al gasto público y el constreñimiento de las funciones del Estado por medidas de austeridad. Esto, por poner dos ejemplos de una medida adecuada y otra inadecuada que se han vendido como igualmente necesarias.

El debate público actual está hoy sobre la mira de un mecanismo fiscal que no es ni lo uno ni lo otro: los fideicomisos para el manejo de recursos públicos. Los fideicomisos son instrumentos financieros que, sin mecanismos de transparencia, rendición de cuentas y utilizados indiscriminadamente, pueden en efecto servir para hacer un mal uso de recursos públicos. Pero los fideicomisos son también instrumentos que pueden apoyar a tener recursos disponibles de manera ágil y flexible en áreas clave para la garantía de derechos o en entornos de crisis.

La discusión pública sobre los fideicomisos se ha centrado en un debate a favor o en contra, vendiéndolos como el mecanismo más corrupto o el más perfecto para ejercer recursos. Ambas visiones resultan extremas, y dejan de lado aquello que necesitamos: revisar cada uno de ellos, evaluarlos, proponer reglas claras para su mejora cuando tenga sentido que el fideicomiso exista, o un mecanismo de extinción adecuando cuando tenga que desaparecer. ¿En qué casos tiene sentido un mecanismo como el fideicomiso para la garantía de derechos humanos, por ejemplo?

Tomemos como ejemplos el Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral (FAARI) o el Fondo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. El FAARI fue creado por la Ley General de Víctimas (LGV), impulsada por el movimiento de víctimas, organizaciones de la sociedad civil y académicas y académicos hacia finales de la administración de Felipe Calderón, en respuesta a la grave crisis de violaciones a derechos y violencia desatada por la política de seguridad; y es un mecanismo financiero que sirve para pago de ayudas, asistencia y reparación integral para víctimas. El Fondo para Protección, por otro lado, fue creado con la Ley de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, y cumple con el objetivo de brindar medidas de protección para periodistas y personas defensoras, como su nombre lo indica. En ambos casos, podemos observar dos características en común: 1) son fideicomisos constituidos por ley y no al arbitrio del Gobierno en turno por decreto; y 2) son fruto de procesos de lucha de víctimas, personas defensoras y periodistas.

¿Estos fideicomisos cuentan con los controles necesarios para el buen uso de recursos públicos? En el caso del Fondo de Protección, la Junta de Gobierno del Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, tras un análisis, ha concluido que el Fondo “continúa siendo la figura más adecuada para la gestión rigurosa, transparente y flexible de los fondos destinados a la implementación de medidas de protección para personas defensoras de derechos humanos y periodistas”. La Auditoría Superior de la Federación (ASF), si bien ha advertido de “irregularidades y deficiencias” en el desempeño de la CEAV, en el caso particularmente del FAARI lo que ha señalado es que necesita más recursos, además de declarar que la dependencia ha cumplido con las últimas recomendaciones a la auditoría financiera y de cumplimiento realizada por la ASF. Esto no quiere decir que sean mecanismos perfectos, pero sí permite asegurar que cumplen con controles mínimos, reglas claras y que las áreas de mejora están plenamente identificadas.

Por ello, tanto el FAARI como el Fondo para la Protección presentan características de origen (estar constituidos por ley gracias a la exigencia de víctimas, personas defensoras y periodistas), estructurales (tener disponibilidad presupuestaria y flexibilidad para acciones clave en la garantía de derechos) y de transparencia mínima (basada en análisis realizados por las instancias públicas pertinentes) que confirman la necesidad de su permanencia como fideicomisos.

Para que los derechos se garanticen se necesitan recursos públicos. Para que los recursos públicos garanticen realmente derechos se necesitan esquemas adecuados para su financiamiento: desde Fundar reiteramos que los fideicomisos tienen que revisarse uno a uno para determinar su mejoramiento o extinción, y urgimos al Poder Legislativo tomar en cuenta los análisis propuestos para tomar sus decisiones.

La política del desecho

Queda claro que muchas políticas de los gobiernos anteriores fungieron como meras tapaderas de corrupción, elefantes blancos que a la letra figuraban como grandes soluciones a problemas complejos y que la opacidad con la que se manejaron históricamente los recursos públicos abrió paso al desvió, la arbitrariedad y el enriquecimiento de unos cuantos. Sin embargo, la fallida implementación de las políticas no necesariamente se traduce en el fracaso de las mismas, en algunos casos tiene que ver en la forma en la que se aplican; en otros, en la falta de idoneidad o capacidad de quienes las implementan.

La intención de los Diputados de eliminar más de cien fideicomisos y fondos parece más una respuesta populista que busca ganar simpatías de aquellos que estamos cansados de la corrupción, que una política que realmente solucione ese problema. La corrupción no se acaba con la desaparición de políticas públicas nomás por que sí, para esto es importante desarrollar evaluaciones efectivas, impulsar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas. Es más ¡hacer valer el Sistema Nacional Anticorrupción!

Sobre el tema, es muy importante considerar el beneficio que los fideicomisos y fondos públicos han traído a los graves problemas del país. Por ejemplo, siendo México uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo (los niveles de violencia en contra de la prensa solo se comparan con aquellos que vive la prensa en países en guerra), el fideicomiso para la protección de periodistas y personas defensoras de derechos humanos permite que cientos de periodistas y personas defensoras cuenten con apoyos inmediatos para salvaguardar su vida e integridad. Es decir, gracias a un fideicomiso como este es que, ante una amenaza inminente del crimen organizado como la que sufrieron recientemente un grupo de periodistas guerrerenses, ahora cuentan con la posibilidad de desplazarse de la zona de peligro junto con sus familias y, así, evitar la muerte.

Sobre este, la Junta de Gobierno del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas señaló que la eliminación del Fideicomiso tendría impactos negativos en el desarrollo de las acciones de protección para las 1304 personas —418 periodistas y 886 defensoras de derechos humanos— a las que actualmente brinda medidas de protección.

Por su parte, reconociendo que desde el inicio de la llamada Guerra contra el Narcotráfico México se convirtió en una fosa común con miles de desaparecidos y víctimas de la violencia, el Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral para víctimas ha permitido, por ejemplo, la atención física y sicológica de niñas y niños a la que de otra manera no hubieran podido tener acceso y ha sido fundamental para el apoyo de los familiares de varios periodistas asesinados que eran el sustento de su familia.

A lo largo de las discusiones en torno a los contenidos de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información en 2014 y 2015 uno de los grandes temas a discusión fue precisamente la necesidad de reconocer a estas entidades -los fondos y fideicomisos públicos- como sujetos obligados directos a las disposiciones de la misma y advertir que el ejercicio de los recursos que en ellos se albergan están sujetos al principio de máxima publicidad y por lo tanto al escrutinio ciudadano.

Luego entonces, vale más apostar hacia el fortalecimiento del marco legal e institucional de estas políticas que a su desecho. Finalmente, estamos hablando de salvaguadar la vida, el desarrollo y la dignidad de las personas.

Presentan informe de actividades de la Universidad Tecnológica de la Costa Grande de Guerrero (UTCGG)

Petatlán, Gro., a 06 de octubre de 2020.

La Universidad Tecnológica de la Costa Grande de Guerrero (UTCGG), llevó a cabo la L y LI Sesiones Ordinarias del H. Consejo Directivo con el propósito de presentar el informe de actividades correspondiente al periodo Enero – Abril 2020, Mayo – Agosto 2020 y Cierre del Ciclo Escolar 2019 – 2020. Este evento se realizó de manera virtual y fue presidido por el Mtro. Uriel Hernández Galeana, Subsecretario de Educación Media Superior y Superior en representación del Secretario de Educación Guerrero, el Mtro. Arturo Salgado Urióstegui.

También se contó con la participación de representantes de la Dirección General de Universidades Tecnológicas y Politécnicas, Secretaría de Finanzas y Administración, Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, Delegación de la Secretaría de Educación Pública y actores del sector productivo.

Durante la sesión, el C.P. René Galeana Salgado, rector de esta máxima casa de estudios, rindió el informe de actividades realizadas, donde se presentaron los principales logros y actividades realizadas en las áreas académicas, de vinculación y movilidad internacional. De esta forma, la UTCGG, muestra una vez más el compromiso de la Institución con los diferentes sectores de la sociedad.

Pacta Adela Román con restauranteros acciones contra el COVID-19

*Firman la alcaldesa y empresarios convenio de colaboración para contener contagios

Acapulco, Gro., 06 de octubre de 2020.- Empresarios restauranteros se comprometieron a respaldar las acciones que encabeza el Gobierno de Adela Román Ocampo, para contener contagios de COVID-19.

En la Sala de Cabildo “Juan R. Escudero”, la alcaldesa atendió a integrantes de este importante sector, donde escuchó planteamientos y demandas de cada uno de ellos, quienes también se comprometieron a fortalecer acciones preventivas contra la pandemia que ha cobrado muchas vidas en el puerto.

La primera autoridad en el municipio señaló que el Ayuntamiento no tiene intención de perjudicar a nadie. “Yo los felicito por ese compromiso con Acapulco, porque si no lo cuidamos entre todos, Acapulco se nos va a ir de las manos”, añadió referente a los efectos causados por la inseguridad desde hace más de una década, perdiendo turismo de alto poder adquisitivo y que ha costado mucho recuperar.

El vocero del colectivo “Aislados Pero Unidos”, Enrique Castro Soto, agradeció a nombre de sus representados a la presidenta municipal el que los haya recibido y atendido, y subrayó: “Nosotros no huimos a las reglas, las conocemos, somos empresarios responsables que queremos lo mejor para nuestro puerto”.

Previamente, el secretario Particular de presidencia, Jesús Edmundo García López, dio a conocer un documento en el que expresó que la gravedad de la pandemia por COVID-19 es un problema urgente de atender, donde se requiere la participación del sector gubernamental como del social y empresarial.

En la reunión estuvieron presentes el secretario de Turismo, José Luis Basilio Talavera; la directora de Salud Municipal, Roxana Tapia Carbajal; el director del Centro de Atención y Protección al Turista en Acapulco (CAPTA), Jondalar Castillo Ledezma y el coordinador de Protección Civil, Cuauhtémoc Gayosso Pérez.

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