Los Tiburones se dieron un festín

ALDO VALDEZ SEGURA

Los Tiburones tuvieron una tarde tranquila, no fue necesario ponerle nitros a sus embates, a medio gas les bastó para derrotar por goleada de 6-1 a Fleming, para así embolsarse los puntos que dejó la jornada número nueve de la liga Premier Plus de futbol.

Acciones llevadas a cabo en el campo 1 de Viticos. Una primera parte en donde los escualos dominaron, tuvieron el balón en su poder y no se lo prestaron a sus rivales, así que sus delanteros tuvieron las más claras y solo fue cuestión de tiempo para que el invitado de honor hiciera acto de presencia.

Una vez que la defensiva de Fleming se desboronó ahí fue donde se les vino el mundo encima, los gatilleros de los Tiburones estando frente al objetivo no perdonaron, sacaron potentes disparos que dieron en el blanco, se despacharon con seis tantos pero pudieron marcar más.

La Zapata no tuvo piedad

ALDO VALDEZ SEGURA

El equipo de la Zapata no tuvo piedad alguna sobre sus rivales en turno; Deportivo 96, a quienes le propiciaron una goleada de 5-0, para así llevarse a casa los puntos que dejó la jornada número nueve de la liga Premier Plus de futbol, de lo sucedido fue testigo el campo 1 de la Puerta.

Desde que el colegiado hizo sonar su silbato, indicando el inicio de las acciones, fueron los caudillos quienes se apoderaron de la posición del esférico, ellos impusieron su le y marcaron la pauta con la cual se iba a jugar, sus delanteros tuvieron las más claras y solo fue cuestión de tiempo para que el invitado de honor hiciera acto de presencia.

La defensiva del Deportivo 96 fue un espectador más, solo les hizo falta un buen sillón para estar más cómodos y ver como su meta era abatida, dejaron solo a su arquero que nada pudo hacer para evitar la goleada, los goles de la Zapata fueron obra de; Morillon quien hizo un doblete, mientras que con una diana colaboraron, Eriberto Oregón, Ranfery Núñez y José Manuel Román.

Suspenden ligas futbol de San Jerónimo y Atoyac

ATOYAC. Autoridades de las ligas de futbol de los municipios de Atoyac, San Jerónimo, anunciaron la cancelación de las jornadas futboleras que se tenían programadas para jugarse este próximo fin de semana para evitar la propagación del coronavirus.

En cuanto la liga Juvenil de futbol Cocotera representada por el promotor Paulino López entrevista señaló que debido a la situación que se está pasando por el coronavirus el sector acató las recomendaciones de las autoridades por lo cual quedan suspendidos los encuentros.

En este mismo tenor el presidente de la liga municipal de futbol de Atoyac de Álvarez presidida por el docente en educación física Eurípides Salas Valle también en reunión con los delegados de equipos anunció la suspensión de las jornadas futbolísticos.  

Jorge Reynada Galeana.

EDITORIAL

Aquí no pasa nada

Estados Unidos anunció el martes un plan para reactivar su economía, equivalente a un billón de dólares (un trillón dicho en inglés). En México, el mismo martes el gobierno anunció que ya tiene disponibles 150 millones de dólares para comprar tapabocas y guantes para los doctores que atienden a pacientes con coronavirus.

Los presidentes de todo el mundo están dedicados de tiempo completo a hacer informes en cadena nacional y ruedas de prensa para dar a conocer nuevas y más drásticas medidas sanitarias y económicas contra el coronavirus. En México, ayer la conferencia mañanera empezó con una explicación de cómo va la construcción del aeropuerto de Santa Lucía.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que los gobiernos deben instruir a sus ciudadanos medidas de distanciamiento social, de permanecer en casa, como única vía para retardar los contagios y no colapsar los sistemas de salud. En México, ayer el presidente AMLO organizó un acto con 450 invitados para conmemorar el 82 aniversario de la Expropiación Petrolera.

El propio director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió antier con un énfasis inusitado que los gobiernos del mundo hicieran todas las pruebas posibles de coronavirus a sus ciudadanos: “hagan pruebas, hagan pruebas, hagan pruebas”, dijo. En México el gobierno dice que hacer muchas pruebas es una pérdida de tiempo.

Donald Trump ya se convenció del peligro del coronavirus. Lo estuvo desdeñando todo lo que va del año. Esta semana sus discursos han sido de franca alerta. Era el único mandatario que faltaba en darle el golpe a la gravedad del asunto. Bueno, no: Bolsonaro en Brasil y López Obrador en México siguen pensando que el resto del mundo está exagerando.

Menos mal que Trump ya entendió la dimensión de la pandemia. Porque en México, ayer el Presidente dijo que no hacía falta ningún plan fiscal extraordinario porque “nosotros pensamos que se va a estabilizar la economía mundial porque está interviniendo el gobierno de Estados Unidos… y van a hacer todo por estabilizar. Eso ayuda a todos los países del mundo, no le conviene a nadie que haya recesión mundial o crisis”.

Ayer en su conferencia matutina el Presidente de México mostró una estampita religiosa, un amuleto protector, “detente, enemigo, el corazón de Jesús está conmigo”. Sería chistoso, hasta divertido, significaría un necesario brochazo de sentido del humor, si estuviéramos frente a un Jefe de Estado que hubiera entendido la gravedad de la pandemia, que hubiera realizado el mayor número de pruebas posibles para contar con un buen diagnóstico, que hubiera ordenado la suspensión de actividades para contener el virus y que hubiera anunciado un millonario plan de rescate a la economía. Pero no. Es López Obrador.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

 “Crisis política y de Estado”

Raymundo Riva Palacio

Por mandato presidencial, la Secretaría de la Defensa elaboró en 1965 el Plan de Auxilio a la Población Civil, conocido como Plan DN-III, que es un “instrumento operativo militar que establece los lineamientos generales a los organismos del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, para realizar actividades de auxilio a la población afectada por desastres de origen natural o humano, optimizando el empleo de los recursos humanos y materiales para su atención oportuna, eficaz, eficiente; apoyando además, en la preservación de sus bienes y entorno”. Es un plan que atiende consecuencias, y no está diseñado para acciones preventivas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, dijo que para atender la epidemia del Covid-19, si se requiere, ya se alista el plan DN-III. “Se está actuando de manera responsable y no debe caerse en el miedo”, dijo para atenuar las ansiedades y preocupaciones de la población. “Hay un gobierno que protege al pueblo. Ya no es el gobierno de antes, de gobernantes irresponsables que aprovechaban circunstancias como estas para robar”. El discurso de siempre, ligado a la corrupción, soslaya la parte medular: el Plan DN-III no contendrá la pandemia; luchará con los efectos.

Para estos tiempos, ya no se sabe si el presidente habla en serio, si trata de distraer la atención hacia temas que no lo confronten, si es una ocurrencia o broma. La credibilidad en su palabra en esa crisis de salud se agota crecientemente. Dentro de su propio gobierno han comenzado a dejar de escucharlo para actuar sin esperar que tome decisiones. Aguardar a que se asuste y decida a cambiar las cosas –como le pasó frente al presidente Donald Trump-, puede ser letal para la población. Depender de un líder cuyo ego es mayor que el interés público, es de alto riesgo para la nación. 

El antídoto al proceder presidencial lo produjo la Guardia Nacional, que elaboró un Plan de Continuidad de Operaciones para hacerle frente al Covid-19. El documento tiene 28 páginas y fue preparado en la última semana por la Dirección de Logística y Adiestramiento, y de Planeación y Análisis Estratégico. En el se refiere a la velocidad del contagio y anticipa que el número de muertes y países afectados aumentará. 

En México, desde el punto de vista de seguridad pública y nacional, agrega, “la situación puede agravarse toda vez que al contar con una tasa alta de infectados puede colapsar los sistemas sanitarios y provocar bajas sustanciales en la fuerza laboral. Si además se limita el tráfico de personas y de mercancías, las repercusiones económicas pueden ser tanto o más graves que la propia enfermedad, lo que puede conducir a una CRISIS POLÍTICA Y DE ESTADO”. (El énfasis es del documento original).

El diagnóstico difiere del análisis de la Secretaría de Salud, que es más optimista, sobre la capacidad hospitalaria y la velocidad en la que avance el virus. “Mientras los sistemas de salud hacen lo posible por prevenir el contagio, establecer mecanismos de detención temprana y finalmente dar una respuesta rápida y efectiva para contener la pandemia, los cuerpos de seguridad deben garantizar la paz pública”. El documento no evalúa la estrategia de la Secretaria de Salud, avalada por el presidente, pero plantea los escenarios en función de una amplia variedad de variables, como densidad de población, registró histórico de índices delictivos, riesgos de saqueo en tiendas de conveniencia, infraestructura hospitalaria nacional, y las principales rutas de tránsito aéreo y terrestre. Hay una, que sugiere como detonador de la violencia social, las plataformas digitales utilizando las nuevas tecnologías.

“A través de redes sociales, usuarios de todo el mundo comparten información, en su gran mayoría no confiable ni fidedigna, que favorecen comportamientos colectivos sociales inconvenientes para la economía, el abasto de productos y mercancías, el orden, la seguridad, entre otros aspectos”, subraya el documento. “Estos comportamientos ocasionan compas de pánico, acaparamiento, escasez e incremento de precios injustificados de productos de primera necesidad y pueden derivar en bloqueos, manifestaciones y alteraciones del orden y la paz públicos.

“Es en este sentido que ante situaciones de emergencia sanitaria como las que actualmente se enfrentan, que pueden desencadenar eventos de alteración del orden y la paz públicos por el pánico social generado, la escasez de productos de primera necesidad, de artículos de sanitación y desinfección o bien, afectaciones al funcionamiento de los servicios médicos de atención u hospitalización por padecimientos infecciosos respiratorios, que los elementos de la Guardia Nacional deben ser garantes para asegurar que estas actividades se desarrollen con el mayor orden y normalidad posibles”.

El escenario que plantea la Guardia Nacional es preocupante, en la medida en que las acciones que está tomando el gobierno se asemejan más a la estrategia que siguió Italia (que tiene 60 millones de habitantes), donde la pandemia está descontrolada y este jueves superó en número de muertes a China (con mil 380 millones de habitantes). Las estimaciones de la Secretaría de Salud se hicieron sobre los datos de la influenza, aunque tampoco parecen haber analizado sin ideología el caso de Estados Unidos, donde errores similares en el principio causaron un rápido contagio a nivel nacional.

En el documento se ubican con precisión los lugares con el potencial de mayor saqueo –el 39% del robo es de alimentos y bebidas-, que se encuentran en el centro del país y la parte media y baja de Veracruz, y se proponen “lugares de intervención” para mitigarlo, mediante el impedimento de bloqueos carreteras que impidan el propósito “de llevar los alimentos a las tiendas, los combustibles a las estaciones de servicio, el oxígeno a los hospitales, las medicinas a las farmacias”.

En síntesis, la Guardia Nacional está preparándose para que, ante la eventualidad de un caos, meter orden y evitar el colapso.  

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Aunque Guerrero todavía está en la fase 1 de la epidemia por el coronavirus del Wuhan, el gobierno de Acapulco ya decretó el lockdown del puerto; es decir, el cierre de todos los negocios que impliquen aglomeración de gente, como bares, discotecas y cines.

Sin embargo, no hay un tiempo límite para esta medida, sólo se dice “hasta nuevo aviso”.

¿Qué significa esto? Desempleo. Pobreza. Aumento de la criminalidad.

Veamos los números que presentó ayer el presidente de la Comisión de Desarrollo Económico del Congreso de Guerrero, Arturo López Sugía, quien dijo en entrevista que de aproximadamente 1 millón y medio de la población ocupada en el estado, más de medio millón son trabajadores por cuenta propia, más de 161 mil viven de propinas y 62 mil 544 son empleadores, “y menos de la mitad son asalariados; hablamos de unas 709 mil personas, de las cuales la mayor parte están en Acapulco”, donde ya el Ayuntamiento ordenó el cierre de negocios, sin tomar en cuenta para nada a los empresarios.

Y todo por 3 casos de coronavirus detectados, de los cuales no se conocen mayores detalles, más que del primero, que es una ciudadana argentina que estuvo previamente en la Ciudad de México, y que una vez en el puerto comenzó a presentar los síntomas de la enfermedad, y por lo cual fue cuarentenada en su hotel. Tan tan.

¿Quiénes son los otros dos? ¿Cómo contrajeron la enfermedad? ¿Tienen relación con el primer caso? ¿Cuál ha sido su rango de movilización en el puerto? ¿Cuáles son los “casos sospechosos” y dónde están?

Creo sinceramente que nos estamos ahogando en un vaso de agua, y que la presión internacional y local es de tal modo tan agresiva y golpeadora, que el gobierno federal y los gobiernos locales se están apresurando a tomar medidas que todavía no corresponden a la fase que estamos cursando.

Apenas este jueves, de manera amenazante, la Organización Mundial de la Salud instó a todas las naciones a decretar cuarentenas generales. Esto implica cierre de puertos, aeropuertos y fronteras. Pero, ¿con qué bases? Porque ciertamente se habla del mismo virus, pero los países son distintos. El caso de Italia no necesariamente se debe replicar en todos lados, sino analizarse por separado.

El protocolo epidemiológico dicta otra cosa. Las epidemias se manifiestan por fases, y los expertos afirman que seguimos en la Fase 1, donde sólo se tienen brotes individuales y familiares. Ni siquiera podemos hablar de brotes comunitarios.

Por lo tanto, cerrar en este momento el país, cuando tenemos hasta la noche del miércoles 118 casos y solamente un muerto -contra los cerca de 269 por influenza de diciembre a la fecha y 5,127 contagiados- sería como hacernos el harakiri.

Si -como quieren los enemigos de México, que están dentro y fuera de nuestras fronteras-, la economía se paraliza, nadie podrá resistirlo, ni siquiera los grandes consorcios, pues se estiman 20 semanas críticas y 2 años de fuerte prevalencia del virus en el mundo.

Tan sólo en Acapulco hay 40 mil negocios afectados por el cierre parcial decretado por el gobierno municipal, que además carece de opciones para apoyarlos en el pago de nóminas y servicios.

Es obvio que medición del impacto por este padecimiento va más allá, porque la crisis del coronavirus es ante todo una amenaza para la salud pública, pero también es, y cada vez más, una amenaza económica.

Por lo tanto, hoy más que nunca se demanda de las autoridades locales que actúen en coordinación con el gobierno federal, y que eviten tomar decisiones que a la larga resultarán contraproducentes.

Por ejemplo, se sabe que el virus es potencialmente agresivo contra los inmunodeprimidos, y eso tiene que ver con la alimentación. Y nadie ignora que amplios sectores sociales, incluso los que viven del turismo, perciben sueldos tan raquíticos que no les alcanza para una canasta básica completa. Por lo tanto, ya de por sí están malnutridos, como para además quitarles el sustento.

Mucho ojo con esto. Lo que deben hacer los gobiernos locales es invertir en este momento en la infraestructura sanitaria, porque la verdad que está en cueros: no hay respiradores, no hay áreas de aislamiento, son limitadas las áreas de terapia intensiva, etcétera.

En este momento no se le tiene miedo al virus, sino a la pobre y raquítica infraestructura de salud que tenemos. Y eso no se va a resolver cerrando negocios por adelantado.

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