Ruth Tamayo Hernández
Violencia de género, un
reflejo de lo que vivimos en casa
“El
cómplice del crimen de la corrupción es generalmente nuestra propia
indiferencia”: Bess Myerson.
Mis
estimados, nuestro país vive una de las peores crisis políticas y de
representación gubernamental. Es lamentable cuando las autoridades comienzan a
echarse culpas de los lamentables acontecimientos violentos que se produjeron
en distintos estados y municipios del país, sobre todo los decesos de bebés, niñas,
adolescentes y amas de casa, siendo la muerte de la niña Fátima la que
conmocionó a tal grado al país, por la forma en que se la llevaron a la niña de
la escuela y la mantuvieron cautiva sus agresores, hasta torturarla y matarla
de manera indecible.
La
ineptitud de las autoridades la tenemos que revelar para que no ocurra en tu
municipio o comunidad un caso similar, porque tristemente estos casos ocurren
sólo que en ciudades y en los pueblos no hemos vivido estas desgracias de
secuestro, violación y asesinato de niñas estudiantes, y menos por el descuido
de los padres, porque la mayoría de los maestros en las comunidades hacen de
padre y madre de sus alumnos y hasta a su casa los llevan cuando la mamá o papá
no llega por ellos.
Pero
no estamos exentos de que ocurra una desgracia como la de Fátima en nuestros
lugares de origen, pues la descomposición social es grande en todos lados.
Incluso,
nos enteramos de sucesos violentos por las benditas redes sociales; y aunque no
debemos confiar ni creer en todo lo que publican los internautas, es bueno que
esté enterado, porque hay restricciones a los medios pero a las redes aún no
las controlan; por eso debe estar atentos, pues con el homicidio de Fátima
pudimos darnos cuenta los mexicanos de lo que es capaz el hombre. ¡Qué horror!
¿Cómo asesinar una niña de esa forma? Son diabólicos esos maniáticos y deben
atraparlos pronto. Entre todos colaboremos para hallarlos. En la redes están
las fotos de esos homicidas, pues ya colaboraron varios para dar con la casa de
la secuestradora, y de inmediato compartieron la fotos en miles de perfiles y
medios nacionales y en los estados.
Por
eso, les digo, que bien rápido van a caer esos diabólicos perversos.
¿Saben,
mis estimados?, el INEGI reveló que ya son 80.6 millones de usuarios de
internet en México, y que el 70.1 por ciento de la población de seis años o más
tienen servicio. En total, 80.5 millones de mexicanos contamos con teléfono
celular. Para bien de muchos, pero tristemente también para mal de varios.
Podemos
hacer mucho los ciudadanos con ese aparatito, pero úselo con inteligencia, no abra
la boca antes de tiempo ni escriba en ese aparatito mensajes que lo comprometan
y menos los suba al Facebook. No suban fotos de sus hijos a la red y no denuncie
a nadie por medio del Facebook, porque es usted persona muerta. En esos
aparatos queda todo registrado, y aunque ustedes lo borren queda el registro. Entonces,
calladitos se ven más bonitos, o le dan cuello, como ocurrió a la señorita de
Coyuca de Benítez, Jaqueline. Ella inocentemente subió a la red de un grupo
denominado “Puro coyuquense”, que los policías municipales le pidieron su
número de teléfono y al no dárselo, le tomaron fotografías. Hoy esa niña está
muerta, fue asesinada de un balazo en la cabeza, en el municipio de Coyuca de
Benítez.
La
chica de 16 años subió a la red dos mensajes fuertes contra los agentes
municipales. El primero dice que iba a denunciar a los policías municipales por
acoso sexual. “Ya me tienen harta de que siempre se burlan del pueblo. Si algo
me llega a pasar o a mi familia, es contra ellos”, escribió.
En
otro mensaje la joven acusó a los policías municipales de corruptos y que no
cumplen con su deber.
Estos
fueron los mensajes y la joven está muerta. Aunque ustedes no lo crean, la
menor asesinada que apareció en los perfiles de Facebook, asesinada, es la
señorita que se atrevió a denunciar por la red social a la policía municipal de
ese municipio.
Ahí
están en la red los mensajes, aunque los quieran borrar ya es tarde. Grupo Milenio,
los copió, por si de algo sirven.
Sin
embargo, lo triste de este cuadro es que se repite la historia de terror con
jóvenes menores de edad, los cuales no miden el peligro y hablan sin medir las consecuencias.
Centenares
de menores han sido asesinados por las mismas razones que la menor de Coyuca de
Benítez. En los últimos seis años, han sido matados decenas de jóvenes y por
eso esta entrega, mis estimados, para que hablen con sus hijos que no pongan en
riesgo su vida, pues el panteón está lleno de héroes, ya no caben más.
Además,
no son tiempos de andar denunciando por la red social a nadie y menos a los
escorpiones traidores y venenosos, esos son peligrosos por naturaleza. Tomen
precauciones y hablen con sus hijos, claro y puntual, no oculte nada es mejor
hablarles claramente que dar vuelta a la trama. Dígale a sus hijos de la droga,
que si la consumen pueden quedar locos; y es cierto, no le va a decir un
cuento. Hay cifras escalofriantes que revelaron las autoridades de salud, de
muchachos de 13 a 25 años en la Costa Grande, que usan drogas y alcohol, otros usan
alcohol y cigarros.
Son
números altísimos. Cheque que no sea su hijo, porque los datos revelan que los
jóvenes están consumiendo una droga fulminante que los puede dejar delirantes.
Éste es otro tema, pero me preocupan las estadísticas tan altas de muchachos
consumidores de esa sustancia.
Cuiden
que sus hijos no estén subiendo temas peligrosos a su red social. No hay
discreción en ninguna dependencia, es mejor guardar silencio. Ya ven que hasta
reza el refrán, que por la boca muere el pez.
Es
cierto que por medio de la red social dieron con la secuestradora de Fátima y
por esa misma red vana a caer esos homicidas, pero funcionan las denuncias en
la ciudad, en los pueblos no, ahí eres hombre muerto. Aunque en la ciudad
también corre el mismo peligro, pero les cuesta más trabajo ubicarte.
No
obstante, insisto, que en un municipio o comunidad no se atreva a hacer comentarios
ni denuncias en contra de nadie, ni a los uniformados les diga nada, a esos
menos. Tampoco ande denunciando a nadie en Facebook, lo mejor que puede hacer
es bajar sus fotografías y las de su familia de la red porque son
comprometedoras y penen en peligro a la familia, pues cambiaron los tiempos
vivimos en una sociedad corrompida hasta los tuétanos; y aunque no podemos
vivir encerrados, sí podemos evitar el peligro a nuestros hijos.
Se
ha politizado la muerte de la niña Fátima, a tal grado que lastiman los comentarios
de varios internautas; incluso, varios subieron fotos a las redes de niños
secuestrados y asesinados diciendo que les había pasado lo mismo y que no se
hacía por ello el mismo escándalo. Inclusive sacaron a la luz a los niños que
murieron en el incendio de la Guardia ABC, para decir que no se hizo el mismo
escándalo.
Los
críticos piensan que el escándalo y las publicaciones son para poner en mal al
presidente Andrés Manuel López Obrador; ellos señalan que el mandatario no
tiene la culpa. Pero nadie está culpando al presidente AMLO, lo único que
decimos varios, es que el mandatario debe ser más sensible con el tema del
feminicidio, porque es el presidente de todos los mexicanos y deseamos que
saque la cara por todos, no sólo por unos cuantos.
Tampoco
hay que crear pánico en el país, a ninguno como sociedad nos conviene meter
miedo, pues hay menores que ya no quieren ir ni a la escuela, porque tienen
miedo. Las niñas no quieren despegarse de la mamá. Me queda claro que hay
sicosis por el caso Fátima, porque la noticia corrió como reguero de pólvora
por todo el país, pero por eso debemos mantener la calma para dar seguridad a
nuestros niños, y para que continúen yendo a la escuela.
Los
docentes deben tomar todas las mediadas de seguridad que sean necesarias para
guardar la integridad de los estudiantes. Ya vieron lo que puede pasar en un
momento de descuido. Sean cuidadosos en todo momento, padres de familia,
directores y profesores. ¡Feliz jueves para todos!