Asociación recorre la región para apoyar deportistas

ATOYAC. La asociación civil AC Juntos Por La Costa dirigida por el presidente Joseph HR, continúa recorriendo los municipios con la finalidad de hacer la entrega de material deportivos a los diversos sectores activos en cualquiera de sus disciplinas deportivas.

Por lo que a los integrantes de la asociación se le ha visto entregando tanto material como enseres a escuelas deportivas como a equipos de las diversas disciplinas áreas deportivas. 

La señalada organización recientemente visitó a escuelas de fútbol por señalar algunas :Escuela de fútbol Juan Escutia dirigida por Daniel Zamora Fierro también a la Escuela de futbol Linces dirigida por Aldair Magaña Otero al igual visitó a la colonia Central ahí entregó a materiales deportivos.

Finalmente el dirigente señaló que con estas acciones la organización continúa con la encomienda de llevar beneficios a los deportistas con el bien de promover el deporte. 

Jorge Reynada Galeana. 

Editorial

Oyen, pero no escuchan

“La mujer en casa y el hombre en la plaza,” dice el refrán que pretende expresar una supuesta sabiduría popular que confina a la mujer a los quehaceres del hogar y al hombre a las libertades y privilegios del mundo externo. La idea de que cada sexo tiene su propia esfera de acción.

Si bien datan de tiempos antiguos, cuando la evolución de las relaciones entre mujeres y hombres era impensable, las actitudes sociales de hoy exhalan el tufo machista de los refranes de ayer. A más de tres siglos de “Hombres Necios”, los cambios sociales y culturales que anheló Sor Juana Inés de la Cruz, la primera feminista de México, son una asignatura pendiente.

La discriminación contra las mujeres y las niñas y la desigualdad entre sexos tienen su expresión extrema en los actos de violencia machista. México atraviesa por una crisis nacional de feminicidios–concepto acuñado por María Marcela Lagarde para distinguir a la violencia común de aquella que se dirige a mujeres y niñas sobre la base de su género. En 2019, 3 mil 825 mujeres y niñas fueron asesinadas, un incremento de 6 por ciento respecto a 2018 y casi el doble de lo registrado hace tres años, según María Salguero, creadora del Mapa Nacional de los feminicidios en México.

Se multiplican las protestas y surgen brotes de descontento en varios puntos del país. Las feministas alzan la voz. La indignación parece desbordar las redes sociales. López Obrador ve “mano negra”. Las mujeres prolongan el clamor para que el gobierno promulgue políticas públicas diseñadas a la crisis de los feminicidios y deje de embutirlos en el mismo costal de los homicidios de la violencia generalizada. Oyen, pero no escuchan.

La respuesta “anémica, insensible y condescendiente” del Gobierno de López Obrador, según críticos, ha inyectado un sentido de urgencia en el debate de género, de machismo y de cómo debería responder el gobierno. Las mujeres demandan un cambio de paradigma y nada menos.

El problema de fondo es el orden patriarcal. El hombre sigue dominando. La fuerza y la brutalidad machista se siguen usando para demostrar hombría y poder de dominio, para imponer la voluntad y los deseos de un sexo sobre el otro. Acoso sexual, violencia y feminicidio.

Los estudiosos de las causas del feminicidio reconocen que es un problema complejo en el que intervienen factores económicos, políticos, culturales, filosóficos e históricos. No es sólo el neoliberalismo. Si así fuera, se limitara a los estratos más marginados de la sociedad. No es el caso. También hay acoso sexual, violaciones y feminicidio entre los más pudientes y en países fuera de la órbita neoliberal. El machismo no es monopolio de una clase o de un sistema particular.

La batalla contra la discriminación, el hostigamiento sexual y los feminicidios no es confrontación de géneros. Los hombres no son los adversarios. El machismo, sí. Vivir sin miedo, libres para entrar y salir de casa, es derecho no negociable. Por eso, el 8 de marzo, la marcha es en sentido inverso: “El hombre en casa y la mujer en la plaza”; el 9 de marzo, la mujer en casa y no en la plaza. Pero por su libre y soberana voluntad.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

El candidato presidencial

Raymundo Riva Palacio

Ante la ausencia total de oposición política al presidente Andrés Manuel López Obrador, una conspicua figura no deja de amartillar todas las semanas la muralla que tiene enfrente. Es Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, la Coparmex, que escoge cada domingo para iniciar su semana de activismo de oposición con un mensaje fuerza y de temática variada. Es muy activo en redes sociales y duro en las entrevistas. De Hoyos responde a la tradición belicosa de la Coparmex, que ha tenido dirigentes que no se arredran ante el presidente en turno y que ya produjo, en Manuel Clouthier, un carismático candidato presidencial por el PAN.

De Hoyos es distinto en personalidad a Clouthier, aunque ambos vienen del noroeste del país. Comparte con él la determinación de confrontarse cuando lo considera necesario o cuando la coyuntura favorece sus objetivos, y en la estrategia para lograr la candidatura presidencial. En efecto, sin un partido que lo arrope, cuando menos por ahora, el líder patronal ha comenzado a construir su maquinaria electoral pensando en las elecciones de 2024, en un contexto donde la oposición partidista está muy debilitada. 

El PRI, que tiene la mayor estructura territorial -alrededor del 18% del padrón electoral-, vive aterrorizado de que sean exhibidos por actos de corrupción. El PAN, que oscila en un 14% de apoyo, está roto, sin liderazgos fuertes y con un éxodo de figuras. El PRD, el último de los partidos de oposición que pinta, tiene el 8%, pero quienes lo encabezan son políticos que públicamente están agotados. López Obrador ha ido perdiendo capital político de manera muy acelerada, pero no hay quien haya podido capitalizarlo.

Morena, que tiene un respaldo de alrededor de 24% en el país, sigue prendido del presidente, quien tiene un nivel de aprobación considerable -alrededor del 60% en mediciones que no son públicas-, lo que le permitirá llegar, pese a mayores desgastes que pudiera tener, en una cómoda situación para las elecciones intermedias del próximo año. Los cálculos dentro del entorno presidencial es que perderán la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, pero serán la primera minoría y podrán llevarse un buen racimo de gubernaturas. En cualquier caso, no se ve por el momento que, dentro de las estructuras actuales de los partidos de oposición, pueda surgir una fórmula ganadora en 2024.

De Hoyos, que originalmente parecía querer la candidatura para el gobierno de Baja California, cambió la escala de su aspiración. Recientemente reclutó como estratega de comunicación a Lázaro Ríos, quien desde la fundación de Reforma fue una pieza clave en el equilibrio interno del periódico y en el funcionamiento de la empresa, se retiró del grupo editorial en diciembre de 2018. Ingeniero de formación, Ríos aceitaba todos los procesos en Reforma, y fue un directivo de mano suave y decisiones firmes.

En otra área estratégica, la de opinión pública, De Hoyos decidió no contratar a ninguna empresa demoscópica de la Ciudad de México, y optó por Ariosto Manrique, de Testa Marketing, que nació en Tijuana, pero se educó en Guadalajara, Monterrey y San Diego. Testa Marketing es quien hace las encuestas para la Coparmex -Manrique fue líder juvenil de la organización-, y trabajó encuestas electorales en Baja California, cuando De Hoyos coqueteó con la idea de la gubernatura. Pero desde hace varias semanas, de acuerdo con personas en la industria, está realizando encuestas a nivel nacional. 

Coparmex es un sindicato patronal con arraigo territorial. Incorpora a 36 mil empresarios que emplean a casi cinco millones de personas y producen el 30% del PIB. De Hoyos empezó a trabajar nacionalmente en la Coparmex en 2013, y en fue ungido con el voto unánime de los 65 centros empresariales en todo el país, como su presidente nacional dos años después. Desde un principio mostró olfato político y se sumó a iniciativas populares como el salario mínimo, la Ley 3 de 3, sobre transparencia y rendición de cuentas de servidores públicos y eficiencia gubernamental. La semana pasada colocó rápidamente a la Coparmex del lado de la autonomía universitaria, criticando de esa forma la intromisión de legisladores de Morena, y en esta se sumó a la marcha y paro nacional de mujeres.

Su protagonismo beligerante surgió con la victoria de López Obrador y su Presidencia, convirtiéndose en el único crítico empresarial sin dobleces y sistemático en contra del nuevo gobierno. Entre sus pares, De Hoyos no es bien visto por su antagonismo ante el presidente, frente a otros órganos empresariales lo tratan con guantes de terciopelo y palabras con miel. 

La estrategia de la Coparmex frente a la del Consejo Coordinador Empresarial, que es el organismo cúpula del sector privado, estuvo en las antípodas. Mientras Carlos Salazar, líder del CCE cultiva una relación personal con López Obrador para ser un interlocutor con amplio acceso a Palacio Nacional, De Hoyos no tiene ninguna relación personal con el presidente, al que trata no como un interlocutor, sino como un opositor. López Obrador, retóricamente lo ignora o prácticamente no lo ataca, pero en los hechos lo margina, invitándolo a eventos sólo cuando es totalmente necesaria la presencia de Coparmex.

El rol de opositor que ha asumido dentro del empresariado De Hoyos, es una apuesta alta que podrá dar frutos en la medida que en el desgaste de López Obrador, los desencantados busquen una opción para 2024. Si fuera así, la desilusión quizás busque perfiles como el suyo, y entonces se convertiría en un riesgo para el proyecto transexenal de López Obrador y un enemigo a descarrillar. La ecuación política para la contienda presidencial sólo se verá con el tiempo, pero De Hoyos comenzó su trabajo de armado con el objetivo de quitarle a Morena la silla presidencial.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Como destino turístico, en sus tres costas, la del Atlántico, Pacífico y El Caribe, irremediablemente queda en medio de varios fuegos en la batalla contra el coronavirus.
El caso del crucero proveniente de Jamaica, en donde no lo dejaron desembarcar, y que llegó el miércoles a las costas de Quintana Roo –donde aún permanece-, es el primero de muchos que el gobierno de México tendrá que enfrentar, pues las noticias revelan que son varias las embarcaciones que están en altamar y que comenzaron a notificar de personas con síntomas de enfermedades respiratorias, que si bien pudieran ser de influenza común o estacional, nadie descarta que se trate de coronavirus, pues la enfermedad que hasta la semana anterior se limitaba a personas que habían estado en lugares de contagio, ya ccomenzó a manifestarse en personas que ni siquiera han salido de su lugar de origen, como sucedió en Estados Unidos, y esto refleja que la epidemia está avanzando.

Preocupan en este sentido muchas cosas. Primero, que el presidente de la República tiene una postura humanista en el asunto, pues considera que es inhumano que miles de personas permanezcan en un barco, sin permitirles descender a tierra y reunirse con sus familiares.

“Cerrar puertos es inhumano”, dijo el presidente en su conferencia mañanera de ayer, a propósito del crucero MSC Meraviglia, en el que viajan 7 mexicanos que hasta ayer al mediodía pedían que el gobierno de este país los atendiera.

“Si alguien presenta coronavirus, se le atiende”, dijo.

Pero, ¿y los posibles contagios? ¿Y la posible expansión de la enfermedad en el país? El presidente de la República tendría que darnos a los mexicanos la mínima seguridad de que se actuará con responsabilidad en casos como estos, y que seguirá los protocolos sanitarios básicos, como revisar primero a los pacientes antes de permitir un desembarco generalizado, como sucedió en Japón la semana anterior, donde después de un mes de mantener un crucero en cuarentena frente a sus cosas, finalmente se permitió que cada país repatriara a sus connacionales, y muchos de ellos ya estaban infectados.

¿Qué procedía? En efecto, permitir el desembarco, pero de manera controlada. En segundo lugar, mantener en observación a todos los pasajeros, en un área cuarentenada, sin contacto con otras personas, hasta que se descartara la infección pues recordemos que los virus tienen periodos de incubación de hasta 7días, tiempo en el cual no presentan ningún síntoma

Eso ha sucedido con gente que viajó a China, y que al volver a sus países de residencia, comenzaron a enfermar. Los primeros casos en Estados Unidos, concretamente en Seattle, estado de Washington, fueron así.

Por lo tanto, y siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que Juan Ramón de la Fuente es representante de México, nuestro país está obligado a respetar los protocolos epidemiológicos, pese a que sea presionado desde dentro para que abra sus puertos a desembarcos desordenados.

Sin esta mínima atención, lo que se desataría en nuestro país sería una epidemia de grandes proporciones, como ha sucedido con la Chikunguña y la Zika, que hicieron estragos en 2015, así como permanentemente lo es el dengue y la influenza.

Por tratarse de un virus sin vacuna, y desconocido para la comunidad científica, lo que queda es tomar precauciones y evitar en lo posible el contagio.

La verdad, sin embargo, es que sabemos muy poco de la experiencia China, porque por ser un régimen político cerrado, la comunidad científica no ha tenido acceso al país, y sólo se supo lo que el régimen chino nos quiso informar.

Es en el exterior, de donde ha salido más información que nos permite conocer el comportamiento del virus y sus formas de contagio.

Por ejemplo, ahora sabemos que no sólo se transmite mediante las gotas de saliva y estornudos, sino que también se transmite por vía fecal y sanguínea. Que el virus sobrevive largo tiempo en superficies contaminadas, y que una persona lo adquiere no sólo al respirar gotas de saliva y de secreciones contaminadas, sino también al tocar objetos expuestos, y al tocarse nariz, boca y ojos.

La higiene permanente parece ser la respuesta inmediata, pero lo que preocupa es qué hacer con el sistema de salud, que en México está desvencijado, sin medicinas, y con una comunidad médica y de enfermería bastante desprotegida.

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