(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
Los diputados federales de Morena ensayaron ayer una especie
de informe colectivo, al organizar un evento general en Chilpancingo, para dar
a conocer lo que como representantes sociales han hecho desde la tribuna de San
Lázaro.
Fue un evento sui géneris. Es la primera vez que los
legisladores guerrerenses se unen para presentar un informe global. Esto no se
hacía en la era del PRI o del PRD. Vamos ni siquiera los diputados panistas,
emecistas o verde ecologistas tuvieron a bien hacer este tipo de informes, pese
a que esa es una de las principales ofertas de campaña.
Generalmente, cada cual acudía a su distrito para informar,
si es que bien nos iba. La mayoría de las veces se escabullían, y hubo algunos
que, aprovechando su alta jerarquía, simplemente ni se acordaban que acá abajo
había gente esperando ser informada, escuchada y atendida.
Los diputados federales, por ejemplo, tienen una partida
para abrir casas de gestoría en sus distritos. Y aunque ya no existe eso de las
“gestiones”, porque se acabaron “los moches”, su obligación sigue siendo la de
mantener un vínculo con sus regiones, y sobre todo informar acá abajo, de lo
que está sucediendo allá arriba.
Todo lo contrario, han sido pocos los legisladores que
atienden a sus representados. El glamour de la Ciudad de México les arrebata el
podo decoro que tienen, se olvidan de que son representantes sociales, y ya no
quieren sabe nada de lo que sucede en el rancho.
Aún ahora, entre los morenistas hay diferencias. No todos
están cumpliendo con la orden expresa del presidente de la República, para que
nadie se desentienda de su quehacer, sino que se mantengan en contacto con la
población, lo cual es una de las metas de Morena y que favoreció tanto a los candidatos
de este partido en la elección pasada. De hecho, era una obligación de todos
los aspirantes recorrer barrios, colonias y comunidades, gastarse las chanclas
y acudir hasta los lugares más alejados, para dar a conocer el proyecto
lópezobradorista y el de la Cuarta Transformación. ¿Recuerdan?
Pues bien, esa misma estrategia continúa, ahora a cargo de
los funcionarios y representantes sociales. Incluso la Guardia Nacional tiene
que estar haciendo labores de “proximidad social”, porque la intención es crear
un gobierno de y para la gente, a fin de que los mexicanos nos quitemos de
encima el síndrome de peones de hacienda, o de esclavos de los “tlatoanis”, y
comencemos a desmitificar a las figuras de poder para que, sin faltarles al
respeto, entendamos que son “servidores públicos”; es decir, los que sirven, no
los que están ahí para ser servidos.
Bien haríamos con ir trascendiendo esa costumbre política.
Por eso decíamos que el evento de los morenistas fue interesante. Mientras
ellos hablaban, por ejemplo, una organización civil subió al estrado para
extender una manta con un reclamo por la aparición con vida de los 43
estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.
Además, hubo rechiflas contra líderes del partido, lo cual
le quitó solemnidad al evento.
Y obviamente, los diputados no se escamaron ni nada por el
estilo. Tampoco mandaron a sacar a los manifestaron, ni a callar a los que
abucheaban, por ejemplo, al presidente municipal de Chilpancingo, el
prerredista Antonio Gaspar, quien sólo acudió como invitado de honor para
darles la bienvenida.
Y ya encarrerado, el titular de Finanzas del gobierno del
estado, Tulio Pérez Calvo, quien asistió como representante del gobernador,
aprovechó el momento para pedirles a los diputados morenistas que trabajen por
mejorar el presupuesto para Guerrero, sobre todo en los rubros de Turismo y
Campo, que son los que más recortes van a sufrir.
Y, en efecto, la modificación al Presupuesto de Egresos de
la Federación dependerá de los diputados federales, quienes pueden optar por no
molestar al presidente y aprobarle el presupuesto tal cual, o bien hacer las
modificaciones que crean pertinentes, atendiendo las necesidades de los
estados.
Víctor Mojica Wences, Aracely Ocampo Manzanares, Manuel
Huerta Martínez, Idalia Reyes Miguel, Avelina López Rodríguez, Javier Manzano
Salas, Carlos Sánchez Barrios, Rubén Cayetano García y Rosario Merlín García,
tienen la última palabra.