(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
La legalización de la marihuana parece ser el principal
atractivo ya no de las autoridades de Gobernación, sino de las autoridades
hacendarias.
Como siempre lo hemos dicho, la prohibición de las drogas ha
dejado en todo el mundo una estela de muertos, pero principalmente en México,
pues mientras Estados Unidos y Canadá están metidos ya en esta industria
multimillonaria, aprovechando además todos los beneficios medicinales de la
cannabis, nuestro país persiste en este tabú y, por consiguiente, se le está
escapando la posibilidad de obtener ingresos extraordinarios por la
legalización controlada y regulada de los estupefacientes.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) calculó
que la legalización de la cannabis dejaría ingresos de hasta 18 mil millones de
pesos durante 2020 al gobierno federal.
Si consideramos que para el año siguiente se tiene una
proyección de 80 mil millones de pesos adicionales a los que se gastaron en
2019, para sostener sobre todo los programas sociales del régimen, si se
consigue la meta de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en esta
industria se tendría resuelto el 25 por ciento de ese gasto.
De lo contrario, todo se sacará del lomo de los contribuyentes,
sobre todo los contribuyentes cautivos, empresas pequeñas, medianas y micros,
así como los trabajadores y prestadores de servicios profesionales, a los
cuales, además, cada día les nulifican sus posibilidades de deducir el IVA y el
ISR, ya que Hacienda publicó un catálogo de las compras que sí son deducibles,
así como las que se permiten para el Impuesto Sobre la Renta.
Por ejemplo, si una persona trabaja de manera independiente
y exhibe sus recibos de honorarios, solamente se le está permitido deducir las
compras que estén relacionadas con su trabajo: gasolina, pago de coche,
teléfono, renta, etcétera, hospedaje y alimentación fuera de casa, papelería,
productos de limpieza y párale.
Pero no puede deducir para ISR la comida, el vestido, el
calzado, aunque todo eso lo compre con impuesto incluido.
Si a esto le agregamos que forzosamente un trabajador
independiente tiene que contratar los servicios de un contador, pues ni para
qué decir que ahí se gasta la mitad de sus ingresos.
También se nos informa que aunque se le permita deducir
gastos adicionales, esto es para efectos del cálculo del IVA, pero no para el
ISR. Por lo tanto, la gente tiene que andar viendo cómo factura, qué sí
facturar para ISR y qué facturar aparte, porque de lo contrario el documento se
invalida.
Y algo grave: si debe comprar un medicamento, éste tiene que
ser recetado. Si la persona, además, incluye en su factura algún producto de
farmacia que no esté dentro del esquema ya decretado, pues la factura no le es
aceptada por el sistema digitalizado del Servicio de Administración Tributaria.
Por ejemplo, si se compra un antibiótico (obviamente con
receta), no se puede incluir en la misma factura un Advil, porque aunque éste
es un medicamento, está considerado en el catálogo como si fuera un producto de
perfumería.
Y detallitos como estos van ahorcando de una manera muy
maquiavélica a los contribuyentes, porque la ley ahora es “todos pagan”.
Ojo: Y si por error el contador declara en ceros algún mes,
de inmediato se le exige al contribuyente que explique la causa de que está en
ceros. Y si hay algún ingreso en cualquiera de sus cuentas (ya no hay
diferencia entre cuentas fiscales o comerciales), que no esté respaldado por
alguna factura, corre el riesgo de que se le venga una auditoría.
Todo esto sucede mientras el gran negocio de la marihuana se
lo tragan los países aliados en el tratado de libre comercio, mientras México
pone los muertos. Por ejemplo, hay estimaciones de que el Canabidol (CBD), la
parte medicinal de la marihuana, es una industria que en los próximos 5 años
podría alcanzar billones de dólares.
En México, hay muchas empresas en espera de que el Congreso
de la Unión declare legal el uso de la marihuana, tanto para fines científicos,
médicos, industriales y lúdicos, aunque esto último es lo que menos importa.
La propuesta ya está en manos de los legisladores. Hay
muchos enfermos, además, esperando esta oportunidad de tener un producto barato
disponible, porque actualmente se importa el CBD a precios en dólares, y un
frasco de 30 mililitros puede costar hasta 2 mil pesos.
El coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal,
indicó que se deliberará la Ley General para la Regulación y Control de
Cannabis.
“Si me preguntara cuánto le podría generar el próximo año a
la hacienda pública, platiqué con el secretario de Hacienda (Arturo Herrera) y
me decía que calculan 18 mil millones de pesos”, expresó Julio Menchaca,
presidente de la Comisión de Justicia del Senado, en una nota publicada por El
Financiero. ¿Qué tal?