Editorial

Oposición sin rumbo

A punto de llegar a su primer informe de gobierno, la fuerza política individual de Andrés Manuel López Obrador supera al sistema de partidos. El mandatario tiene una alta popularidad y, no obstante, la inmovilidad y las malas cuentas que entrega en diferentes rubros de la administración, sus opositores son prácticamente invisibles.

Hay crisis en las principales fuerzas políticas del país y el fenómeno se relaciona necesariamente con la presencia política de López Obrador, que supera a la institucionalidad partidaria inclusive en Morena, la formación que fundó como trampolín electoral.

En las semanas recientes, los partidos con mayor presencia electoral, o bien, aquellos que hasta hace poco la tuvieron, padecen complicaciones internas, extravíos de la ruta a seguir tras sus respectivas (y estrepitosas) derrotas de 2018.

La única excepción es Movimiento Ciudadano, partido que agrupa a miembros de otras formaciones, principalmente expriistas, donde hasta ahora se le ha respetado el cacicazgo a Dante Delgado.

El caso más reciente es del PRD, con su anuncio de cesión de registro y posterior retractación: el pasado fin de semana anunció que se extinguía como tal para dar paso a una corriente aglutinadora de participaciones ciudadanas que pretenden llamar Futuro 21.

La oferta es risible: dominados por Jesús Ortega y Jesús Zambrano, “Los Chuchos”, conocidos por su colaboracionismo y entrega al peñanietismo, dicho partido convoca a personalidades de pésima fama como el patiño de 2012, Gabriel Quadri, a encabezar un movimiento en el que nunca se han planteado la autocrítica, la corrupción como conducta persistente en su cúpula y los liderazgos proclives a la negociación oscura, como origen de su debilitamiento.

Tercera fuerza electoral, el PRI eligió dirigente en la intrascendencia y con las renuncias de dos miembros destacados, José Narro Robles e Ivonne Ortega Pacheco, quienes cada uno por su lado denunciaron fraude y manipulación en la elección del pasado 18 de agosto, fecha desde la cual Alejandro Moreno Cárdenas, el nuevo dirigente, selló su irrelevancia en el desatino de los espectaculares “Regresaremos”, que motivaron la burla generalizada.

La segunda fuerza, el PAN, es desplazada por el activismo empresarial, señaladamente de la Coparmex, que lo vuelve una nada en el debate público. Como en los otros dos casos, con su desprestigio a cuestas, el PAN sigue acumulando inconformidades en sus filas por la conducta de una cúpula inescrupulosa.

Lo más sorprendente es el cauce que toma la debilidad de Morena que se expresa en las pugnas facciosas y estridentes, estalladas en la ruta en torno a la renovación de dirigencia y que hizo crisis durante el cambio de la mesa directiva en el Senado, dejando muchas heridas abiertas.

Asistimos, pues, a un problema grave en la situación de los partidos que, en el caso de los que son oposición, han patentado su incapacidad para reformular sus ofertas, nombres, y objetivos, así como de aprovechar el desastre partidista del morenismo que, siendo fuerza en el poder, tiene disputas en las que los dichos y tonos hacen inviables las reconciliaciones para su consolidación como opción electoral más allá de López Obrador.

La gravedad de la situación radica en que, en un modelo democrático, las diferentes opciones, supuestamente, construyen los cambios.

Y por lo pronto, sus crisis dejan libre el camino a una visión única que domina el debate público a golpe de mañaneras y tuitazos. Es la voz presidencial tan poderosa que, al llegar su primer informe, carece de contrapesos y hasta se da la oportunidad de burlarse de sus opositores y –sardónica– recomendarles estrategias para su reagrupamiento.

En tanto, a muy pocos parece importarles hoy el pluralismo democrático.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Comenzó el ciclo escolar y comenzaron también las manifestaciones de profesores, con un rosario de peticiones al gobierno. En Chilpancingo y en la Costa Chica, este martes, los docentes bloquearon vías de comunicación en demanda de plazas para profesores que tienen años frente a grupo, y que no han sido beneficiados.

En el caso de la manifestación en la capital del estado, los profesores, afiliados a la CETEG, bloquearon el bulevar Vicente Guerrero en protesta porque las autoridades educativas cancelaron una reunión que estaba programada con anterioridad, cuando también salieron a la calle y tomaron las oficinas de la SEG, vandalizando el edificio.

Estos buscan la destitución de un funcionario de la SEG, quien dicen es pariente del gobernador, y a quien acusan de vende-plazas.

La semana pasada, en plena recta final del periodo vacacional, los cetegistas comenzaron a manifestarse, entre otras cosas, para protestar por la manera en que se asignaron los cambios de adscripción, y pretenden echar abajo esos acuerdos.

El gobernador acusó a esta falange del sindicato magisterial por sobrepasarse en sus demandas y realizar “acciones vandálicas”.

El mandatario dijo que estas protestas no tienen razón de ser, porque hay una abierta interlocución con todos los profesores.

En ese mismo contexto, un grupo de turistas se enfrentó a los que bloqueaban la autopista del Sol, para que dieran paso, y los acusaron de desalentar la actividad turística, de la cual vive el estado de Guerrero.

Todos estos hechos serían suficientes para que la dirigencia estatal de la CETEG se sentara a analizar sus métodos de protesta, sobre todo ahora que se tiene un nuevo gobierno federal, que está planteando una nueva ruta.

Para nadie es un secreto que la CNTE y no el SNTE son los interlocutores directos del gobierno de AMLO, a los cuales les dio plenas garantías; primero, cancelando la reforma educativa que se aprobó durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. Luego, cuando se votó al seno del Congreso de la Unión la nueva reforma, cuyas leyes secundarias están en proceso de aprobación.

Fue la lucha cetegista la que llevó al gobierno federal a cumplir la promesa de derogar la reforma peñanietista, pero también la que metió manos y pies para que la nueva reforma no les fuese desfavorable.

Pero conforme avanza este proceso, convendría que la CETEG tratara de resolver los problemas por la vía institucional, sin recurrir a los bloqueos de carreteras y autopistas, considerando que eso es parte también del atraso de los pueblos.

Otra cosa que deben recordar es que la rectoría de la Educación ya no depende del gobierno del estado, sino del gobierno federal. La parte que centralizó la nómina educativa no se revirtió con la cancelación de la reforma del sexenio pasado. Al contrario, los gobiernos estatales ya no quieren ese lastre y lo único que están esperando es que la SEP termine de conciliar las plazas que están fuera del fondo educativo, para desembarazarse de ese problemón en que los metieron los gobiernos anteriores, que dieron plazas a diestra y siniestra, y debido a lo cual en este momento hay miles de profesores fuera de los listados de Educación. Se les paga con recursos estatales, pero no porque el gobierno estatal cuente con un techo financiero para ello, sino porque se entregan en calidad de préstamo distrayendo partidas de otros programas de inversión, hasta que Hacienda tiene a bien devolverlos a Finanzas del estado.

El gobernador dijo ayer que a partir del 15 de septiembre no habrá ya recursos para pagar a los maestros No-Fone.

En esta lucha es en la que se deberían enfocar los profesores, en lugar de gastar pólvora en infiernitos, porque de ello depende el sustento de miles de docentes que se quedaron en medio de un conflicto de intereses entre la Federación y los estados, aprovechando la descentralización. Simplemente no hicieron bien las cosas los gobiernos estatales; al contrario, saturaron el sector, manipularon la entrega de plazas, dejaron desprotegidas las zonas alejadas, y en general muy endeble todo el sector educativo.

Todo este complejo esquema, este ramal de problemas, no se resolverá de la noche a la mañana.

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