(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)
La Guardia Nacional inicia formalmente operaciones este
domingo 30 de junio en todo el territorio nacional, con el despliegue de 70 mil
elementos.
Cabe decir que aunque en el esquema de seguridad de la
Guardia Nacional no estaba considerada la Ciudad de México, salvo algunos
puntos neurálgicos, el presidente anunció que sí se atenderá la megápolis en su
conjunto, reconociendo que en las últimas diez años se descuidó esa parte en la
administración de la ciudad, y permitieron que echaran raíces bandas
delincuenciales que pretenden operar desde el centro del país el resto del
territorio.
Por esa razón, el índice de criminalidad creció de manera
desproporcionada en la Ciudad de México, al pasar en el renglón de homicidios,
de 2 a 6 diarios.
La puesta en marcha de la Guardia Nacional será gradual.
Comenzará con 70 mil efectivos, pero se irán agregando más hasta completar 140
mil.
El domingo, en el marco de su lanzamiento, el presidente
dará a conocer detalles de la estrategia, sobre todo cuántos elementos estarán
destinándose a cada entidad, y las coordinaciones micro-regionales en que
iniciarán los operativos de seguridad.
Hasta este momento, dijo, las secretarías de Marina, Defensa
Nacional y Seguridad Ciudadana “han estado trabajando, ya se tienen todos los
reglamentos, los protocolos de actuación. Y están por terminar hoy o mañana los
primeros cursos de formación”.
En general, todos los gobiernos estatales y municipales
están esperando el despliegue de la Guardia Nacional.
En Guerrero, por ejemplo, el gobernador espera que la
Guardia Nacional venga a poner orden entre las autodefensas, que no cejan en
confrontarse bajo acusaciones mutuas.
Pareciera que los gobiernos están atados, tan sólo esperando
que el gobierno federal eche a andar de lleno su estrategia de seguridad. Están
en un impase desde el año pasado.
Pero como lo decíamos en otras entregas, estados y
municipios tendrán que hacer su parte, haciendo lo propio con sus policías.
Sale a relucir este tema, luego de que esta semana el jefe
de la Octava Zona Naval aceptó que en Acapulco la crisis de inseguridad se puso
color de hormiga, pero que unos 500 policías municipales son parte del
problema; es decir, que no son elementos confiables y reportó que el asunto
data desde gobiernos anteriores. Incluso recordó el episodio de cuando la
Marina intervino a la Policía Preventiva del puerto, para detener a tres
funcionarios, cuyos tentáculos dentro de la corporación están vigentes,
reconoció.
Eso sucedió durante el gobierno del perredista Evodio
Velázquez
De inmediato, detractores de la alcaldesa Adela Román
comenzaron a incriminarla, señalando incluso que su gobierno está bajo
sospecha, tratando de encajonar esta penosa realidad en el gobierno municipal,
que data del 1 de octubre pasado a la fecha.
Nada más alejado de la realidad. ¿Cómo ocultar lo que ha
sucedido desde 2006 a la fecha? ¿Incluso antes de eso? La desinformación y el
manejo sesgado de la información a nadie le ayuda, salvo a los que buscan
cobijarse con el blanco plumaje de lo incorruptible.
Para el conocimiento de los detractores de Adela, sólo Luis
Walton Aburto mantuvo a raya a la policía municipal, a la que incluso sacó de
circulación. Fue Evodio el que les volvió a dar armas y charolas, y los volvió
a sacar a la calle, y ya conocemos el resultado de su gestión en materia de
seguridad, en que uno de los casos más sonados fue el asesinato de la Youtuber
“La Nana Pelucas”, en hechos registrados en el restaurante de la víctima, hasta
donde se presentaron dos sujetos a asesinarla delante de su esposo.
La Nana había tenido fuertes diferencias con Evodio, pero
tras el crimen nadie se inmutó.
No olvidar también que el diputado Ricardo Mejía Berdeja usó
siempre la tribuna del Congreso local para advertir que el de Evodio era un
gobierno en entredicho en materia de seguridad. Hoy, Mejía Berdeja es
subsecretario de Seguridad Pública federal, y sin duda tiene datos mucho más
concisos acerca del puerto.
Pues, bueno, no hay fecha que no se llegue, ni plazo que no
se cumpla. El domingo, México entra a otra dimensión en materia de seguridad, y
entonces veremos de qué lado masca la iguana en estados y municipios.