Valpin, campeonas de futbol 7

ALDO VALDEZ SEGURA

El equipo de Valpin se proclamó campeón de la liga de futbol 7 femenil del Coacoyul, al derrotar 4-3 a Patos, dicho enfrentamiento reunió a decenas de personas que dieron cita en el “campito” para apoyar al equipo de su preferencia, las porras en ningún momento dejaron de escucharse.

El balón se puso en movimiento y con ello arrancaron las acciones, fue una primera mitad en donde el equipo de Valpin domino ampliamente, fueron superiores a sus rivales y pudieron hacer los goles para ponerse en ventaja, Karen Segura hizo un doblete, mientras que Fátima Carbajal y Beatriz Cervantes, cada uno colaboró con una diana.

Todo parecía indicar que Valpin iba a tener una tarde tranquila y que se iban a coronar sin ningún problema, pero no fue así, la escuadra de Patos luchó hasta el último momento y lograron hacer daño, Nayara Campos hizo dos tantos y Alondra Girón colaboro con uno, para acercar a su equipo, lástima que el tiempo ya no les fue suficiente para ir por el empate.

Las Gaviotas cayeron ante Guerreras

Un partido definido en tres sets a favor de Guerreras sobre Las Gaviotas.

En la categoría Máster de voleibol, todavía hay buen nivel de competencia entre los equipos.

Los conjuntos que entraron en acción Gaviotas, sufrió una derrota antes Guerreras

El cuadro de Guerreras, logró adelantarse 25-22 puntos, en el primer sets del partido.

Las Gaviotas, emparejaron la cifra 25-14, al finalizar el segundo tiempo.

En el sets final, Guerreras vencieron 16-14 a Las Gaviotas, en un duelo de alto voltaje entre las voleibolistas.

Deportivo Abu sufre duro golpe ante Pegasso

Deportivo Abu sufrió un descalabro más en la temporada de voleibol, ahora antes Pegasso.

El partido de categoría Tercera Fuerza, se disputó en las instalaciones del recinto deportivo local.

Pegasso, resultó muy peligrosos al momento de conectar el balón en la superficie enemiga.

Abu, por instantes hizo gala de buen juego, pero en la recta final se vino abajo y perdió su compromiso.

La puntuación 25-22 y 27-25 sirvió a las jugadoras de Pegasso, luego de someter a sus enemigas de Abu.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

El vicepresidente Ebrard

Raymundo Riva Palacio

Durante largo tiempo en el corto periodo de la administración de Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard guardó el perfil más bajo posible. “Quiere cuidarse de intrigas y no quiere exponerse”, admitía uno de sus colaboradores en el entendido de que aún desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, era una de las figuras presidenciables en el horizonte. Las agresiones del presidente Donald Trump, orillaron a Ebrard a dar la cara. López Obrador lo mandó a ser la voz que enfrentara a Trump y, al mismo tiempo, quien evitara entrar en conflicto con él. En ese momento, no se imaginaban que en vísperas de iniciar su campaña por la reelección, iba a retomar como tema la migración, utilizando los aranceles como arma política.

López Obrador despachó a Ebrard a Washington para evitar la guerra comercial, para lo cual se comprometió a acuerdos por fuera de su jurisdicción. Los aranceles se pospusieron, pero quedaron condicionados a que en 45 días, el acuerdo para reducir el flujo de migrantes centroamericanos que quieren ir a Estados Unidos, tiene que reducirse de manera “dramática”. ¿Cómo hacer que Ebrard cumpla lo ofrecido personalmente a Trump? López Obrador lo solucionó el lunes por la mañana: lo nombraría coordinador de un grupo especial para cumplir con los acuerdos sobre migración. El presidente comunicó al gabinete por la tarde en Palacio Nacional, lo que por la mañana había definido con su kitchen cabinet, donde estaba el canciller, cómo se integraría la coordinación de cinco grupos, y las personas que serían responsables de cada uno de ellos. 

Bajo este esquema, Ebrard tendrá atribuciones sobre tres secretarías de Estado, además de la que él encabeza: Seguridad Pública, que aportará dos cabezas de grupo, la de la Guardia Nacional, y la de la administración federal de cárceles, que supervisará al Instituto Nacional de Migración; Trabajo y Previsión Social, que deberá de instrumentar programas de trabajo temporal para los migrantes centroamericanos que esperen la resolución sobre su petición de asilo en Estados Unidos en 11 puntos fronterizos mexicanos; y Bienestar Social, que tendrá que desarrollar un plan para que aquellos que se queden en México, tengan salud, educación, empleo y vivienda definitiva.

La alineación de todos esos esfuerzos sería muy difícil de lograr sin una cabeza que esté por encima coordinándolos. La designación de Ebrard al frente, en el tema de mayor preocupación para López Obrador por las consecuencias económicas que significaría un conflicto con Estados Unidos, fue la solución que se encontró. Su nombramiento responde a la lógica de López Obrador de tomar decisiones transversales y recargar el trabajo no necesariamente en quien es responsable de ello, sino en quien le da mejores resultados.

Sin embargo, en los hechos, las atribuciones que le otorgó lo convierten no sólo en un supersecretario, por influencia y relevancia, sino con funciones de vicepresidente que van más allá de las protocolares. López Obrador le dio mandato sobre el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, y de la secretaria de Bienestar Social, María Luisa Albores. El quinto grupo, que trabajará sobre estrategias regionales, será responsabilidad de Relaciones Exteriores. 

Dentro del plan y el cronograma aprobado por el presidente, Seguridad Pública, Trabajo y Bienestar Social, son las nuevas secretarías integradas en la estrategia para enfrentar a Trump y sus amenazas. La secretaría que era responsable de esas tareas era Gobernación, que quedó excluida del diseño estratégico. La secretaria Sánchez Cordero quedó una vez marginada. Debió haber sido parte importante del equipo negociador que fue a Washington, y la dejaron en México. No hubo ningún funcionario de esa dependencia en el equipo, que estuvo compuesto únicamente por miembros de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

La secretaria de Economía, Graciela Márquez, y el secretario de Agricultura, Víctor Manuel Villalobos, estuvieron en la comitiva pero no en las negociaciones, porque Ebrard no quiso incorporarlos para que las conversaciones se centraran en migración, sin contaminarlas con el tema comercial. Es el caso del subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, Jesús Seade, a quien se excluyó de la mesa de negociaciones porque la percepción de él es como negociador en jefe del acuerdo comercial. “De haberlo sentado en la mesa, hubieran incorporado a (Robert) Lighthizer (representante comercial de la Casa Blanca)”, dijo un funcionario federal. “Se abría abierto la Caja de Pandora”.

La eliminación de Sánchez Cordero del equipo y su marginación en la estrategia para los próximos 45 días es debido a la aceptación interna en el gobierno, que no tiene ni la capacidad ni la fuerza suficiente para cumplir con lo acordado. El plan que propuso en Miami en marzo, se colapsó. El número de inmigrantes centroamericanos creció de 100 mil en abril a 144 mil en mayo. La secretaria no tiene mal ambiente en el entorno del presidente, pero para efectos prácticos, está ya descontada como funcionaria ineficiente.

Ebrard asumió funciones de gobernanza y tomó el liderazgo en la formulación de la estrategia a seguir. López Obrador lo está respaldando y le ha dado toda la fuerza para que cumpla lo prometido. Es una buena noticia para el vicepresidente de facto, pero también una mala. Si no funciona su estrategia, saldrá derrotado y debilitado. El ’24 se alejaría, junto con sus aspiraciones presidencialistas que quedarían francamente mermadas.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa 

Editorial…

México y su desventaja competitiva

El TLC y ahora el AUMEC o USMCA (en inglés), además de tener acrónimos imposibles de pronunciar, tienen su lado oscuro para México. Como País, una cosa es perseguir una ventaja competitiva y la otra es invertirle, a lo que podría llamarse, desventaja competitiva.

México es, en buena medida, un país de subcontratistas, por lo que la maquila debería ser sólo una parte o una fase del plan de desarrollo, pero no su destino. Eso de que nos tuvo en vilo la negociación del tratado con EUA, influido por las ideas y voluntad de una sola persona (el Presidente en turno), es una muestra de la dependencia que tenemos y de que el modelo que hemos seguido ha sido inadecuado y/o insuficiente.

No todas las inversiones extranjeras son “buenas o malas”, el caso es que hay unas mejores que otras, si se consideran bajo la perspectiva del corto y el largo plazo.

La maquiladora genera empleos en el corto plazo, aunque mal pagados, o por lo menos se mantienen lo suficientemente bajos para seguir atrayendo inversiones; pero el costo para el País en el largo plazo es enorme.

Es que el valor ya no está en la maquila ni en la manufactura; el valor migró hacia las marcas, el canal de distribución, el diseño y la propiedad intelectual.

Hemos aceptado, con la ilusión de “progreso”, que otros países desarrollados nos mantengan dependientes y tomados. Mientras nosotros hacemos lo que menos valor tiene, ellos se reservan, o se llevan, los salarios altos, el talento, la propiedad intelectual, el control de la cadena de distribución, las utilidades y así sucesivamente.

Ya no es la era del productor y menos la del maquilador. Bajo el escenario actual, si a una marca extranjera le va mal, digamos General Motors, Volkswagen o Carrier, nos termina afectando. Los que estamos atrás, invisibles en el back-office, estamos colgados de ellos y sólo nos resta padecer los embates de su mala gestión y/o de la erosión de sus marcas.

Somos de los países más invertidos en la producción de autopartes y ensamble, pero no hemos sido capaces de sacar una marca nacional o no se diga internacional.

A México no le conviene competir como maquilador; la escala subordinada no debe ser nuestra fortaleza. Lo que conviene es crecer en nichos especializados donde se tengan elementos diferenciados y de propiedad intelectual.

Viene al caso recordar lo que dijo el Embajador anterior de Corea en México, Seong Hoa Hong. Cuando le preguntaron: ¿Qué piensa de que los coreanos usan los bajos salarios de México para manufacturar y exportar desde nuestro País llevándose las ganancias?

El Embajador, muy tranquilo, contesta: “Corea fue un país maquilador y nosotros evolucionamos y cambiamos el rumbo. Los mexicanos tienen que hacer lo mismo”. Todos los ahí presentes, guardamos silencio mientras el coreano se servía un vaso de agua.

Además de su gran inversión en educación (un proyecto de casi 30 años), los coreanos seleccionaron cinco industrias detonadoras: astilleros, automóviles, químicos, industria pesada y electrónica, y ahora son líderes en todas. Los mexicanos tendremos que escoger las propias.

Japón, Taiwán y Singapore también fueron maquiladores, pero ya dejaron ese modelo atrás y por el mismo camino andan los chinos.

En símil, la riqueza en reservas petroleras debería ser una fortaleza y una palanca de desarrollo pero en muchos países acaba por ser una maldición. Es que los países petroleros se diseñan y se configuran alrededor de sólo un ángulo competitivo que subsidia y atrapa en un ciclo a la nación.

No debe pasar lo mismo que ya nos pasó con el TLC y ahora con el AUMEC. El tratado comercial ayuda en la medida en que México convierta la maquila en palanca.

La estrategia de país aún está por articularse.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

Resulta extremadamente chocante la hipocresía de la oposición de este país, con relación a la negociación que logró el gobierno federal para conjurar la amenaza de imposición de aranceles sobre todos los productos de exportación de este país.

A diferencia de los empresarios, que saben que están en sumo peligro, en un sándwich político internacional, los priístas, panista y perredistas se desgarran las vestiduras porque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador echó mano de lo que pudo para contener la ira de Donald Trump, y que es algo menos dañino que lo que ellos hicieron.

Que nos digan, por ejemplo, Felipe Calderón Hinojosa con quién pactó y a qué precio comenzar desde el inicio de su gobierno una guerra contra el narcotráfico, que nos metió en la noche más oscura de nuestra historia, que ha tenido muchos “daños colaterales” –como en su momento él minimizó los estragos-, y a cambio de lo cual recibió miles de millones de dólares vía la Iniciativa Mérida, la cual AMLO ya dio por cancelada.

Que nos diga Vicente Fox Quezada a cambio de qué pactó con El Chapo Guzmán su escape de la Cefereso de Puente Grande, Jalisco, casi al inicio de su gobierno.

Que nos digan los gobiernos que han estado en Los Pinos, desde Carlos Salinas de Gortari a la fecha, a cambio de qué hicieron pactos tan onerosos con el vecino país y otros organismos internacionales, para desmantelar el Estado Mexicano, adelgazarlo y entregar nuestros recursos al libre mercado, desatando en el país la más vergonzosa etapa de corrupción, impunidad y saqueos que tuvieron su máxima expresión durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, el cual encabezó el retorno del ex partidazo a Los Pinos, pero sólo para demostrar que los hijos del “nuevo PRI”, eran peores que sus antecesores.

Salvar la dignidad y la cartera no siempre se puede. Algo se debe conceder en un proceso de negociación se debe optar por un mal arreglo, en lugar de un buen pleito.

Ni siquiera imaginamos lo que estaríamos hoy viviendo si se hubiese concretado la imposición de aranceles. El presidente hizo lo que pudo, en un ambiente político hostil, en un país dividido por la violencia, y con una clase política que busca tomar aire de cualquier tubo, a raíz de su desastrosa derrota.

Coincidimos con el líder de la Coparmex de la Ciudad de México, Jesús Padilla Zenteno, que reclama que el presidente encabece un diálogo constructivo para evitar que se concrete la incertidumbre económica que se vivió la semana pasada, y que propició que la moneda mexicana perdiera lo poco que había recuperado en los últimos seis meses.

¿Qué pretende la oposición? Y, sobre todo, ¿dónde están aquellos patriotas que le dieron el espaldarazo al presidente de la República, cuando sentían la lumbre en los aparejos, pero que hoy lo apuñalan? Vergonzosa actitud de estos hombrecitos, cuyo único objetivo es aprovechar la coyuntura de debilidad política del gobierno federal, pera llevar agua a su molino, y erigirse ante la población como los prohombres del país, defensores de los derechos humanos de los migrantes, ellos, en cuyos gobiernos el nivel de deterioro de los derechos humanos de los mexicanos fue tan grave, que prácticamente llegamos al nivel de genocidio.

De verdad que dan pena ajena. Vergüenza y preocupación.

Nos preguntamos, ¿qué habrían hecho ellos, en caso de estar en los zapatos de AMLO?

Ni siquiera hubiera sido necesario un diferendo internacional, porque lo que ellos acostumbran es a firmar pactos en lo oscurito con Washington, y a nosotros nada más nos sorprenden con sus políticas dizque revolucionarias y de vanguardia. Así nos pasó cuando Felipe Calderón se puso la casaca militar y le declaró la guerra al narcotráfico, siendo ésta una actividad que le favorece al país, por cuanto somos o bien un país productor, o bien un país de tránsito, pero no un país consumidor, al menos no en la medida que tiene la sociedad estadounidense.

¿A quién le correspondía declararle la guerra a sus propios narcos? A los que se quedan con la máxima ganancia del mercado ilícito de las drogas, y  esos están en Estados Unidos.

La guerra contra el narcotráfico en México sólo sembró de muertos el país, sirvió para que el país vecino vendiera sus armas, y de paso reguló el mercado negro de otras naciones que le surten droga a la insaciable sociedad estadounidense. Por ejemplo, hoy ya no quieren cocaína ni heroína, sino que quieren fentanilo, una droga sintética potente y barata que viene de Asia. De hecho, los cárteles mexicanos ya cambiaron de negocio y en lugar de producir amapola en el país, se están dedicando al tráfico de fentanilo, llegado a los puertos desde el otro lado del Pacífico, de acuerdo con estudios de las autoridades federales. En esto radica la crisis de la Sierra, donde se dice que la gente ya no puede vender sus cosechas, porque el precio de los derivados de la amapola se cayó.

Por lo tanto, estos seudo-patriotas más les vale que cierren el pico. Sabemos que sus intenciones son retornar al poder, pero a costa del mismo pueblo, porque piensan que en la guerra y en el amor, todo se vale. Al fin que el pueblo aguanta.

Salir de la versión móvil