Estado de los ESTADOS

Lilia Arellano

Reto del narcotráfico

Comicios bajo fuego en 6 entidades; Morena va a la cabeza

Michoacán en llamas; Aureoles sin control; cárteles mandan

Tras la fallida “guerra del narco” de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, los carteles de la droga son un desafío para el nuevo gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. La ola de violencia es un reto también para la democracia del país y los gobiernos de las entidades federativas. El próximo domingo, unas 13.5 millones de personas están citadas a votar en seis estados marcados por la inseguridad y la violencia. En total, 710 candidatos disputarán 148 cargos, incluyendo las gubernaturas de Puebla y Baja California. Agresiones a candidatos se han registrado en Puebla, Baja California y Durango. En Quintana Roo, Aguascalientes y Tamaulipas las organizaciones criminales se disputan a sangre y fuego el territorio y se incrementan los índices de delitos, ante la ineficiencia de las autoridades locales.

El estado de Michoacán se encuentra una vez más en llamas, con un inepto e ineficiente gobernador, Silvano Aureoles. Un comando armado del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tomó el control de las calles de la ciudad de Zamora, el pasado fin de semana a bordo de decenas de camionetas rotuladas con sus iniciales. Los sujetos encapuchados y con armas largas mataron a cuatro policías municipales, dispararon contra la casa del secretario del Ayuntamiento, David Martínez Gowman, y contra las ventanas y paredes del Hospital Regional. Además, incendiaron tres camionetas que se exhibían en el Festival Bikini Car, en la Unidad Deportiva El Chamizal.

Al mismo tiempo, en La Huacana, líderes de autodefensas sometieron a un grupo de soldados para presionar a sus mandos a regresar las armas de alto poder que les decomisaron en un operativo militar. Los pobladores lograron contactar vía telefónica a uno de los mandos militares, a quien exigieron la entrega de un fusil Barret y otras armas, las cuales fueron aseguradas previamente. Este intercambio quedó videograbado y se difundió con profusión en redes sociales. De acuerdo a una versión de los lugareños, sin confirmar por otra fuente, los militares dispararon a un niño y un adulto mayor, quienes resultaron heridos, lo que desató la ira de los pobladores. Esta acción ocurrió cuando los soldados realizaban un patrullaje en la zona, una de las entradas a Tierra Caliente, cuando se toparon con sujetos fuertemente armados y se desató un tiroteo. Dos civiles resultaron heridos por balas perdidas. Los militares fueron sometidos y golpeados por civiles.

Silvano Aureoles, gobernador michoacano, no encuentra la cuadratura al círculo de inseguridad. No logra armar un plan de seguridad y es rebasado por el CJNG. Puso en marcha este lunes el Plan de Seguridad Zamora, con directrices armadas desde la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía del Estado, además de representantes del Gobierno federal, quienes integran el Grupo de Coordinación Michoacán. El mandatario estatal informó enviarán a 350 policías estatales, “son compañeras y compañeros debidamente preparados y certificados”, indicó. En la zona también se encuentran elementos de la Fiscalía General del Estado así como un contingente de la Policía Militar y del 17 Batallón de Infantería, con sede en Zamora.

De las entidades con comicios próximos, Puebla, donde se disputará la gubernatura en elecciones extraordinarias, es el caso más preocupante. En 2015, la entidad registró 632 homicidios dolosos, para 2018 cerró con mil 309, en tanto, el robo con violencia se duplicó al pasar de 9 mil 133 al 18 mil 552 en el mismo periodo. También es la entidad con mayor violencia política, pues registró 18 asesinatos políticos y 139 agresiones contra candidatos. Tan sólo en este año se han perpetrado 14 agresiones a aspirantes. En los municipios, ocho aspirantes alcaldías solicitaron seguridad.

Tras la muerte de la gobernadora Erika Alonso y de su esposo el senador Rafael Moreno Valle, el destino del PAN en la entidad es adverso. Para la elección del próximo 2 de junio una larga lista de cuadros panistas ha emigrado a Morena. Los panistas han realizado una campaña con pocos recursos, sin el respaldo del gobierno estatal y sin su líder local, Moreno Valle. Debieron optar por un candidato externo, Enrique Cárdenas, ex rector de la Universidad de las Américas, quien no ha logrado cerrar la ventaja que le lleva el aspirante de Morena, Miguel Barbosa, quien encabeza las preferencias electorales con un 54%, seguido de Enrique Cárdenas, con 38%, de acuerdo a un reciente sondeo de un diario capitalino.

Baja California, donde se renovará la gubernatura, el Congreso Local y cinco Alcaldías, las carpetas por narcomenudeo se incrementaron 17 por ciento, según los datos oficiales. Aquí, se han registrado cuatro agresiones contra candidatos, incluida el de un comando quien baleó la casa de campaña de Mónica Jiménez, candidata del PRD a una diputación, donde dos brigadistas resultaron heridos. El próximo 2 de junio los bajacalifornianos decidirán en las urnas la continuidad de los 30 años del PAN, o la entrada de un nuevo partido, Morena, el cual arrastra la ola triunfadora que llevo a la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador. Hace tres décadas se dio el cambio en la entidad, en la cual se reconoció el triunfo de un candidato de oposición a la gubernatura.

Pero hoy, el actual gobernador, Francisco Kiko Vega de Lamadrid, es un lastre para su partido. Sobre sus hombros pesan acusaciones de corrupción y de endeudar al estado, entre otras. Las encuestas de Morena siguen colocando a su candidato, Jaime Bonilla (Morena, PT, PVEM), como puntero en la intención del voto, pero su ventaja ha ido disminuyendo, de 40 por ciento a 15 por ciento sobre su más cercano competir del PAN, Oscar Vega Marín.

Quintana Roo resiente una ola de violencia. Los homicidios dolosos pasaron de 117 en el primer trimestre de 2018 a 171 en el mismo periodo de 2019, mientras los robos aumentaron 37 por ciento, y el narcomenudeo 148 por ciento. En Tamaulipas reportan una reducción de su incidencia delictiva, pero Ciudad Victoria está catalogada como una de las ciudades más violentas del país. Los territorios en esta entidad son disputados por Los Zetas, el Cártel del Golfo y el Cártel del Noroeste.

Aguascalientes también registra un incremento de la criminalidad, donde los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación se disputan la plaza. Los asesinatos y el narcomenudeo subieron 19 y 80 por ciento, respectivamente. En Durango, la incidencia delictiva disminuyó, pero la entidad no está exenta de violencia. Apenas en marzo, el candidato a la alcaldía de Lerdo, Juan Argumedo, fue privado de su libertad dos días. En esta entidad y a unos dos días de concluir las campañas electorales para renovar los ayuntamientos, los dirigentes de Morena aseguran tener ventaja electoral en 30 de los 39 municipios.

SOS COSTA GRANDE

SOS COSTA GRANDE

(Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

México es una República, y un territorio constituido por entidades federativas autónomas. De ahí que nada de lo que se proyecte en la nación puede avanzar sin el acuerdo de los gobernadores. De hecho, los fracasos de planes como el de la pacificación se han estrellado en la abulia de los mandatarios estatales, al grado de que el ex presidente Felipe Calderón, el que comenzó la guerra contra el narcotráfico, acusó a los gobernadores de su época de haber hecho caso omiso de los acuerdos y disposiciones federales.

Pero definitivamente Felipe no fue un presidente que haya tenido mucha aceptación entre los gobernadores. De hecho, se confrontó con varios de ellos, como sucedió con el de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, al que sometió a diversas presiones.

Incluso, fue Felipe el que se tomó el proyecto del Tianguis Turístico de Acapulco, para hacerlo itinerante, como una revancha en contra de las autoridades de esta entidad, que según decía nada hacían contra la inseguridad. Aquello fue visto como un castigo para Guerrero, entidad a la que en lugar de ayudar a salir del pozo, le quitaba lo único bueno que todavía le quedaba.

Aguirre Rivero le tuvo que contestar al presidente, cuando éste criticó a sus policías, y le recordó que no estábamos en Suiza.

Hace poco, este desaguisado volvió a retomarse, cuando en el marco de la pasada elección, Felipe sacó a relucir que los gobernadores son parte del problema y no de la solución en materia de seguridad.

Recordamos también que pese a que Felipe comenzó de lleno sus planes de seguridad y pacificación en otras entidades, no había tomado en cuenta a Guerrero, hasta que los profesores de Acapulco hicieron un paro laboral muy prolongado, ya que las células delictivas habían tomado a las escuelas como centros de financiamiento vía extorsiones.

Sólo entonces, Felipe accedió a crear el plan Guerrero Seguro, que le quitó presión al gobierno de Aguirre, aunque la violencia no se redujo, sino todo lo contario, pues fue en su gobierno cuando el puerto de Acapulco tocó fondo, se retiraron las navieras y huyeron los spring brakers.

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, está comenzando por donde se debe: diálogo y acuerdos, dándoles su lugar a los gobernadores, apapachándolos, tomándolos en cuenta.

No en balde fue puntual cuando los súper delegados quisieron montársele en las barbas, metiendo ruido en la relación que por el bien de la República debe existir entre el presidente y los mandatarios estatales.

Recordemos cuando el delegado de programas sociales, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, se pasó de listo con el gobernador Astudillo, en la primera visita de AMLO a Tlapa de Comonfort, donde se organizó una rechifla en contra del mandatario estatal. Fue el propio presidente de la República el que salió en defensa de Astudillo, pero también el que ventaneó quién había tejido esa tenebra.

Y aunque lo negó, de hecho, desde entonces Pablo Amílcar anda bajito de sal, y a perfil bajo. Tan bajo, que casi no se le ve, dejó su protagonismo.

AMLO ha venido tejiendo una buena plataforma con los gobernadores. Salvo el de Chihuahua, Javier Corral, que pretende capitalizar su oposición al régimen, como catapulta de su proyecto por la presidencia de la República en 2024, todos están en sintonía con el proyecto de la 4 Transformación.

Claro que en todos lados se cuecen habas, y habrá algunos que estén ahí de dientes para fuera, pero definitivamente panistas, priístas, perredistas y morenistas no dejarán pasar esta oportunidad de ser tomados en cuenta, bajo una agenda de 4 puntos: crecimiento económico mínimo de 4 puntos, paz, abatimiento de la corrupción y combate a la pobreza.

Suena simple, pero estos son los 4 cánceres del país. Y sin los gobernadores muy poco podrá lograrse.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

¿El Pemexgate de Lozoya?

Raymundo Riva Palacio

Por nota. Así ha jugado Emilio Lozoya de la mano de su defensor Javier Coello Trejo un largo proceso judicial, litigado en medios, sobre presuntos actos de corrupción. No sorprendió que antes que la Fiscalía General pudiera detenerlo, se amparara y se suspendiera, por ahora, cualquier posibilidad de captura. Para Coello Trejo debió haber sido como un juego de niños. Si Santiago Nieto, jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, anunció que sus cuentas serían congeladas, junto con las de familiares, empresas y el dueño de una empresa a la cual compró una planta fertilizadora cuando era director de Pemex, ¿no es como si el gobierno se pusiera una etiqueta en la frente que dijera: “voy por ti; te vas a ir a la cárcel?”.

Lozoya ha recibido consejo legal de mantener un bajo perfil. Tapadito, le ha sugerido su defensa, lo que no significa pasivo ni paralizado. Desde que comenzaron sus tribulaciones legales hace más de dos años, ha ido cubriendo sus espaldas con amagos a quienes fueron sus jefes y con quienes trabajó en la campaña presidencial de 2012. Su abogado Javier Coello Trejo dice que si va a juicio, quizás pediría la comparecencia del ex presidente Enrique Peña Nieto, y de los ex secretarios de Hacienda, Luis Videgaray, y de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, para que expliquen su papel en las decisiones de Pemex, porque como afirma la defensa, nada importante se movía en la empresa sin autorización presidencial, y los ex secretarios eran miembros del Consejo de Administración.

El ex director de Pemex ha sido el primero del entorno cercano peñista en ser llamado a cuentas por el gobierno del presidente Andrés López Obrador. También es el único hasta este momento, al que la Fiscalía brasileña acusa de haber tomado cuando menos 10 millones de dólares de sobornos de Odebrecht, para la campaña presidencial de Peña Nieto. Lozoya lo ha negado y lo más que han llegado las autoridades en la Función Pública es sancionar a la empresa, inhabilitarla para obtener contratos, y proceder contra funcionarios menores. 

Los dos casos corren de manera independiente, pero los une Lozoya. La nueva acusación de corrupción contra él, está indirectamente relacionada con Odebrecht, porque el presunto pago que recibió en 2012, aparentemente conectado a una compra de una plata de fertilizantes que no funcionaba, a sobreprecio y tres años después, se trianguló a través de una institución financiera que fue utilizada para transferencias ilegales del conglomerado brasileño. Es pequeño vínculo puede convertirse en el tribunal en una inmensa puerta a lo desconocido. 

Si Peña Nieto, Videgaray y Joaquín Coldwell, rinden testimonio para aclarar cómo se tomaban las decisiones estratégicas en Pemex, ese vínculo con Odebrecht permitirá entrar un tema donde es incierto que el presidente Andrés Manuel López Obrador quiera avanzar. Si les preguntan sobre privilegios de Odebrecht a cambio de dinero para la campaña, ¿llegará hasta el fondo el gobierno si hacerlo signifique que Lozoya hable todo lo que sabe? Quien escucha hoy al abogado Coello Trejo o conversó con Lozoya sobre estos temas, tuvo que haberse quedado con la impresión que el ex director de Pemex guarda en su baúl muchos secretos que pueden llevar a que funcionarios del anterior gobierno, empresas y quizás hasta personeros de la Cuarta Transformación, puedan ser colocados en una situación incómoda, por decir lo menos, o devastadora, no sólo para ellos, sino para un ecosistema político tan cruzado por la sospecha y la ilegalidad.

La acusación de los ex ejecutivos de Odebrecht contra Lozoya es muy sólida, y el ex director de Pemex, responsable de relaciones internacionales de la campaña peñista cuando presuntamente recibió los pagos de los brasileños, sostiene en la actualidad que él no se quedó con nada del dinero al que se refieren en la fiscalía suramericana. Los nombres que mencionó el abogado Coello Trejo tienen vinculaciones con el caso de la planta fertilizadora y Odebrecht. Peña era candidato, Videgaray era el coordinador de la campaña, y Joaquín Coldwell era presidente del PRI. Los tres estaban, como Lozoya, en el cuarto de guerra de la campaña y deberían haber tenido los detalles de cómo se inyectaban y distribuían los recursos durante la contienda, mayoritariamente, como acostumbran todos los partidos, en efectivo.

En la campaña, la relación de Lozoya con Videgaray era estupenda, pero se deterioró en el gobierno porque el ex director de Pemex lo comenzó a ignorar y a relacionarse directamente con Peña Nieto, cuando aceptó usar recursos de la empresa para cubrir gastos de la familia presidencial. Dos veces le pidió Videgaray al presidente que lo cesara por su pésima gestión en Pemex, y la segunda vez Peña Nieto le respondió que no le volviera a tratar el asunto. ¿Qué tanto tiene Lozoya sobre el ex presidente?

Una línea de investigación permitiría establecer si recursos presuntamente adquiridos por corrupción, fueron para él o, como era una intención al arrancar el anterior sexenio, para crear un fondo secreto para campañas electorales. Se trataría de dinero político, y una reedición, 20 años después, del famoso Pemexgate, donde otro director de Pemex, Rogelio Montemayor, se fue a la cárcel por desviar recursos para la campaña presidencial del PRI en 2000. Mucho de esto debe haber, al nunca haber querido el gobierno de Peña Nieto llevar los responsables de la corrupción de Odebrecht, ante la justicia. Esto mostraría qué tanto está comprometido el presidente López Obrador, con limpiar la casa de corrupción, o si el pacto de impunidad pactado a través de canales secretos dos meses antes de la elección presidencial, se sostiene.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa  

Los inútiles devotos

La política de identidad es norma. Quedaron atrás los estadistas que buscaban cerrar brechas encontrando objetivos comunes. Los electores premian a quien halla grietas para clavar cuñas. En Medio Oriente éstas están en la diferencia religiosa, en Estados Unidos en la brecha entre las costas prósperas, racialmente diversas, y el centro blanco y rezagado. En México López Obrador enfrenta a quienes han tenido acceso a educación y privilegios con quienes no. Décadas de resentimiento acumulado le allanan el camino. Una enorme parte de la población prevalece marginada, mientras otros prosperan sin más mérito que compadrazgos o deshonestidad. La administración de Peña Nieto fue el punto climático de un sistema corrupto y descarado en el cual la meritocracia parecía garantía de impunidad. Esa cuña es peligrosa. Se generaliza a la ligera: no puedes tener consciencia social si creciste en una familia afluente; si eres tecnócrata, eres conservador; si estudiaste en el extranjero, importaste malas mañas; si trabajaste en gobiernos anteriores, te corrompiste; si estás en la sociedad civil, proteges a los poderosos; si no votaste por este cambio, quieres el statu quo. La etiqueta nubla al ser humano. Si la opción es chairo o fifí, ambos bandos perdimos, redujimos a una persona al elemento que nos diferencia. Las redes sociales ayudan, pues es fácil odiar sin ver a los ojos. Esta estrategia no es invento o exclusiva de AMLO. Donald Trump es diestro clavando cuñas, como lo son Netanyahu o Erdogan. Si ignoramos las etiquetas, es mucho más lo que nos une que lo que nos divide. Pero si nuestra atención se centra en la descalificación y el escándalo, anulamos cualquier posibilidad de articular juntos políticas públicas sensatas. Si en ambos bandos hay buenos y malos, honestos y transas, solidarios y egocéntricos, humildes y arrogantes, educados e ignorantes, lúcidos y obtusos, es grave marginar a la ligera. El paupérrimo perfil de los candidatos a la Comisión Reguladora de Energía, de los nuevos consejeros de Pemex o incluso de los legisladores de Morena, se explica porque eligen entre un grupo muy pequeño de conocidos que, por serlo, “merecen” el puesto. Pagaremos el brutal deterioro de las capacidades del gobierno. Este no debe ser un gobierno de inútiles devotos. Cometerán errores que serán aún más graves cuando enfrenten una crisis. A todos los gobiernos les llegan. Haber tenido educación se volvió defecto. Por ello, esta legislatura de Morena tiene 12 por ciento menos diputados universitarios que la previa. El cierre de ductos de Pemex previo a las vacaciones de fin de 2019 es buen ejemplo de lo que pasa cuando funcionarios de cuarto nivel se ven, de repente, con poder para decidir, sin la capacidad o experiencia para hacerlo bien. La crisis nada tuvo que ver con robo de combustible. Fue una ocurrencia. La cortina de humo del huachicol funcionó mediáticamente, pero habría que preguntar por qué las tomas clandestinas han aumentado. Peor aún, tres secretarios de Estado corrieron a Nueva York a gastar una fortuna en pipas para seguirle el juego al jefe, y las compraron fuera de norma. Además, están siendo conducidas por choferes sin entrenamiento para manejar líquidos flamables. Ocurrirá una desgracia. Si AMLO logra dividir, se dará un balazo en el pie. En un país en el que “importa más la justicia que la ley” y donde “la mano de regímenes anteriores” es la culpable de que crezca la violencia ahora, estamos a nada de que sea moralmente justificable robar, secuestrar o extorsionar al bando opuesto. Pero lo único que separa al desempeño de este gobierno de una crisis severa es justo la actividad económica de esos fifís y la inversión de empresarios que siguen dándole el beneficio de la duda, con la esperanza de que sus errores los explique su curva de aprendizaje más que su necedad e intransigencia.

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