Captcha logró someter a Juvenil Mayor, en el voleibol de Segunda Fuerza

ZIHUATANEJO, GRO.- La escuadra de voleibol femenil de Captcha, con todo su arsenal derrotó 2-0 sobre Juvenil Mayor

El partido de la fecha 5, Juvenil Mayor a toda costa intentó evitar la derrota.

Captcha, se adelantó en la puntuación al sumar 25-17 puntos, en el primer sets.

Juvenil Mayor, intentó reaccionar pero no fue suficiente para emparejar los cartones y buscar extender el duelo.

Dicho duelo fue aprovechado por las voleibolistas de Captcha, definió el partido a su favor, al conseguir la puntuación 25-22, en el segundo sets.

Al final, Captcha logró sumar las unidades en disputa, en el voleibol femenil de Zihuatanejo.

Deportivo Hernández sufrió una derrota ante Deportivo Uriel

En dos sets, Deportivo Uriel se impone a sus enemigas de la escuadra Deportivo Hernández.

El duelo se inclinó a favor de Uriel, quienes conectaron sus potentes lanzamientos en el área enemiga.

Los scores 25-18 y 26-24 puntos, favoreció a Deportivo Uriel, luego de brindar un juego ágil y rápido sobre la pintura.

Deportivo Hernández, poco pudo hacer para evitar la derrota, en la jornada 14, en el voleibol de la Segunda Fuerza.

Las deportistas de Uriel, sacaron la casta en dos episodios, debido a las facilidades de sus contrincantes.

El cuadro de Hernández, sufrió una derrota en el presente torneo, al caer a manos del cuadro Deportivo Uriel.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

La víctima de López Obrador

Raymundo Riva Palacio

Kirstjen Nielsen renunció a la secretaría de Seguridad Pública Territorial, y el impacto por su salida del gabinete del presidente Donald Trump no tardaremos en verlo. Perdió la parte moderada del gobierno de Estados Unidos en materia de seguridad y perdió México. Apenas la semana pasada, funcionarios mexicanos mencionaban que los problemas migratorios de Trump no eran sólo con México, sino que se encontraban sobre todo dentro de su gabinete, donde el choque más fuerte era con Nielsen. Les preocupaba su salida, que finalmente se dio, ante la eventual llegada de halcones y radicales en políticas de migración.  Paradójicamente, quien parece haberle dado inadvertidamente la puntilla a Nielsen fue el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Es cierto que Nielsen llevaba una relación tortuosa con Trump prácticamente desde que relevó hace casi año y medio a su mentor, John Kelly, que fue nombrado jefe de Gabinete de la Casa Blanca –y tiempo después removido-. Fue la responsable de la política migratoria de tolerancia cero, que afectó a árabes, mexicanos y centroamericanos. Sobrevivió en medio de aguas turbulentas hasta la crisis de migrantes centroamericanos que inició en octubre de 2018, pero ya no pudo neutralizar los cambios en las políticas migratorias del nuevo gobierno. La clave sobre el papel que jugó el presidente López Obrador en el desenlace final de la secretaria la dio Kevin McAleenan, quien será su sustituto a partir del miércoles, quien el pasado 7 de marzo compareció en el Comité Judicial del Senado, como jefe de la Patrulla Fronteriza.

En esa comparecencia McAleenan afirmó que las organizaciones criminales trasnacionales estaban “ganando tremendamente” gracias a los problemas de los migrantes centroamericanos, que estaban buscando llegar a Estados Unidos a través de México en números atípicamente crecientes. Los datos de Washington para este año eran utilidades en los dos primeros meses del año de cinco mil millones de dólares, con un crecimiento de aprehensiones de 360 mil personas, superior al total de capturas que se dieron durante todo 2017.  

“Los contrabandistas de humanos escogen el momento y el lugar para que esos grupos crucen estratégicamente, a fin de dislocar los esfuerzos de seguridad fronteriza, crear una distracción del narcotráfico y permitir que individuos evadan ser capturados mediante e intenten inmigrar”, agregó. “Peor aún, esos contrabandistas cometen una violencia horrible, asaltos secuales y extorsión en algunas de las personas más bulnerables de nuestro hemisferio”.

McAleenan dijo a los senadores que una parte de la responsabilidad del incremento masivo de inmigrantes centroamericanos era del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, por sus políticas de regularización de migrantes y la laxitud en la aplicación de las leyes para repatriarlos, como habia sido con el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto con la primera de varias caravanas en octubre. En esa convicción estaba la molestia de Trump, quien amenazó con cerrar la frontera con México si eso no se revertía. Nielsen fue apoyada por el gobierno mexicano, que no sabía que su final se acercaba, cuando le dieron victorias pírricas para entregar a Trump:  aceptar en mediano plazo hasta nueve mil deportados por mes, para tener tiempo de asimilarlos de manera definitiva en territorio mexicano, e incrementar las deportaciones de inmigrantes centroamericanos. Trabajarían conjuntamente para capturar a líderes de redes tráfico humano en Chiapas y Veracruz y romper sus redes financieras. Obvio, no fue suficiente.

La salida de Nielsen concluyó una creciente frustración de Trump y su principal asesor político en materia migratoria, el extremista Stephen Miller, quienes consideraban que la secretaria no había dado resultados convincentes en una negociación exitosa con México. Nielsen era dura, pero no halcón. Días antes, Trump retiró el nombramiento de Ronald Vitiello, apoyado por ella, para dirigir la Oficina de Aduanas y de Inmigración del Departamento de Seguridad Territorial, porque el presidente había cambiado de opinión y buscaría implementar una política “más dura” en ese campo.

No está claro si McAleenan será ratificado, como adelantó el domingo la cadena de televisión CBS. Este es el problema que ven los moderados en Estados Unidos y algunos funcionarios mexicanos con la salida de Nielsen, porque redefinirá la política migratoria y abre el camino al nombramiento de un radical en el cargo. McAleenan no dio esa impresión al dirigir la Patrulla Fronteriza, pero tiene experiencia en el combate al terrorismo, como director de la Oficina Contraterrorista del FBI que participó en la guerra contra Osama bin-Laden, los talibanes y Saddam Hussein.

De manera coincidente o no, Trump ha coqueteado en las últimas semanas con reclasificar a los cárteles de la droga de organizaciones criminales trasnacionales, a terroristas, con lo que elevaría el nivel de lucha y las atribuciones de su gobierno. Pero su nombramiento, aunque sea como refresco de la gestión de Nielsen y de Kelly, que reconocían perfectamente el problema de la seguridad como un fenómeno regional, no tiene el perfil de ser una persona que podría tener largo kilometraje en la Administración Trump.

El temor en las áreas más sensibles del gobierno mexicano es quién moverá realmente los hilos de la política migratoria. Las noticias son ominosas. Quien ganó la batalla en la Casa Blanca fue Miller, que expandió su influencia en la casa Blanca y se convirtió, de facto, en el zar migratorio. En un correo electrónico al portal conservador Daily Caller  hace una semana, Miller adelantó que habría “un agresivo esfuerzo para utilizar a cada autoridad” para reducir la migración indocumentada”. Ya revisó, y la purga comenzó. También el endurecimiento de la política migratoria de Trump, resultado no deseado de la política migratoria romántica y de visión estrecha del gobierno mexicano, causantes colaterales de esta radicalización.

rrivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa

Editorial

Trump, de las amenazas a los hechos

Nadie en el mundo podría concluir que las caravanas de migrantes centroamericanos con rumbo a la frontera con Estados Unidos conforman una “emergencia nacional”. Millones de personas sin visa buscan cada año pasar esa frontera, por lo cual, emergencia no es.

Tampoco se trata de una simple maniobra electoral, muy adelantada porque resta más de un año para la elección presidencial.

El problema consiste en la lucha política que llevan a cabo en Estados Unidos los grupos más defensistas, encabezados por el actual presidente con su lema “primero USA” y “hacer grande a USA”.

Aunque los demócratas son más reacios al libre comercio con México, Trump ya dio por cerrada esa negociación y ahora quiere dos cosas: el dinero para terminar y reforzar el muro fronterizo y la colaboración del gobierno mexicano para detener a migrantes centroamericanos y para recibir a los solicitantes de asilo que logran pasar la línea o el río en busca de ingreso legal a Estados Unidos.

Lo que quiere Trump no puede ser concedido. El Congreso no va a aprobar los fondos requeridos y seguirá combatiendo la decisión presidencial de apropiarse de otros fondos para desviarlos hacia el muro fronterizo. México, por su parte, no dará un golpe de timón en materia migratoria ni firmará un convenio de “tercer país” para hacerse cargo de los migrantes no mexicanos que pisan territorio estadunidense.

Algo podría, sin embargo, obtener Donald Trump con sus resoluciones presupuestales y sus amenazas de “cerrar la frontera” y, ahora, de imponer un arancel extraordinario de 25% a las importaciones de automotores procedentes de México.

Quizá el mandatario estadunidense no sabe de cierto lo que pueda obtener al final de sus actuales confrontaciones, pero sabe que algo tendrá que ser. Que no prosperen, por ejemplo, los recursos judiciales contra sus inconstitucionales decisiones presupuestales, por un lado, y que México acepte mayor cantidad de centroamericanos en su territorio en espera de la resolución sobre su solicitud de asilo, por el otro.

Es por eso que el tono sube y baja sólo para volver a subir. Las amenazas de Trump tienden a poner nerviosos a sus interlocutores. No obstante, la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes y el gobierno de México han aguantado bien las arremetidas verbales de Trump.

Sin embargo, la Casa Blanca está probando suerte con medidas administrativas que hacen que algunos pasos fronterizos se hagan más lentos por falta de suficiente personal. Esta situación no es ya una declaración delirante, como la del cierre total de la frontera, sino un acto muy concreto para ir incorporando a otros actores en una posible escalada de crisis fronteriza. Ahora ya están en el problema importadores y exportadores de ambos países que pueden presionar a los diputados en el Capitolio y al gobierno mexicano.

Con un arancel a los automotores procedentes de México se trataría de provocar una reacción equivalente y, de esa forma, una escalada, la cual ya no se limitaría al tema migratorio, sino que sería un problema comercial y, por tanto, industrial.

Hasta el momento, López Obrador no ha caído en las provocaciones de una parte de la prensa mexicana y de un segmento de la oposición política que le exigen rechazos verbales a las amenazas de Trump. Pero las cosas se pondrían un tanto más complicadas si el presidente de Estados Unidos lleva a cabo una escalada, pero ya no de frases sino de decisiones administrativas y comerciales tan reales como duras.

Una guerra comercial no puede ser llevada a cabo por México. Las agresiones que en esta materia puedan ser emprendidas por Trump no tendrían que provocar respuestas a la medida de parte de López Obrador, ya que eso sería justamente entrar al juego en el que la Casa Blanca se sabe ganadora.

Por parte de los demócratas en el Capitolio tampoco habrá una defensa militante de las importaciones mexicanas. Por tanto, si Trump convierte sus delirantes amenazas en actos de agresión comercial, México se va a ver solo, por lo cual se requeriría la más amplia solidaridad interna, una especie de inmunidad fundada en la lealtad nacional.

Empezar a pelear internamente sería una fuerte carta de victoria del gobierno de Trump.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

A nivel local, Morena es el partido con más notas negativas, y menos positivos, según un estudio del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana. Pero a nivel nacional, Morena no ha bajado de la preferencia del electorado, y sobre todo algunos de sus miembros.

De acuerdo con la cuarta encuesta de México Elige, la diputada Tatiana Clouthier la mejor calificada por los electores, seguida de la jefa de gobierno del Distrito Federal, Claudia Sheimbaum, y en tercer lugar está el canciller Marcelo Ebrard, aunque de este personaje se dice que es antipático para la esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, porque ha filtrado asuntos delicados, entre otros asuntillos de control y vigilancia del que fue coordinador de la campaña del ahora presidente de la República.

Seguimos con el listado de los políticos mejor calificados a nivel nacional. En cuarto lugar está la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; le sigue en quinto lugar el senador morenista Martí Batres.

En sexto figura el senador Ricardo Monreal, también de Morena. En séptimo, Esteban Moctezuma, secretario de Educación Pública. En el octavo sitio de popularidad está el diputado federal Mario Delgado; en noveno Porfirio Muñoz Ledo.

El secretario de Seguridad Pública, el ex colosista Alfonso Durazo está en el décimo sitio. Le sigue el jefe de la presidencia, Alfonso Romo. Y en el décimo lugar la dirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky.

¿Qué tal?

Ahora bien, hasta aquí, la calificación va de casi 49 puntos con Tatiana Clouthier, a los 16.9 de Yeidckol Polevnsky.

Pero de ahí para abajo, los que siguen o pasaron de panzazo, como el priísta José Narro, que goza de 6.5 por ciento de simpatía, siendo el mejor calificado del tricolor, hasta el 2.6 por ciento del ex gobernador de Guerrero, René Juárez Cisneros, o el 4.3 de Miguel Ángel Osorio Chong.

Y es obvio que si alguien tiene tan pocos positivos, tendrá muchos negativos. Como Osorio Chong, quien tiene 53.3 de puntaje como “pésima imagen”, seguido de Claudia Ruiz Massieu, quien tiene 51.1 de puntos en contra, y apenas 5 puntos a favor.

En resumen, el PRI a nivel nacional está por los suelos, comenzando por aquellos que pretenden dirigir los destinos del ex partidazo, así que más les valiera buscar por otro lado.

Revisando a los aspirantes a la presidencia nacional del PRI, descubrimos que de verdad se cumple a cabalidad eso de que “la caballada está flaca”, y el escenario es muy oscuro para un partido que aspira a salir de la era paleozoica.

Al oaxaqueño Ulises Ruíz lo repudia 59.2% de la población (75.7% efectivo)

Al guerrerense René Juárez Cisneros lo repudian58% (70.2% efectivo)

Al gobernador campechano Alejandro Moreno “Alito”, lo repudia 38.6% (63% efectivo)

A la ex gobernadora de Veracruz, Ivonne Ortega, la repudia el 41.3% de la población (55.4% efectivo)

Al ex rector de la UNAM José Narro lo repudia el 46.3% de la población (51.3% efectivo).

Lo anterior contando los calificativos de malo, regular y pésimo.

Panistas y perredistas ni siquiera pueden cantar victoria, mucho menos el líder del MC, Dante Delgado Ranauro, quien apenas tiene 1 por ciento de salud política, o el priísta Ulises Ruiz, quien ni siquiera alcanza el 1 por ciento de aprobación.

¿Qué sigue para el PRI en este contexto? Seguramente sacar fuerzas de flaqueza. Ellos afirman que las derrotas no son para siempre, y así es. En Guerrero un escenario similar se vivió en 2005, pero lo peor fue para 2012, cuando de plano la bancada priísta en el Congreso era de caricatura. Pero de esa bancada minúscula salió el actual gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores. Cuestión de tiempo, de esperar nuevos escenarios. No olvidemos que al paso de los burros, se acomodan las calabazas.

ARRIBÓ EL CRUCERO “NORWEGIAN BLISS” CON 5 MIL PERSONAS A BORDO AL PUERTO DE ACAPULCO

Acapulco, Gro.- Como buen augurio de lo que será la temporada vacacional de Semana Santa y Pascua y cuando entra el Tianguis Turístico en su tercer día de actividades, esta mañana entró al puerto el crucero “Norwegian Bliss”  con 5 mil personas a bordo, entre pasajeros y tripulación.

 

El gobernador Héctor Astudillo Flores manifestó que la llegada de cruceros de manera continua son sin duda un aliciente para el sector turístico y un buen augurio de lo que será la temporada vacacional de Semana Santa, que inicia ya esté próximo sábado.

 

El Ejecutivo guerrerense y señal que este barco vino el pasado mes abril del 2018, por lo que después de ese tiempo lo estamos recibiendo nuevamente. El navío es el número 26 de la temporada de cruceros.

 

Al descender los pasajeros fueron recibidos por autoridades del gobierno del estado, misma que dieron la bienvenida y los prestadores de servicios turísticos ofrecieron guías y sitios a visitar durante su estancia en Acapulco.

 

Es de destacarse que durante el descenso de los pasajeros, en todo momento elementos de la Policía Estatal y castrenses vigilan los alrededores de la Terminal Marítima y las zonas cercanas al Parque de la Reina.

 

Cabe destacar que el puerto ofrece visita a los museos de “Las Máscaras, el de Las SieteRegiones y el Naval”, además del histórico Fuerte de San Diego. Los visitantes también podrán disfrutar de los mercados de artesanías y degustar de la cocina típica guerrerense.

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