(Misael Tamayo Hernández, in memoriam)
Algo está pasando en Morena Guerrero, que las rupturas están
a la orden del día. Ahora resulta que Sergio Montes Carrillo, representante del
partido ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), que
antes formaba parte activa del grupo del diputado con licencia y delegado del
gobierno federal, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, ha estado dando una serie
de declaraciones, tanto en contra de su ex líder político, como del ex rector,
Marcial Rodríguez Saldaña, secretario general del partido.
Los acusa de estar violando los artículos 3 y 9 de los
estatutos, porque están impulsando sus propias tribus, pero obviamente él está
haciendo lo propio.
Sergio Montes le ayudó a Pablo Sandoval a imponer candidatos
en el proceso electoral pasado, y junto con Luis Enrique Ríos Saucedo,
presidente del Consejo Político Estatal, controlaron ese proceso, causando un
gravísimo daño a Morena, pues designaron a personas sin popularidad, sólo
porque les importaba fortalecer a su grupo.
Ahora que al parecer lo dejaron fuera, y toda vez que aspira
a la dirigencia estatal de Morena, Sergio Montes grita desesperado y denuncia
algo que él mismo ayudó a consolidar, pues el bloque de Pablo Sandoval usó todo
tipo de artimañas para imponer a sus candidatos, e incluso este último se robó
la diputación plurinominal número 3, que en realidad le correspondía a un
externo.
De que Pablo Sandoval ha ido violando los estatutos del
partido, polarizándolo, y efectivamente creando su propia tribu -pues aspira a
ser el candidato a gobernador por Morena en 2021-, es verdad, pero Sergio
Montes omite decir que él era parte de su tribu, y tal vez las circunstancias
no le favorecen ahora, o tal vez ya se dio cuenta de que su jefe político no le
dejará ni las cualilas, pues lo está acaparando todo, incluso influyendo en la
agenda legislativa, donde logró que su suplente en la Junta de Coordinación
Política del Congreso local, sea uno de los suyos.
Recordemos el desaguisado que surgió al inicio del año,
cuando la oposición denunció que el coordinador de Morena, Antonio Helguera
Jiménez, no ventiló con los diputados la aprobación del presupuesto, sino con
Pablo Sandoval Ballesteros, quien estaba estacionado en un restaurante cerca
del Congreso local, junto con quien fue el titular de Finanzas del gobierno de
Zeferino Torreblanca Galindo, y quien ahora funge como asesor del nieto de don
Pablo Sandoval.
Eso fue verdaderamente vergonzoso, porque se evidenció que
hay una mano que mece la cuna en todo lo que se hace en Guerrero, y que Morena
está permitiendo el surgimiento de un cacicazgo que es bastante desaseado, por
cierto, porque ha venido violando todas las reglas del poder, dispuesto a
aniquilar a sus contrarios.
Lo único interesante de todo eso es que cuando se enojan las
comadres, salen a relucir los mitotes, pues ahora que Sergio Montes ya salió
mal con Pablo –a quien le ayudó a imponer candidatos por la vía del PES,
incluso-, estamos sabiendo todos los desequilibrios del partido.
En febrero pasado, Sergio Montes se fue a la yugular de los
diputados, a quienes acusó de ser improductivos, y de no estar cumpliendo los
lineamientos de la 4 Transformación.
Se quejó de que Morena postuló a muchos externos al partido,
al grado de que los 16 alcaldes que tienen, solamente 2 son militantes….Pero,
bueno, estos llegaron con su visto bueno; ¿entonces para qué la queja, don
Sergio?
Lo mismo sucede con sus 22 diputados, de los que únicamente
4 están afiliados al partido, algo que es sumamente grave, porque en cualquier
momento pueden regresar a los institutos políticos a los que pertenecían.
Sergio ahora está haciendo un llamado a la dirigencia
nacional de Morena, encabezada por Yeidkcol Polevnsky, de intervenir antes de
que sea demasiado tarde, pues de seguir en esta ruta, el partido llegará
demasiado debilitado y dividido en 2021.
Es correcto que todo esto se denuncie, pero Sergio Montes no
tiene cara para hacerlo, porque hasta hace poco era parte del problema. ¿Qué no
le pareció al representante partidista?