Reclama Nestora más medidas de seguridad para proteger a periodistas y activistas sociales

CHILPANCINGO. La senadora por Morena, Nestora Salgado García, hizo un llamado a los gobiernos del estado y al federal para que se implementen medidas que garanticen la labor de defensores de derechos humanos y periodistas en Guerrero.

Nestora Salgado intervino este jueves en la conferencia de prensa que ofrecieron (en la Ciudad de México) senadores de Morena para manifestar su respaldo y solidaridad con la concejal de Ayutla de los Libres, Obtilia Eugenio Manuel, quien fuera privada ilegalmente de su libertad el 12 de este mes, junto con su correligionario Hilario Cornelio Castro, pero cuatro días después aparecieron sanos y salvos en Tierra Colorada.

En la conferencia la senadora lamento que en Guerrero haya aún grupos “que se resisten a dejar los cotos de poder y a arremeter contra los defensores de derechos humanos”.

Por ello hizo un llamado al gobernador Héctor Astudillo Flores y al presidente Andrés Manuel López Obrador  “a proteger la vida de nuestros activistas, un llamado también a que exijamos que se respete a los periodistas y no se busque callar la libertad de expresión, ni la lucha social”.

La senadora por Morena aseveró que lo que le pasó a Obtilia Eugenio Manuel “nos puede pasar a todos nosotros que defendemos los derechos humanos y que damos las verdaderas luchas; esto no puede seguir pasando”.

Aseveró que Obtilia Eugenio Manuel “tuvo suerte de salvar su vida, pero cuántos no han podido salvar la vida y hay muchos casos conocidos como Rocío Mesino, que fue asesinada”.

Consideró que “estamos sufriendo los embates de la delincuencia, acompañados de corruptos que están dentro del gobierno en Guerrero, por ello exigimos que pongan atención a lo que pasa en Guerrero, hay muchos desplazados y hacemos un llamado al gobernador a que ponga atención a los luchadores sociales”.

Los Abogados tomaron ventaja

ALDO VALDEZ SEGURA

El día de ayer por la tarde se llevó a cabo la fase de cuartos de final de ida de la liga Premier de futbol en su categoría de veteranos, en donde los Abogados lograron tomar ventaja en la serie al imponerse 2-0 a la Noria, duelo llevado a cabo en el campo 1 de la Puerta.

Los jugadores entraron al terreno de juego con la firme convicción de hacer un buen papel y ayudar a su equipo para que ganara, fue una primera mitad muy intensa, en donde se disputo con fortaleza la posición del esférico, pocas fueron las oportunidades que tuvieron los delanteros de hacer de las suyas, en ceros se fueron al descanso.

Para la parte complementaria, los dos equipos se volcaron al frente, en busca de los goles, las defensivas tuvieron mucha chamba, el que se equivocara, ese iba a perder y así fue, la retaguardia de la Noria parpadeo y fue ahí donde los aniquilaron, Jesús Humberto y Celso Díaz, fueron los anotadores por parte de los Abogados.

Notaria con pie y medio en la siguiente fase

ALDO VALDEZ SEGURA

Todo parece indicar que Notaria tiene pie y medio en la siguiente fase, ya que en la vuelta de los cuartos de final de la liga Premier de futbol en su categoría de veteranos derrotó de manera categórica y sin dejar dudas de su supremacía 5-1 a la Puerta.

Dicho cotejo se llevó a cabo ayer por la tarde en el campo 1 de Blanco. Desde que la redonda se puso en movimiento, fue Notaria quien se adueñó de la posición del esférico, ellos impusieron su ley y tuvieron las oportunidades más claras, pero todavía no concretaban.

Una vez que sus gatilleros le pusieron la suficiente tiza a sus botines los goles comenzaron a caer, la defensiva de la Puerta fue un espectador más, Sergio Gallo y David Pineda, cada uno marcó un doblete, mientras que con una diana se hizo presente; Erick de la Cruz, el único tanto de la Puerta fue obra de Gustavo Mendoza.

San Jeronimito goleó a Deportivo Uranea Sayan´s

ALDO VALDEZ SEGURA

Con un contundente marcador de 4-1 el equipo de San jeronimito tomo ventaja en la serie al doblegar en la fase de cuartos de final de ida a su similar de Deportivo Uranea Sayan´s, duelo que tuvo como escenario el campo 2 de Blanco.

Los del “barrio” se apoderaron de la posición del esférico, el rival intento quitárselos pero se vieron muy superados, San Jeronimito desplego un buen juego y las más claras las tuvieron sus gatilleros, pero recién estaban calentando motores.

La defensiva de Uranea se convirtió en blanco fácil, su arquero nada pudo hacer para evitar los goles, solo le toco ir por el balón al fondo de la red, Salvador Gómez hizo un doblete, mientras que Andrés García y José Madrigal colaboraron un tanto cada uno, Juan Pineda descontó para Uranea.

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Kriptonita para los militares (y II)

Raymundo Riva Palacio

Durante la LXIII Legislatura, la coordinadora de la bancada de Morena, Rocío Nahle, le habló a Andrés Manuel López Obrador, que andaba en precampaña electoral. La acababa de hablar el secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos, y la había invitado a platicar sobre la Ley de Seguridad Interior que deseaba fuera aprobada en el Congreso. López Obrador le respondió en forma instantánea que declinara la invitación y que, además, votara todo en contra de los militares. No les darían ningún apoyo, pero después, adelantando su convicción de que llegaría a la Presidencia, les darían todo. López Obrador así lo hizo.

Les dio todo, pero a su modo. En su primer encuentro con el entonces secretario de la Defensa en los meses de la transición, el general Cienfuegos le presentó los nombres de los dos militares que a su juicio consideraba eran los más capacitados para encabezar la Secretaría durante su gobierno, el subsecretario, el general Roble Arturo Granados, y el jefe del Estado Mayor Presidencial, el general Alejandro Saavedra. En vísperas de tomar posesión, lo primero que le dijo López Obrador en su último encuentro fue que su sustituto sería una persona que le encantaría, y que además, hablaba muy bien de él.

Se trataba del general Luis Cresencio Sandoval, quien era el penúltimo promovido entre 23, de los generales de tres estrellas. El presidente escogió a quien pensaba un general con experiencia de campo, con menos compromisos internos, que ha sido una de las variables fijas en la selección del gabinete de López Obrador. Lo que le dijo a Nahle meses antes, lo cumplió. Con un incremento de 11% en el presupuesto, la Secretaría de la Defensa fue de las pocas dependencias que tuvieron un aumento, y quiere que se hagan cargo de la Guardia Nacional, lo que, se puede argumentar, será una transformación hacia el empequeñecimiento del Ejército para convertirlo en una policía militarizada. En los altos mandos militares discrepan de esta hipótesis y sostienen que la Guardia Nacional no será sustituto del Ejército sino una fuerza más, con similar despliegue territorial.

Su desaparición, sin embargo, es una idea que rebota hace tiempo en la cabeza del presidente. Durante la campaña dijo que no había necesidad de tener un Ejército ni una doctrina de seguridad nacional, porque México no tenía enemigos externos ni estaba en guerra. El papel de los militares estaba adentro, en la seguridad pública. Parece una contradicción lo que ha hecho López Obrador por militares, pero como se adelantó en el texto anterior, la Guardia Nacional es más una trampa que un beneficio.

En el ley de la creación de la Guardia Nacional en el Senado, hay una división con respecto al fuero. Los mandos civiles serán regidos por procesos civiles, y los militares por la Justicia Militar. Esto es un contrasentido, según explicaron militares de alto rango, ya que aunque toda su estructura, capacitación y doctrina será militar, el elemento central del funcionamiento castrense, la disciplina, se funda en el fuero. La dualidad de ellos traerá problemas con los civiles, presentará distorsiones en las líneas de mando, y habrá disfuncionalidad en sus tareas. Tal asimetría tendrá consecuencias en las operaciones de campo y eventualmente en los resultados.

El fuero era lo que más buscaban en el Ejército, no la temporalidad porque están convencidos de que sus funciones en seguridad pública trascenderán el sexenio de López Obrador, ni el mando militar, porque seguirán operando como lo hicieron en los últimos dos gobiernos, donde las decisiones macro -estrategias y teatros de operaciones- las tomaban los civiles, y la operación de campo los militares. Este elemento vital para los militares, que nunca estuvo bajo la atención de la opinión pública, puede ser definir el éxito o el fracaso en sus tareas futuras.

La Guardia Nacional apunta a un desvanecimiento en la fuerza del Ejército como la institución que protege la seguridad nacional, y el fortalecimiento de una policía militarizada. Dentro de la Secretaría de la Defensa consideran que el proceso que se viviría con la Guardia sería precisamente el gradual retiro del Ejército de las tareas de seguridad pública para regresar a sus cuarteles. Es cierto ese proceso, pero tiende más hacia su desaparición que al retorno a los cuarteles.

La hipótesis se irá probando cada año con los presupuestos. Un rubro para ver es el equipamiento. El Ejército no puede equipar a la Guardia Nacional porque las armas son de uso reglamentario y bajo los acuerdos internacionales, no pueden ser utilizados para seguridad pública, Nuevas armas y equipo -como cámaras de videograbación para los operativos- serán adquirida para el nuevo cuerpo policial. Se verá si se mantienen simétricos los presupuestos o si se empieza a disminuir el del Ejército por la Guardia Nacional.

Dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional se descarta por completo la desaparición de las Fuerzas Armadas, pero el discurso de López Obrador sobre el futuro del Ejército ante la ausencia de amenaza externa, no debe olvidarse. El presidente es muy consistente entre lo que dice y lo que hace. El que tenga en la mente desaparecerlas y dejar el país únicamente con una policía militarizada, no hay que soslayarlo. Costa Rica, que abolió su Ejército en 1948 y creó una policía civil, reorientó su presupuesto en política social.

Costa Rica es un espejo pertinente, porque López Obrador necesita recursos para financiar su proyecto de nación por los pobres y no le guarda aprecio a los militares, como muchos en su equipo, desde 1968. La Guardia Nacional se convierte de esta forma en el puente para cumplir un viejo objetivo multifactorial.

rivapalacio@ejecentral.com.mx

twitter: @rivapa 

Editorial

Construir democracia en tribunales

Este espacio está dedicado primordialmente a destacar la responsabilidad del Poder Judicial en la defensa de causas de derechos humanos, e intenta no ser una columna de ocasión, en el sentido de que busca tomar distancia de la agenda pública cotidiana y proponer un análisis con impacto más prolongado en el tiempo.

En esa idea, he resaltado la importancia de contar con juzgados, tribunales y una Suprema Corte de Justicia con criterios consistentes e inclinados a garantizar los derechos humanos, que no interpreten a conveniencia suya la Constitución, y que se asuman como agentes de un cambio radical de nuestra ingrata realidad social.

Tengo entonces que hacer hincapié en un rol vital de las instancias judiciales para contribuir a la construcción de un régimen democrático. Más conviene referirme a ello en estos días en el que el diálogo político lo invaden adjetivos y oídos sordos a razones. Si a las críticas y demandas se les responde con descalificaciones desde el gobierno, quizá no exista más remedio que acudir a tribunales a debatir.

Múltiples son las causas de las que puedo escribir: la guardia nacional, la restricción y violación de derechos y libertades elementales, las vías y formas para asegurarnos a las personas el disfrute de nuestros derechos sociales, entre otras. Pero por ahora prefiero inclinarme por situaciones que no tienen tantos reflectores como debieran: respeto por diferentes proyectos de vida y visiones de desarrollo, temas medioambientales y la conducción adecuada de nuestros recursos públicos.

Hago notar esas tres cuestiones porque además las más de las veces van unidas. Esta misma semana, en la edición 2207 de Proceso destacan dos artículos sobre la termoeléctrica de Huexca, el gasoducto y acueducto del Proyecto Integral Morelos, que me permiten ejemplificar el vital potencial democrático de la justicia.

Por un lado se encuentra un grupo de personas que trabajan en el campo y que buscan seguir dedicándose a ello. Su proyecto de vida merece todo el respeto y nadie debería poder impedirles su realización. La idea que tienen de desarrollo, al menos una parte de este colectivo, no parece coincidir con el desarrollo industrial del megaproyecto que les toca enfrentar. Su seguridad y la del medio ambiente están en juego. Sin embargo, han visto el cambio diametral en la posición del hoy presidente de la República, su descalificación, y como estrategia para atenderles, la organización de una de esas consultas típicas del gobierno que no son de fiar.

En ese contexto, la mejor opción de “izquierda radical conservadora” (sic) que está a su alcance es, como anuncian, acudir a los tribunales de amparo. Si el gobierno va a apelar durante todo su mandato a la legitimidad democrática tan bien ganada en las urnas para evitar debatir con razones fundadas, debería saber que su representatividad irá mermando cada día por falta de resultados e incongruencias en el discurso y entre sus palabras y sus acciones, pero sobre todo, que mejor que la democracia representativa que presume –y que también le disputan–, tenemos el derecho de contar con una democracia participativa, deliberativa y de derechos.

El diálogo que el gobierno rehúye en los espacios políticos deberá forzarse en las instancias judiciales. Es por ello que se necesitan juzgados de amparo constantes en el compromiso de defender los derechos humanos de las personas, pues en todos los casos como el aludido se confirmará si su independencia es verdadera.

Y en cuanto a la forma en que el gobierno compromete nuestro dinero público, también deberíamos contar con la constante de los tribunales de amparo para admitir ese tipo de demandas. ¿A quiénes beneficiará aquel proyecto de Huexca? Sin todo ello, la representación democrática podría oponerse a una democracia más real, una que es respetuosa de los derechos humanos de todas las personas.

Escribe esta semana el ministro Zaldívar que no es tarea de la Corte ser oposición del gobierno. Muy bien, pero es su obligación ser garante del debate democrático.

SOS COSTA GRANDE

 (Misael Tamayo Hernández, in memóriam)

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ya tiene la aprobación del Congreso de la Unión para instituir la Guardia Nacional, pero no como él la proyectó, sino todo lo contrario. Va esta nueva corporación de seguridad, pero con un mando civil total. De hecho, entre los requisitos que tendrán que cumplir los mandos de dirección estará el de no formar parte del Ejército y la Marina, y que todos los elementos de las Fuerzas Armadas que pasen a la Guardia Nacional, sean civiles.

La oposición en el Senado de la República impuso finalmente su criterio, y desde la noche del miércoles los líderes de las bancadas de los partidos con representación en la Cámara Alta, aglutinados en la Junta de Coordinación Política, modificaron en el escritorio la minuta que había sido aprobada en comisiones, según la cual la Guardia Nacional tendría un mando mixto.

El pasado lunes, se recordará, en comisiones se aprobó que la el mando administrativo de la Guardia Nacional fuese civil, a cargo del titular de la Secretaría de Seguridad Pública, y que además tuviera un mando operativo, a cargo de una junta de gobierno integrada por jefes militares, conforme ya lo habían aprobado los diputados federales.

Sin embargo, representantes del PRI, PRD, PAN, MC, Verde y otros partidos se aglutinaron en un frente para evitar lo que ellos dijeron era la “militarización de la seguridad pública en México”, esto pese a que los gobernadores de todos los partidos pedían con urgencia la aprobación de la Guardia Nacional y estaban de acuerdo en el modelo mixto propuesto por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien busca a toda costa que la Guardia  Nacional sea un instrumento útil y no la reedición de la Policía Federal Preventiva.

Recordemos que fue durante el gobierno de Ernesto Zedillo cuando se creó la Policía Federal Preventiva, con elementos de la Sedena, con atribuciones de seguridad pública federal. Vicente Fox continuó con esta misma estrategia y creó la Secretaría de Seguridad Pública, desconcentrada de la Secretaría de Gobernación, modelo que adoptó el presidente Felipe Calderón. Con este último, sin embargo, ya era evidente que la Policía Federal era insuficiente para enfrentar la multiplicación de los grupos delincuenciales, y sacó el Ejército a las calles, en un modelo mixto de operación, y posteriormente hizo lo mismo con la Marina. Al tiempo que lanzó una nueva ley de seguridad pública e instituyó con urgencia el sistema de certificación policial para corregir las deficiencias de las policías estatales y municipales.

Definitivamente el modelo de Calderón fracasó por los dos frentes, por reticencia de los gobernadores y los alcaldes. Al final de su mandato, el país terminaba con caso 200 mil muertos y 30 mil desaparecidos, y un modelo de seguridad costoso pero inoperante.

Enrique Peña Nieto, por su parte, prefirió nadar de a muertito y desmanteló la red de seguridad que ya se había creado, a través de retenes militares. Esto para dar la idea de que las calles ya eran seguras. Dos años de esta política de avestruz metió al país en un pozo aún más profundo, y los crímenes se multiplicaron.

Con estos antecedentes, AMLO decidió no entretenerse en la certificación policial, y entrar de lleno al combate de las razones de la inseguridad, creando la Guardia Nacional, con un perfil militar y dependiente directamente de la presidencia de la República.

A los estados y municipios se les dejó en paz, pero con la exigencia de que continúen a su ritmo los procesos de certificación, dejando a los gobernadores la titularidad de los grupos de coordinación.

Da el caso que esta premisa no se cumplió. La bancada de Morena en el Senado hizo lo que pudo para salvar el proyecto. Es así que con 8 modificaciones a la minuta de la Cámara de Diputados, nace la Guardia Nacional pero como un organismo civil, y aceptando únicamente una “coordinación interinstitucional” con las Fuerzas Armadas.

Según el documento aprobado, “el presidente podrá disponer de las Fuerzas Armadas durante cinco años, pero deberá hacerlo bajo parámetros de convencionalidad (normado, subordinado, complementario y fiscalizado) y deberá informar de sus actividades al Senado”.

Entre los controles institucionales, que el Senado analizará y aprobará, se encuentra la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y los informes anuales de la Guardia Nacional, donde se incluirá la actuación extraordinaria de las Fuerzas Armadas. También destaca el fortalecimiento de las capacidades policiales de estados y municipios, con inversión de estados y federación, así como evaluación de metas.

En materia de leyes secundarias, se establecen reformas a las leyes del Sistema Nacional de Seguridad pública, de la Guardia Nacional, a la Nacional de Uso de la Fuerza y a la Ley Nacional del Registro de Detenciones.

Respecto al fuero, se acordó no reformar el Artículo 13 Constitucional, de manera que los elementos de la Guardia Nacional estarán sujetos a la jurisdicción civil.

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